Camino a Yuba

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Dejé de mirar y de escuchar lo que ocurría cuando Ace tomó mi mano con delicadeza y sentí el calor que emanaba su cuerpo de fuego, además de esa corriente eléctrica tan característica de cada vez que me tocaba.

Ni siquiera noté cuándo los chicos hicieron que esas pequeñas criaturas se quedaran atrás para evitar que Luffy llegara a la ciudad siendo seguido por varios Kung Fu Dugongs.

Empezamos a caminar mientras Ace no dejaba ir mi mano, llegó a incluso entrelazar nuestros dedos como una verdadera pareja, pero no éramos nada parecido, porque nunca me pidió que lo fuéramos...

—Cielos, gracias a ti nuestras provisiones de comida se han reducido—Le reclamó Sanji a Luffy, cosa que me sorprenidó, porque se trataba de su capitán —Nada más que problemas ¿verdad?—Le dijo Ace a Sanji —Cierto—Dijo Sanji.

Seguimos caminando por el desierto, cuando llegamos a una ciudad enterrada en arena y completamente desértica, no había ni un alma por aquí.

—¿Dónde es aquí?—Preguntó Sanji —¿Esta es la ciudad de Yuba?—Preguntó Luffy —No... esto es Erumalu, una vez fue conocida como la Ciudad Verde—Explicó Vivi —¿Ciudad Verde?—Preguntó Luffy.

—Mirando esta ciudad pueden entender... lo que la organización Baroque Works le ha hecho a este país, y cuánto está sufriendo la gente de Arabasta—Dijo Vivi y eso me trajo recuerdos nada agradables, y Ace lo notó porque apreté la mano —Es cierto que aquí no hay nada—Dijo Luffy.

—Vaya que sí...—Dijo Nami —Pero aunque la ciudad esté ahora en ruinas, antes de que decayera había sido una ciudad llena de exuberantes plantas verdes—Explicó Vivi —¿Este lugar, eh?—Dijo Zoro —Esta región nunca tuvo mucha lluvia, pero recolectando el agua en las raras ocasiones que llovía, el pueblo prosperó por su cuenta. Sin embargo, en los últimos tres años no ha caído ni una gota de lluvia en todo el reino—Dijo Vivi.

—¿¡En tres años!?—Preguntó Sanji —¿Tanto tiempo?—Dijo Chopper —Pero aún sin lluvia, tienen el río por el que subimos—Dijo Zoro —Sí, ¿no pueden sacar agua de ése río tan grande?—Preguntó Usopp.

—La respuesta yace ante sus ojos—Dijo Vivi antes de volver a empezar a caminar —La completa falta de lluvia es una catástrofe que no ocurría en Arabasta desde hace miles de años, pero había un lugar donde siempre llovía, ésa era la capital, Alubrana, donde se encuentra el palacio real—.

Miré a Ace mientras ignoraba lo que decía Vivi, no quería que esto me trajera recuerdos y me hiciera pensar en los que dejé atrás... ¿Touka estaría bien? ¿Estarían preocupados por mí? ¿Realmente habrán logrado salvar a Hinami? ¿Qué pasó con Tsukiyama? La guerra me traía memorias de mi antigua vida, por lo que hice oídos sordos a lo que decía Vivi para evitar recordarlo.

Evitaba escuchar cualquier cosa que viniera de los sombreros de Paja, pero me llegó un olor, un olor familiar...

Miré hacia todos lados, olfateando en busca del origen de aquel olor, solté la mano de Ace y me encontré con un libro tirado y casi enterrado en la arena.

Lo levanté y lo sacudí, para encontrarme con la portada de un libro llamado "El ahorcado de MacGuffin" de Takatsuki Sen —Esto es extraño...—Dije mientras guardaba el libro en mi mochila y seguíamos camino a Yuba.

Al día siguiente volvimos a nuestro camino y enfrentamos una tormenta de arena, pero en cuanto pudimos descansar me puse a leer el libro que tenía ahora en mis manos, y lo único que tenía de Tokio ahora, pero tuvimos la mala suerte de que robaron el equipaje que Luffy llevaba, y además hacía demasiado calor.

Durante el trayecto, Ace no dijo ni una palabra, no sé si por el calor o si había otra razón.

Aunque los cambios de clima no me afectaron realmente, no dejaba de pensar en cómo habría llegado aquí un libro que claramente no pertenecía a este mundo. El aroma que emanaba el libro, era el aroma a café que envolvía al jefe de Anteiku en el pasado, ése café que sólo él podía preparar, que sólo él le daba ése sabor al prepararlo.

El fénix y la rosaWhere stories live. Discover now