Confesión

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No conocía aquella voz, por lo que no sabía si era peligroso, así que sólo alcé las manos y fruncí el ceño —Camina—Me ordenó y yo obedecí sin rechistar, sin dejar de mirar a Ace a lo lejos, quien no sé si se percató de la situación actual.

Ace entonces se giró a ver qué estaba ocurriendo con los marines y me vio, siendo apuntada por alguien que al parecer él reconoció, porque sus ojos se abrieron de pura sorpresa —Ace... me sorprende verte por estos lares—Dijo el hombre, claramente un señor que superaba sus cincuentas.

Ace tenía cara de espanto, como si hubiera visto un fantasma real por lo que yo alcé una ceja ante su reacción —Bueno, en el cuartel todos especulan sobre el por qué estás viajando con esta chica, pero conociéndote... puede ser que ¿ella te gusta?—Dijo el hombre a mi espalda.

Ace se puso pálido, pero no retrocedió, en cambio yo bajé los brazos y dije —Oye, viejo... si sólo querías hablar con él ¿Para qué necesitabas amenazarme?—Giré levemente mi cabeza para mirar al hombre de reojo.

El hombre bajó su arma y lo miré entrecerrando los ojos —Tú... esa rosa en tu ojo...—Dijo sorprendido, yo fruncí el ceño y saqué mi kagune morado —No le interesa—Dije molesta, caminando rápido hacia Ace y tomándolo del brazo —Vámonos, ahora—Le dije y lo llevé lejos de aquel hombre con máscara de perro.

Nos subimos al barco y zarpamos de nuevo, hacia la isla donde Kurohige atacó hace poco para poder seguir su ruta y capturarlo, no nos habían seguido, pero por si acaso no bajé la guardia.

Ace no dijo mucho durante varias horas de camino, y la verdad tampoco intenté entablar conversación al respecto de lo que pasó, si quería hablar al respecto lo haría, si no, pues no iba a obligarlo.

Cuando llegó la hora de comer, Irimi y yo servimos todo y nos sentamos en la mesa, poco después Ace llegó y empezó a comer, aunque seguía pálido y sin decir una palabra —¿Ace, qué te ocurre?—Le preguntó Irimi.

Ace dio otro bocado a su comida y suspiró después de tragar —Se trata de Garp, el héroe de la marina—Al escuchar esas palabras, Irimi y yo dijimos al mismo tiempo —Arima—Pero Ace negó con la cabeza.

—No, por lo que me contó, mi padre le pidió que cuidara de mí cuando estaba en prisión, cuando mi madre murió él me llevó a Villa Foosha, que fue donde crecí... él es mi abuelo, Monkey D. Garp—Dijo Ace.

Irimi escupió el café que estaba bebiendo —Espera, espera ¿Dijiste Garp? ¿Garp el puño? ¿El héroe de la marina?—Dijo sorprendida.

Yo los miraba a ambos con cara de extrañeza, porque no tenía idea de qué estaban hablando, padre nunca mencionó a nadie con ése nombre, aunque no es como si habláramos mucho sobre la marina, yo preguntaba más por las islas, cultura, historia, medicina, comida y frutas del diablo, alguna vez pregunté por Gol D. Roger, pero nada más.

Cuando vieron mi cara de "¿De qué hablan?" ambos se miraron sorprendidos y Ace me preguntó aún sorprendido —¿Realmente no sabes quién es Garp?—En respuesta negué con la cabeza.

Ace no dijo nada, sólo se cruzó de brazos y dijo —Es mejor así... no es nadie por quien debamos preocuparnos, espero—.

Yo no dije nada, me alcé de hombros y seguí comiendo, al cabo de un rato terminé y lavé mis trastes, luego salí a la cubierta a respirar la brisa y fui alcanzada por Ace sólo unos minutos después, que al llegar me tomó en un cálido abrazo por la espalda —Aún no me has respondido...—Me susurró al oído y me puse roja "¿Cómo es que consigue ponerme así siempre que estamos a solas?" —Pues... no recuerdo qué me preguntaste—Dije molesta y mirando a otro lado.

Ace suspiró cerca de mi oído, y sentí un cosquilleo por el aire exhalado —¿Estás enamorada de mí?—Me preguntó.

