Que comienze la guerra "La marina vs Piratas Shirohige"

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Las alarmas de la isla empezaron a sonar de repente, por lo que alcé la mirada por mera curiosidad sobre lo que ocurría, de cualquier forma, no planeaba luchar más, igual que el día en que llegué aquí.

Del aire me llegó el olor familiar de algunos amigos que hicimos a lo largo de nuestro viaje, pero aún así no hice nada por zafarme de los marines... no creí que valdría la pena luchar... al menos no sin Ace a mi lado.

Sin embargo, del agua frente a la plaza emergió aquel gran barco con forma de ballena blanca que era mi hogar, junto a otros dos iguales en color negro, en el Moby Dick se encontraban mis hermanos y compañeros junto a nuestro capitán, todos dando ese aura de seguridad y confianza.

-Padre...-Mumuré sorprendida y mirando hacia los barcos.

Miré hacia las puertas de la justicia y vi una gran cantidad de barcos acercarse, barcos que vi antes, sonreí con burla por eso mismo -Debí sólo haber esperado quieta entonces...-Susurré antes de ser interrumpida por un dolor punzante en el vientre que me sacó un quejido.

Se hizo silencio en todo Marineford, un silencio tan profundo que incluso era capaz de escuchar latidos de corazón de las personas, se escucharon pasos pesados y algo metálico golpear una superficie entre todo el silencio que se formó ante la aparición de los Piratas de Shirohige.

Entonces apareció padre riendo al frente de la cubierta del barco y dijo -Ha pasado bastante tiempo, Sengoku-.

-Shirohige-Dijo Sengoku con un deje de ira -Será mejor que me devuelvas a mis queridos hijos intactos... y no pasará nada-Dijo padre sonriendo con confianza.

Todos se congelaron y padre se volvió a reír -Denme un segundo, Júpiter, Ace-Nos dijo padre sonriendo -Padre...-Susurré con preocupación y las lágrimas empezando a formarse en mis ojos -¡Padre!-Gritó Ace.

El silencio que se hizo cuando Padre clavó su espada a un lado suyo y empezó a moverse fue gigante, pero yo, en mi estado y sabiendo que me regañarían si intentaba algo estúpido, sólo podía admirar su fuerza y ver lo que iba a hacer sin emitir sonido alguno.

Padre golpeó el aire y dio la ilusión de que lo había roto, pero el agua empezó a subir alrededor de Marineford y a arremolinarse a nuestro alrededor hasta tener la forma de un maremoto,

Padre estaba sonriendo y Ace tenía cara de sorpresa, igual que yo -Me alegro de que llegaran a tiempo... pensar que creí que este sería el final-Murmuré.

Miré en dirección a Ace y lo escuché -¡No hice caso a su consejo y me fui! ¿¡Por qué simplemente no desistí!? ¡Yo soy la causa de todo esto!-Gritó Ace, algo que hizo doler mi corazón y que las lágrimas en mis ojos empezaran a caer en silencio.

-Ace...-Dije llorando y mirándolo -No-Dijo padre, tomándome por sorpresa igual que a Ace, ambos nos giramos para verlo -Yo fui el que dijo que se fueran, hijos míos-Dijo padre.

Entonces miré a Ace y él a mí, él lo entendió todo, no lo aprobaba, pero era todo lo que teníamos ahora, era nuestra familia la que estaba en juego, no sólo la tripulación de los Piratas Shirohige. sino nuestro hijo no nato aún.

Mis ojos se tiñeron de negro y rojo y mi kagune salió sin darle oportunidad a los marines de reaccionar y arrojé a los marines que me sujetaban a más de tres metros de mí, lo cual alzó las alarmas de los humanos -¡Es portadora!-Gritaron ellos y yo solté una carcajada llena de orgullo y descaro -Idiotas...-Dije sonriendo socarrona...

Ellos me miraron curiosos y yo sonreí -El kairoseki no funcionará en mí ¡Yo nací así! ¡Mis habilidades son biológicas y no pueden bloquearse con sus estúpidas cadenas!-Grité sonriendo sádica y mirando a los marines.

Ace gritó hacia padre -¡Eso es mentira! ¡Ya basta! Me dijeron que no fuera, pero nosotros, yo... a Júpiter...-Pero padre interrumpió a Ace -Yo fui el que les pidió que fueran-Dijo.

-Yo fui quien les dijo que fueran ¿no es así, Marco?-Dijo padre mirando a Marco -Sí, eso es lo que oí, siento por lo que los hice pasar, Ace. Todo el mundo sabe ¡Qué es lo que va pasar si alguien se mete con... nuestro compañero de tripulación!-Dijo Marco sonriente.

