Revelación pública

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Seguí tratando de zafarme del agarre de los marines mientras Sengoku hablaba —Escuchamos que el hijo de "ese hombre" estaba en una isla, según la información del Cipher Pol, investigamos a todos los niños recién nacidos... y los que estaban por nacer, así como a las madres, pero no pudimos encontrarte—Dijo él mientras yo negaba con la cabeza mientras lágrimas salían de mis ojos, lágrimas que se sentían como piedras pesadas que hundían de a poco mis esperanzas.

—Y sin dudarlo, tu madre arriesgó su vida para que tú pudieras nacer, usó algo que se puede llamar "orgullo de madre"—Al escuchar esas palabras e ignorando la mención de su madre, Ace y yo nos miramos, esto sólo significaba una cosa para nosotros: nuestro hijo correría peligro si seguía hablando.

—Fue así como te perdimos el rastro y te perdiste en el mundo, pero en una isla del South Blue, llamada Batelira, tú madre, Portgas D. Rouge, fue en contra de las leyes de la naturaleza por el amor a su hijo... ¡Prolongó su embarazo por 20 meses!—Ante la mención de su madre Ace se preocupó, igual que yo, si sabían de esto ¿Sabrían de nuestro matrimonio? La sola idea me estremecía, pero tenía una pequeña esperanza, poque Ace no le había dicho a Garp sobre nuestro matrimonio.

Entonces consideré el único inconveniente en esto: Makino.

No desconfiaba de ella, pero ella y todos en Villa Foosha apreciaban a Garp, entonces... si Makino llegó a decirle cuando fue a Villa Foosha, todo estaba perdido para nosotros.

—Y como consecuencia de eso, perdió toda la fuerza vital y no resistió más, un año y dos meses después de la muerte del padre de esa criatura, nació el niño que llevaba en sus venas su sangre maldita—Dijo Sengoku mientras Ace estaba temblando de rabia y yo sudaba frío.

Sengoku lo miró y le dijo —¡Ése eres tú!—Yo forcejeaba más y más hasta que los tres marines que me sujetaban terminaron arrodillándome y sujetándome más fuerte por las muñecas y los hombros, y alzando mi cabeza sujetando mi cabello de la nuca desde la raíz.

—¡Ya sabías eso ¿verdad?!—Dijo Sengoku antes de lanzar la bomba —Tu padre es... El Rey de los Piratas ¡Gold Roger!—Ante esas palabras sólo pude sollozar en silencio "Lo saben... ahora nos perseguirán a mi bebé y a mí por ser nieto del Rey de los Piratas" pensé mientras soltaba más lágrimas silenciosas y dolorosas.

Entonces Sengoku me miró y yo, con todas mis fuerzas, fruncí el ceño mientras más lágrimas caían de mis ojos y yo trataba de contenerlas, aunque sólo las que salían de mi ojo izquierdo hacían su recorrido correspondiente, miraba a aquel hombre con verdadera ira y él tenía una emoción indescriptible en sus ojos al mirarme, no podía leerlo.

Se hizo un silencio sepulcral en Marineford e incluso yo dejé de forcejear —Fue hace sólo dos años, asumiste el nombre de tu madre y te hiciste famoso en el mar... como el capitán de los Piratas Spade con su velocidad y poder ¡Y entonces fue cuando nos dimos cuenta de que... la sangre de Roger todavía fluía!—Anunció Sengoku y yo agaché la cabeza y cerré los ojos con lástima.

—Pero Shirohige también lo supo al mismo tiempo, y para hacerte el próximo Rey de los Piratas, dejó que el hijo de su antiguo rival estuviera en su barco—Mi ceño se frunció ante una declaración semejante, la única intención de Ace siempre ha sido hacer de padre el Rey de los Piratas y proteger a su hermano menor, nada más.

—¡No! ¡Yo embarqué en su barco para que mi padre fuera el próximo Rey de los Piratas!—Gritó Ace y yo alcé mi mirada para verlo —Eso nadie lo cree, excepto tú—Le dijo Sengoku a Ace.

—De hecho, se hizo más difícil para nosotros darte captura, fuiste protegido por Barbablanca. Si te dejamos libre, sabemos que vas a usar tus habilidades para convertirte en el próximo Rey, por eso significa mucho tu ejecución aquí... la tuya y la de tu esposa—Dijo Sengoku, tomándonos a ambos por sorpresa.

Mis sospechas se confiraron, aunque no sabía de las razones de Garp para revelar que Ace estaba casado, ni tampoco importaba ahora, mientras no supieran que yo estaba embarazada, realmente no importaría.

Ace lo miró como si hubiera visto un fantasma y Sengoku movió el collar de Ace para mostrar la marca que nos hicimos e inmediatamente después miró en mi dirección —¡Veamos quién está detrás de la máscara!—Le dijo a los hombres que me sometían.

Yo forcejeé más para evitar que me quitaran la máscara, pero me sujetaron firmemente del cabello de la nuca y me mantuvieron la cabeza quieta, desabrocharon mi máscara y el cuello de mi traje —¡No la metas en esto!—Le gritó Ace furioso a Sengoku y giró su vista hacia él.

Los marines descubrieron mi marca de matrimonio junto al anillo de matrimonio, además de mi cara obviamente, yo giré la cara a un lado y cerré los ojos bastante enojada —Sí, sólo soy un fenómeno con ojos de diferente color—Dije por lo bajo con lástima hacia mí y recordando las caras de asco que recibí cuando iba a la escuela en Tokio...

Luego frunció el ceño y miré a Sengoku con ira —¡Eres un cobarde!—Le grité furiosa, pero él habló de nuevo por el Den Den Mushi —Hoy destruiremos definitivamente la sangre del Rey de los Piratas, asesinando a los individuos que portan su sangre maldita—.

Entonces mis ojos se abrieron de par en par y un médico de la marina se acercó a mí.

El médico miró a Sengoku, quien asintió e inmediatamente el médico revisó mi vientre, sólo escuchó los latidos superficiales y asintió en dirección a Sengoku antes de alejarse de donde estaba —Esta mujer, un-ojo, lleva la sangre de Roger en el vientre—Dijo Sengoku y cerré los ojos y agaché la cabeza a punto de volver a llorar.

Los marines que me retenían me hicieron mirarlo de nuevo y Sengoku me dijo —Dime tu verdadero nombre, un-ojo—Yo fruncí el ceño y giré mi cara, pero inmediatamente me hicieron volver a mirarlo —¡No tengo por qué decirlo!—Le grité.

En cuanto pusieron un arma en mi vientre yo lo miré iracunda por el acto tan cobarde que estaba cometiendo —Júpiter... Portgas D. Júpiter—Dije finalmente —Portgas D. Júpiter, Portgas D. Ace, ambos serán ejecutados junto al niño con la sangre maldita que llevas en el vientre ¡Incluso si eso significa una guerra total contra Barbablanca!—Los marines emitieron gritos de aprobación casi al instante de que esas palabras fuesen dichas y se calmaron casi tan rápido como empezaron, la calma era extraña, pero no dejé de ver a Ace en ningún momento, le sonreí y le dije sin emitir sonido —Hasta la muerte, iremos juntos—Él se sorprendió y me sonrío.

Ambos agachamos la cabeza, aceptando nuestro destino, pero sólo una vez más nos miramos y Ace dijo en silencio —Te amo, a los dos—Yo sonreí y finalmente cerré los ojos y dejé caer la que sería mi última lágrima.

El fénix y la rosaWhere stories live. Discover now