18. La fiesta improvisada

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MARATON, FINAL DE TEMPORADA :D

Capítulo 18: La fiesta improvisada

RAMSON STONE

Caminé de un lado a otro gritando de frustración porque no podía ser sincero, no podía decirle a Paola lo que estaba ocurriendo, es decir, después de que entendí que podía perderla decidí alejarme de Antonietta, pero entonces Antonietta sacó algo de mi pasado que había intentado mantener oculto; que nadie sabía y que podía arruinar mi vida.

Me acosté en la cama negando con la cabeza, por esto iba a perderla, por esto haría que todo se fuera a la mierda.

Mi teléfono sonó y lo abrí rápidamente, era un mensaje de Antonietta.

Antonietta: Esa cachetada no me gusto.

Me valía mierda lo que le gustara o no.

Ramson: Debió darte 3 más.

En seguida respondió.

Antonietta: Cuida como me hablas o revelaré tu secreto.

Ramson: Púdrete hija de puta.

La odiaba, la odiaba demasiado porque me tenía a su merced.

Antonietta: Yo también te amo.

Lancé el teléfono a un lado, ¿Cómo salir de esto que podía ocasionar incluso que me metieran preso? ahora que me chantajeaba todo era peor, iba a destruir mi matrimonio y no había nada que pudiera hacer a menos... que yo mismo se lo contara a Paola.


PAOLA STALONE


Llegué a la fiesta de Alfredo sosteniendo un regalo de una camisa, ahí estaba Alfredo en la entrada vistiendo sus típicas camisas a cuadros y pantalones elegantes, pero como ahora parecía ser común en él; tenía un aire diferente, más atrayente, más... saludable.

«¿Te lo estás comiendo con la mirada, Paola?»

No.

Yo creo que nunca vería a Alfredo de otra forma que no fuera comodidad.

—Feliz cumpleaños —abracé a Alfredo y le di el regalo que le traje.

—Gracias, ven pasa —dijo, le hice caso y saludé a algunas personas que reconocía, ¿Qué tan raro era que tu ex fuera a tu fiesta de cumpleaños?

En realidad, la estaba pasando bien, cuando de repente llego Maximillon, venia solo, y fue la atracción principal de todas las chicas de ahí por su belleza, era algo que no pasaba desapercibido.

—Hola —dijo Maximillon sentándose a mi lado, su perfume llenó mis fosas nasales casi mandándome a las nubes.

—Hola —dije con una ligera sonrisa.

—Estás hermosa —comentó, como no, mis mejillas se sonrojaron con fuerza y no pude evitar sonreír.

—Gracias.

—Oye —continuó— estos días firmamos el contrato con tu esposo.

Mi cara cambió, joder, lo menos que quería era pensar en él y ahora venía a mencionarlo.

—Ah okey —dije—, perdón, voy a buscar aire.

No sabía si había sido descortés, pero necesitaba tomar aire, sentía que la mala sensación de la actitud de Ramson me descompensaba.

Salí tomando aire al frente fingiendo que estaba usando el teléfono, cuando de repente escuché pasos y escuché:

—No te ves feliz, ¿todo bien entre ustedes?

Maximillon estaba ahí, insistiendo en hablar temas que me daban cringe.

«Solo respira Paola, es normal que la gente quiera saber lo que pasa».

—Perdón —dije—, no quiero hablar de eso.

Maximillon metió las manos en sus bolsillos, hacia tanto frio que su aliento parecía nieve.

—Tranquila entiendo —dijo—, pero sabes que siempre necesitamos hablar con alguien, ¿quieres hablar? Aquí estoy para escucharte.

«Le interesa el chisme».

«No, tal vez solo quiere ayudarte».

Tomé una profunda respiración y comencé a contarle lo del psicólogo que había estado atendiéndome y luego lo del tumor en mi cabeza, él parecía estar en shock.

—¿Estas bajo tratamiento? —preguntó preocupado.

—Sí, estoy bajo tratamiento para disminuirlo —dije—, es inoperable y ya está muy grande.

—Joder —susurró.

—Sí —susurré, ya había aprendido a que eso no debía descomponerme, pero aun así...

—¿Ramson sabe? —preguntó.

Solté un bufido burlón negando con la cabeza.

—No se lo dije, siento que nos hemos herido tanto que ahora sé quién es realmente y no quiero que este conmigo por lástima.

Él la prefería a ella, eso estaba muy claro.

—Entiendo —dijo Maximillon—. Pero debes entender que eres perfecta tal y como eres y si no quiere estar contigo, él se lo pierde, no tú.

Las lágrimas salieron de mis ojos.

—No llores —dijo acercándose y pasando sus pulgares por mis mejillas—, no vale la pena llorar por un idiota que no te valoró.

En ese momento, fue cuando me di cuenta de lo cerca que estábamos, lo vi comenzar a inclinarse, tenía tiempo de apartarme, pero simplemente no lo hice...

...y sus labios chocaron con los míos.

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No les pasa que soy tan random que de un momento a otro actualizo toda la historia? xD

¡Él se metió a mi Wattpad! (Libro 1y2) [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora