Kishou Arima

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Sus ojos se abrieron grandes, los suyos y los de Jimbei —¿Qué-qué has dicho, Júpiter?—Preguntó y yo sonreí con un poco de tristeza —Vamos a tener un bebé—Dije tocando levemente mi vientre.

Parece que entonces Ace entendió lo que ocurría y el por qué me escapé del Moby Dick —¡No debiste haber venido!—Me dijo —No hables como padre...—Le dije molesta y triste, desviando la mirada —No soy una niña, Ace, sabía muy bien en qué me estaba metiendo cuando vine aquí—Le dije regresando mi vista hacia él.

—Ace, tienes que venir conmigo, porque sino... dime ¿Qué pasará con este bebé si yo muero? ¿Qué pasará si te ejecutan? ¿Quieres que nuestro hijo pase por lo mismo que tú tuviste que pasar?—Le pregunté con lágrimas amenazando con salir de mis ojos.

Ace me vio sorprendido —¿Qué pasó con el viejo...?—Preguntó, yo me limpié las lágrimas y le dije —La marina envió barcos para espiar nuestros movimientos y...—Ace entonces realmente se asustó —¿Qué hicieron?—Preguntó.

Yo suspiré y negué con la cabeza —Padre no pidió que hiciéramos nada, pero... Eto le mandó un mensaje al jefe y a Koma, destruyó los barcos y asesinó a los marines que estaban ahí—Le dije, Ace no dijo nada, pero tampoco tuvo tiempo para hacerlo, porque se empezaron a escuchar pasos acercarse, pasos muy rápidos.

Me levanté del suelo y miré en la dirección de la que venían los pasos, sólo para abrir los ojos de par en par, tanto que sentía como si se fueran a salir de sus cuencas en cualquier momento.

Di un paso atrás al ver a quienes venían por el pasillo, pero no pude retroceder, sólo me quedé parada mirando con terror y sorpresa a quienes venían peleando entre sí: un miembro de la marina y un prisionero.

Miré a ambos hombres pelear porque uno de ellos quería huir de su celda y el otro quería ponerlo de nuevo ahí.

Pero entonces detuvieron su pelea al verme, y al ver a ambos mi cara se deformó en una expresión de ira pura —No puedo creerlo...—Dije con una sonrisa de lado mientras caminaba lentamente hacia ellos, Ace veía todo desde la celda, pero no decía nada.

—El segador blanco y... un ghoul del Árbol del Aogiri. Jason, deberías tener más cuidado con él, mató a Kaneki la misma noche en la que el Búho de un ojo murió a manos del CCG—Dije con burla.

Ambos me miraron con extrañeza, claramente ninguno se acordaba de mí —Veo que la memoria te falla un poco, Yamori, veamos si recuerdas esto—Dije mientras me cubría mi ojo rojo con una mano —Hace años atacaste Anteiku en busca de "el Glotón" Rize, y al hacerlo te llevaste a Kaneki Ken, quien era un mitad ghoul al cual torturaste por diez días, en el Anteiku habían dos niñas escondidas detrás de una joven de cabello negro—Le dije mirándolo con odio.

—Una de ellas llevaba un parche en el ojo izquierdo, y me parece que en aquel momento dijiste "Tú eres la hija de ése idiota turco y la chica de cabello blanco"—Yamori entonces abrió los ojos como platos —¿Cuántos años crees que pasaron desde que Kaneki le hizo el favor al mundo y te asesinó?—Le dije con burla destapándome el ojo.

Jason entonces enfureció y se abalanzó contra mí gritando "tú", pero Arima fue más rápido y lo atravesó —Deberías hacer lo que todos ustedes, Palomas, hacen con nosotros y agregarlo a tu colección igual que hizo Suzuya con su cadáver—Le dije con ira a Arima.

Arima me miró y me extendió el maletín que sujetaba —Mado hizo esto con una amiga tuya... no recuerdo su nombre—Me dijo, fruncí el ceño en ira y lancé el maletín a un lado —¿Y crees que esto te disculpará de todos aquellos a quienes asesinaste?—Le grité molesta.

Arima agachó la mirada —Sé que eso nunca bastará, Urano, pero no lo hago para redimir mis pecados, sino para que al menos pueda tener un entierro digno—Dijo y yo lo miré sorprendida, con los ojos entrecerrados —Antes que nada, déjame acabar con esta plaga—Le dije antes de acercarme a Jason a pasos lentos.

El fénix y la rosaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora