¡Él se metió a mi Wattpad! (Libro 1y2) [Completo]

17. Volver a verte

Capítulo 17: Volver a verte

PAOLA STALONE

Me detuve frente a ella y Antonietta frenó en seco.

—Paola —dijo cuando alzó la vista hacia mí.

Claro la muy perra me conocía, ella sabía quién era yo.

—Hola —dije fingiendo amabilidad—, solo quería decirte que aun no entiendo que es lo que quieres lograr.

Ella pestañeó un par de veces y negó con la cabeza, sus lagrimas de cocodrilo llenando sus ojos.

—Lo necesito, lo siento —dijo—, pero él fue mío y pienso recuperarlo...

La abofetee sin dejarla terminar.

Descarada.

Demasiado descaro de su parte.

—Valorate —le dije mientras ella tocaba su cara—, pero te digo algo, si te dejó es porque no te ama y nunca lo hará, tendrás que entenderlo y tu show de niña manipuladora te lo puedes meter por el culo.

Escuché la puerta de la casa abrirse y Ramson salió ambas los miramos, parecía sorprendido, no tenia camisa puesta, solo unos pantalones.

—Que... —murmuró Ramson— Paola...

—Vine a hablar contigo —dije.

—Me abofeteo —dijo Antonietta como si me acusara con mi madre... que en paz descanse.

—Y si no te largas de aquí lo haré otra vez —la amenacé, estaba tan molesta que sentía todo mi rostro enrojecido.

La ignoré caminando hacia la casa y tomé a Ramson del brazo para cerrar la puerta detrás de nosotros, necesitaba estar a solas con él para poder hablar de esto, pero realmente ver a su ex salir de aquí me descompuso por completo.

Ya sentía que me había decepcionado tanto que no había corazón que pudiera romper.

—Es una decepción que la hayas metido aquí en cuanto me fui —le solté sentándome en el reposabrazos del sofá cruzándome de brazos para mirarlo, parecía recién despierto, su rostro aun con marcas de almohada y su cabello completamente desordenado.

Él alzó una ceja.

—Ya no estabas —se limitó a decir—. ¿Qué haces aquí?

Tomé una profunda respiración, siempre era muy difícil.

—Exacto, ya no estaba —dije—, pero ya estoy aquí, y esta también es mi casa, y no vas a quedarte con ella para vivir con esa puta, así que se venderá, quiero la mitad que invertí en ella.

No me parecía justo que él se quedara con la casa que compramos para vivir los dos, que se quedara con nuestras cosas para disfrutarla con alguien mas.

Dolía sentir que me hubiera reemplazado tan fácil dándome una patada en el culo.

—Vale —se limitó a decir Ramson.

Tragué pesado.

«No vas a llorar Paola».

Pero las palabras se sentían agrias en mi boca cuando dije:

—Vale.

Ramson dio un paso hacia mí, nuestros orgullos pareciendo tener una guerra de espaldas a ver quién clavaba más rápido el corazón del otro para matar o por lo menos, así lo veía yo.

—¿Que has hecho estas semanas que me ignorabas? —dijo Ramson.

Ah, ¿ahora sí iba a preguntar?

—Eso no es de tu incumbencia —me limité a decir.