-¡No vamos a dejar a nadie salirse con la suya, Ace, Júpiter!-Gritó alguien desde los barcos lleno de seguridad -¡Cuenten con nosotros, los salvaremos!-Gritó otra persona y se escuchó una ovación de gritos de todos los que estaban ahí para salvarnos a Ace y a mí.

Yo sentí de nuevo un dolor punzante en el vientre y estuve a punto de caer al suelo, pero alguien me sujetó antes de que tocara el suelo, cosa que me sorprendió.

Levanté la vista para ver quién era la persona que me sujetaba y mis ojos se abrieron de par en par y se llenaron de ilusión -No es posible...-Dije mientras me sujetaba del brazo que me sostenía.

-Tranquila, estamos aquí...-Me dijo aquella voz que nunca creí volver a escuchar -Por ahora quédate quieta ¿si?-Me dijo de nuevo y pasó mi brazo por sus hombros antes de cargarme al estilo nupcial -Sujetate bien-Dijo.

Se sintió un temblor de repente y dos gigantes tsunamis se cernieron sobre Marineford, creando una gran sombra sobre nosotros -Vaya... su poder es realmente grandioso-Dijo la persona que me ayudaba mirando hacia los tsunamis aún a través de su máscara -Claro...-Dije sonriendo.

Ace y yo miramos a padre, yo aún me sujetaba de ese hombre, debido a que el tiempo para que mi bebé pudiera sobrevivir estaba a sólo segundos de agotarse, y al parecer él lo sabía.

Sin embargo, uno de los tres almirantes, el de cabello afro, saltó desde su asiento y congeló los tsunamis con gran eficacia, ganándose el apodo "hielitos", luego atacó a padre con una especie de flechas de hielo, pero padre quebró el aire de nuevo y el almirante cayó al agua debido a ello, y en cuanto lo hizo, toda la bahía de Marineford quedó congelada completamente.

Los marines celebraron, creyendo que tenían la batalla ganada porque los barcos no se podían mover, y empezaron a disparar al Moby Dick, pero desde el barco saltó Eto convirtiéndose en el Búho de un ojo ante nosotros.

Miré a la persona que me estaba cargando, y aunque no podía ver su rostro debido a la máscara de gorila roja que llevaba, sabía que estaba mirando a Eto -Ella es... la hija del jefe ¿cierto?-Preguntó y yo asentí -Sí, Koma-san, ah, perdón, Demonio Simio-Le respondí sonriendo.

Volví a mirar a Eto, quien tomó las balas que habían lanzado los marines y las lanzó hacia los cañones, destruyéndolos con enormes explosiones.

-Jajajajaja-Eto se reía, y en esa forma su risa era aguda y causaba escalofríos en mi piel, pero sonaba como un niño jugando y divirtiéndose con juguetes.

Los piratas aliados y mis nakamas saltaron de los barcos y empezaron a correr por el hielo que aquel Almirante había creado.

-Por favor... ayúdalos-Le dije a Koma, y él lo hizo sin rechistar, me soltó con cuidado y corrió a donde estaban los marines, golpeando y mandando a volar a todos sólo con sus puños y fuerza, mientras Eto lanzaba las balas de cañón lejos de quienes corrían por el hielo -Un ghoul de un ojo, eh... ¡Búho! ¡Haz lo que sabes hacer!-Le grité a Eto sujetándome el vientre.

Eto se rió y lanzó una mordida, matando a un pobre marine que estaba frente a ella para atacarla -¡Papá, mira! ¡Ahora haré las cosas correctamente!-Gritó Eto con su voz chillona y fuerte antes de lanzar un rugido agudo y partir a otro marine por la mitad para devorar su sangre y órganos con gusto.

Cuando los marines empezaron a disparar sus escopetas y otras armas de fuego, Irimi salió de un salto desde el barco y se reunió con Koma, ambos empezaron a acabar con los marines a su alrededor, mordiéndolos a una velocidad increíble para, seguramente, sacar el kagune.

Yo por mí parte, sabía que no tendría oportunidad contra cientos de marines estando embarazada, así que opté por no oponerme y dejar que me capturaran de nuevo, para que me llevaran cerca de Ace y poder probar lo que obtuve gracias a que devoré a Yamori, algo de lo que no precisamente alardearía, pero si podía conseguir salvar a mi esposo, no me importaba.

Unos marines me tomaron por los brazos y me ataron con cadenas de kairoseki para llevarme cerca de la plataforma, donde podían vigilarme de cerca dos Almirantes de la marina.

Entonces, mientras caminábamos a la plataforma, un Shichibukai, Drácula Mihawk, empezó a moverse y lanzó un ataque directamente contra padre.

El fénix y la rosaМесто, где живут истории. Откройте их для себя