¡Él se metió a mi Wattpad! (Libro 1y2) [Completo]

Capitulo 39: Visita al CECMO, parte II

*Previamente*

...Pero solo bastaron de dos palabras y una ligera sonrisa que ahuecaban sus hoyuelos para poner mi mundo patas arriba y remover todos los sentimientos que contuve almacenados por años.

*Continuación*

—

Hola Fea —su voz era más profunda de lo que recordaba, Ramson ahora era todo un hombre.

Algo estaba haciéndome cosquillas en mi estómago, tal vez eran las mariposas o las avispas asesinas que se revolvían por mi estómago por volver a verlo.

—Ramson —aclaré mi garganta al sentir mi voz demasiado aguda, mi corazón estaba desenfrenado—, hola, ¿Cómo estás?

Ramson comenzó a contarme cómo había estado recibiendo ayuda psicológica todos estos años y a controlar sus impulsos a través de las medicinas que les mandaban los psiquiatras, mencionó que lo habían estado dejando salir de vez en cuando e incluso por semanas porque ahora según los médicos que atendían su caso era un paciente controlado y apto para la sociedad, sin embargo todavía debía seguir al menos tres años más ahí en el CECMO para asegurar que pudiera estar libre en las calles sin hacerle daño a nadie, después de todo, él no nació con un problema, sino que fue Roma quien le dañó el cerebro.

—Eso es genial Ramson —dije, de verdad lo sentía, que pudiera controlarse, ser toda una persona normal y que dentro de unos años pudiera andar libre sin hacerle daño a nadie parecía incluso surreal, podría recuperar su vida.

—Lo sé, es lo que mis padres debieron hacer desde el principio —murmuró.

Sí, tal vez así no hubieran ocurrido todas las muertes y sus raros desordenes de la realidad cuando Roma experimentaba con él.

Permanecimos un momento en silencio, solo viéndonos fijamente e involuntariamente sonreí al igual que él, por la forma en que relamía sus labios y sus ojos brillaban me hizo pensar por un momento que el tiempo no hubiera pasado y solo éramos unos locos adolescentes erráticos de escuela.

Arreglé mi enrollado cabello a un lado para que no me estorbara en la cara y observé como su sonrisa se agrandó de tal manera que sus hoyuelos se ahuecaron cuando dijo:

—Sigues siendo tan fea como te recordaba.

Ah.

Ramson comenzó a reírse al ver mi rostro anonadado e inevitablemente también me reí.
Al parecer todavía conservaba su sentido del humor, realmente no me lo esperaba, tenía años sin recordar lo odioso que era.

—Que gracioso eres —dije con sarcasmo—, apuesto a que no habías visto tanta belleza como ésta —me señalé a mí misma con mis dedos— en mucho tiempo.

Ya Ramson no se reía pero dejó permanecer su hermosa sonrisa en su rostro y se inclinó hacia mí un poco, la manera en la que sus hombros se contraían, esa misma forma en la que su cabeza se inclinaba a un lado con interés me hizo remover algo en mi pecho.

Te extrañé mucho mi Adonis...

Quiero violarte.

No, Paola, ¿Qué mierdas pasa contigo? ¿No aprendiste la última vez? ¡Tienes a Alfredo!

Oh, cierto, Alfredo, mi prometido... por un momento me había olvidado de él, y eso era mucho decir porque no había existido nadie que lograra hacer eso... excepto Ramson.

—Te extrañé mucho, Paola —dijo—. Te mentiría si dijera que te pensé todos estos años, porque en realidad estoy saliendo con alguien, pero ahora que estás aquí frente a mí, es como si volviera en el tiempo y recuerde las buenas cosas que pasamos juntos...