Abrí los ojos como platos y me giré para ver a Ace, y no estaba bromeando, tenía el semblante serio y me miraba fijamente —E-eso... eso es—En ese momento pensé "¿Por qué estoy tartamudeando? ¡Sólo es Ace!".

Ace me giró para que lo viera directamente a la cara y, al alzar mi vista, vi su mirada arder en busca de una respuesta de mi parte —Safiye... Júpiter, amo cualquiera de esos nombres porque son una parte de ti, y ambos representan tu lado humano y tu lado ghoul—Me empezó a decir.

Ace tomó mi mano y me miró con esa mirada de fuego que tenía siempre que peleaba —Gol D. Ace, Portgas D. Ace ¿Tú me amas sin importar que sea el hijo del Rey de los Piratas?—Me preguntó de golpe.

Miré a Ace y acuné su rostro entre mis manos, mirándolo fijamente a los ojos —Yo... amo a... ambos: el hijo de Gol D. Roger, el comandante de la segunda división de los Piratas Shirohige y hermano mayor de Mokey D. Luffy—Le dije con una gentil sonrisa.

Ace me miró con cara de sorpresa que casi de inmediato se convirtió en alivio —Entonces...—Dijo y yo asentí, acercándome más a sus labios —Te amo, Ace—Y después de decir esas palabras, nos fundimos en un beso.

Ace se separó cuando necesitamos aire en los pulmones y me dijo —Entonces, como promesa de esto ¿Te casarías conmigo?—Mi cara ardió más que un volcán y le dije —¿C-casarnos? ¿No es un poco... apresurado?—Ace tomó mis manos y me miró a la cara negando con la cabeza —No lo es, de hecho, creo que me tardé mucho en pedírtelo—Me dijo y yo sonreí con las mejillas sonrojadas levemente.

Nos besamos de nuevo, pero Ace se detuvo y me dijo —Pero... quiero que nos casemos de la misma forma que tus padres...—Yo abrí los ojos como platos.

En realidad mamá no hablaba mucho de su boda con mi padre, pero de lo poco que escuché, habían sido dos ceremonias: una ceremonia tradicional ghoul y una ceremonia islam sólo por el gusto.

Cerré mis ojos y suspiré, luego miré a Ace y le dije —Ellos se casaron de dos formas diferentes: una ceremonia Islam y una boda ghoul—Ace me miró con curiosidad y yo le expliqué —El islam era la religión de mi padre, y la boda ghoul es algo... peculiar para los humanos—.

Ace me acercó a él y le dije —En una boda ghoul... los novios se muerden tan fuerte como para dejar una cicatriz imposible de curar, una marca eterna que permanezca siempre—.

Ace entonces, después de decirle aquellas palabras, me llevó a su habitación, donde me dejó espacio abierto entre su cuello y su hombro para morderlo... yo dudé... nunca había vuelto a probar sangre humana, y el olor era fatal, pero Ace me acercó y me dijo —Un tatuaje más no hará daño—No sé si lo dijo en broma o lo decía en serio, pero entonces abrí mi boca y mordí lo más fuerte que pude sobre su piel.

Ace se quejó un poco cuando mis dientes perforaron su piel y su sangre salió de la mordida, al sentir el característico sabor amargo y putrefacto de la sangre sentí unas enormes ganas de vomitar, pero seguí un poco más hasta que sentí que fue suficiente.

Cuando me separé era el turno de Ace, me quité el abrigo e hice a un lado mi cabello para que pudiera morder libremente en la misma área.

Ace se acercó y se detuvo un momento, como pidiendo permiso (No entiendo por qué lo pidió a estas alturas), así que en respuesta asentí levemente y él se acercó al espacio entre mi hombro y mi cuello lentamente...

Sentí sus dientes encajarse en mi piel, y aunque dolía, no me quejé de ello, sólo lo dejé seguir hasta que logró perforar mi piel y sentí una gota de sangre escurrirse entre sus labios, unos segundos después Ace se separó y me miró —Ahora tenemos la mitad cumplida... ¿Cómo hacemos una boda Islam?—Me preguntó y yo no tuve más opción que explicarle.

El fénix y la rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora