¡Él se metió a mi Wattpad! (Libro 1y2) [Completo]

26. El plan casi perfecto

Capítulo 26: El plan casi perfecto

RAMSON STONE

Intentaba ver algunas cifras del papel que tenía enfrente de las estadísticas, aun se me dificultaban un poco los números cuando de repente me llegó una llamada.

Raro.

Me disculpé con mi papá y la junta de directiva para atender afuera, era un número desconocido, pero casi nadie tenía mi número, que extraño, quise evitar contestar pensando que tal vez era la loca de mi ex, pero lo dudaba, cuando bloquee su número me enteré por su madre que la habían vuelto a internar en el CECMO, así que esperaba que no volviera a molestarnos o al menos que mejorara de su obsesión insana conmigo.

Atendí.

—¿Hola? —murmuré.

—Ramson —dijo una voz de mujer—, soy tu vecina del frente.

Apreté los labios, ah, era la vecina loca.

—Hola señora Miller —dije sin saber muy bien por qué me llamaba—, ¿está bien?

—La policía llegó a tu casa —soltó—, dicen que tienen a Paola secuestrada.

Me quedé rígido, pensé que era una especie de broma.

—Esa no son... —comencé a decir, pero entonces, colgó.

Deje todo lo que estaba haciendo y corrí hacia mi auto para ir a mi casa, ¿pero que mierdas estaba pasando?

PAOLA STALONE

Todo estaba borroso en mi visión, sentía que mi garganta estaba reseca necesitando algo de agua, enfoqué mi mirada cuando percibí que alguien se acercaba, era...

Maximillon.

Tenía una chaqueta negra, pantalón y zapatos del mismo color, sus ojos grises enfocados en mí pareciendo un poco mortificado.

Pero no estaba solo, vi a Antonietta aparecer detrás de él, ambos mirándome.

—Uhm, por fin despertó —dijo Antonietta de brazos cruzados.

La loca.

Me habia secuestrado.

—Loca—susurré— ¿qué ocurre?

—Nada personal —dijo Maximillon— me pagaron.

¿Le pagaron?

¿Y por qué? ¿por secuestrarme? Evidentemente, al parecer la loca de Antonietta tenia que ver en esto, siempre metiendo las narices.

—No le des explicaciones —dijo Antonietta sin ánimos de ser simpática.

—¿Tu no estabas en el CECMO? —le pregunté, era lo ultimo que supe, que su familia la volvió a internar.

—Estaba —dijo Antonietta agachándose hasta estar a mi altura—, tu misma lo dijiste, luego fingí estar bien y ahora estamos aquí.

—No tienes mas nada que hacer con tu vida que meterte conmigo —dije apretando los labios.

Ella sonrió, su mano se alzó dándome una sonora bofetada en venganza por la que yo le di la última vez, de repente, sacó un cuchillo de su bolsillo y lo colocó rozando mi barriga.

—Siempre puedo apuñalarte —susurró y sentí temblar, porque ahora la vida de mi bebé corría peligro y no tenía escapatoria, estaba en manos de esta loca.

—Déjala.

Esa voz.

La reconocería en cualquier lugar.