Reencuentros

15 1 0
                                    

La batalla continuó, aún ante mi estupefacción, y para cuando volví en mí los gigantes se estaban moviendo para atacar a Little Oz jr.

Cerré los ojos con fuerza y junté mis manos como si estuviera rezando, igual que lo hacía mi padre a veces —Allah en büyüktür, Allah en büyüktür, Allah en büyüktür. Lütfen Allah onu korusun Lütfen Allah onu korusun Lütfen Allah onu korusun—Recé en turco mientras escuchaba el bullicio de la batalla que se llevaba a cabo.

—¡Oz, no lo hagas! ¡Por tu tamaño eres un blanco fácil!—Gritó Ace mientras yo contenía el llanto por mi bebé y la sangre que estaba empezando a dejar de fluir, aunque no sabía si era por mi sanación o porque ya lo había perdido...

—¡Ace-kun, Júpiter-chan!—Escuché decir a Little con su voz gutural —¡Enseguida voy por ustedes!—Dijo.

Apreté mis ojos aún más fuerte y pegué mi frente contra el suelo, luego escuché algo impactar contra el hielo y azotar contra algún lado cerca de la plaza.

Las lágrimas ya no pudieron ser contenidas, y finalmente empecé a sollozar, rogando a Alá o a quien me escuchara: que todos salieran a salvo de aquí.

Un olor muy familiar y lejano llegó a mi nariz, pero lo ignoré por completo.

—Kızım!—Escuché una voz masculina gritar en turco y abrí los ojos por la sorpresa, alzando la cabeza para mirar al frente, y ahí, a un par de metros lejos de mí, se encontraba ese hombre de cabello y ojos celestes que no veía desde que era una niña...

—¿Baba...?—Pregunté en voz baja mientras las lágrimas corrían de mis ojos, aún a pesar de su apariencia ensangrentada.

El hombre sonrió amablemente y yo lo supe... él realmente estaba ahí frente a mí —¡BABA!—Grité emocionada y sonriendo de alegría —Kızım—Dijo de nuevo sonriendo... esa sonrisa no la había visto desde que lo mataron.

Miró a su alrededor cuando intentaron atacarlo por la espalda unos marines, vi cómo sacó aquel kagune morado que heredé de él y empezó a atacar marines en todas las direcciones para acercarse a mí a gran velocidad.

—Baba... padre—Dije sonriente —Kızım, canım kızım, göksel bedenim—Me dijo sonriente, acercándose cada vez más, aunque el nefasto olor a sangre no podría opacar la alegría que sentía al verlo.

Miré a aquel hombre frente a mí sabiendo muy bien que no lograría acercarse demasiado sin sufrir ningún daño, pero feliz de poder verlo de nuevo —Baba—Dije de nuevo.

Mi padre tomó a un marine moribundo por su camisa y mordió su cuello, arrancándole un pedazo de carne de la garganta que sangró como una fuente, sin embargo no me importaba verlo cubierto de sangre, no mientras estuviera conmigo de nuevo...

En cuanto vi detrás de él, divisé a Oz acercarse, mi padre estaba lo suficientemente cerca como para que pudiera escucharme sin gritar —Baba... no vengas—Le dije y él se sorprendió, deteniendo sus pasos apresurados a un par de metros de mí.

—Baba... te agradezco lo mucho que has hecho por mí y que intentes rescatarme, pero ahora mismo debo ser una hija egoísta, malagradecida y cobarde, porque debo pedirte que no me ayudes en esta ocasión...—Le dije sonriendo lo mejor que podía.

Mi padre me miró sorprendido —¿Qué estás diciendo, hija mía?—Preguntó sorprendido, yo le sonreí y le dije —Baba, por favor, cumple este último capricho de tu egoísta hija y ayuda a Oz... temo por él y eres el único en quien confío para esto—.

Agaché la mirada para que mi padre no alcanzara a divisar mis lágrimas y dije —El Demonio Simio lucha para que avancen, el Perro Negro protege a los que son desarmados y el Búho de un ojo desvía las balas de cañón, tú eres el único aquí que puede hacer esto así que... ¡Ayuda a Little Oz!—Alcé la mirada y vi a mi padre con una patética cara llena de lágrimas.

Él sonrió tiste y suspiró —Eres mi única hija... si ése es tu deseo, entonces, como tu padre, lo cumpliré... por ti—Dijo antes de dar media vuelta y saltar a donde estaba Oz, cumpliendo mi petición aún en contra de su corazón de padre.

—Creí que eras hija de Shirohige—Me dijo aquel Almirante de repente, impactándome por sus palabras, debido a eso, tardé en contestarle, hasta que solté un suspiro —Sólo en nombre, como el resto de la tripulación... mi verdadero padre es él—Dije mirando la silueta de mi padre asesinar a marines que se interponían en su camino hacia Oz.

—¿Cuál es su nombre, Almirante?—Pregunté seria —Akainu—Dijo secamente.

—Irónico—Susurré —¿Sabe? Mi madre... se llamaba Umi—Le dije, recordando a mi madre, sus ojos rojos como la sangre que brillaban más que rubíes y su cabello tan blanco como la nieve y tan largo que le cubría la espalda, era lacio y caía tan maravillosamente... ella era hermosa, como las princesas en los cuentos de hadas.

Cerré los ojos "Si pudiera desear algo, sería volver a verte, mamá" pensé con una sonrisa, imaginando cuál hubiera sido la reacción de mi madre si supiera que sería abuela...

—¿Qué idioma hablaste, pirata?—Me preguntó Akainu y lo miré curiosa, fingiendo ignorancia sobre lo que decía.

—El idioma con el que tú y tu padre se hablaron no es uno que haya escuchado antes—Dijo serio, sin mirarme, yo sólo agaché la mirada al suelo —Mi idioma natal... pero no tengo por qué responderte cuál es, moriré de cualquier forma...—Le dije, volviendo mi mirada al frente.

Akainu no dijo nada más, y yo pronto sentí que dejé de sangrar por completo y sonreí con alivio, al menos tenía más tiempo, o eso esperaba, sólo un poco, pero esperaba que fuera suficiente para salir de aquí pronto.

Mientras mi padre cubría a Little Oz, Boa Hancock atacó con unas flechas de corazón que petrificaron a muchos marines y piratas, pero cuando una de esas flechas le dio a mi padre y no le afectó, todos se sorprendieron, incluida ella —Tus flechas de esclavitud no funcionarán en mí...—Dijo mi padre seguro.

Todos notaron un acento extraño cuando habló, el acento turco, a mí no me sorprendió en lo absoluto.

—Yo he estado perdidamente enamorado de mi preciosa esposa durante más de veinte años, no puedes enamorar a alguien que ya está enamorado, Boa Hancock—Dijo mi padre mirando a Boa.

—Wow, gracias por eso, cariño—Dijo una voz femenina entre la multitud de marines antes de apuñalar a cinco marines del tirón con su kagune, único en el Clan Washuu.

—Mamá...—Dije con los ojos bien abiertos.

Aquella mujer que creí que sólo volvería a ver en mis recuerdos dio un salto y se colocó al frente de todo, mis nakamas se giraron a observarla: su cabello blanco y lacio, su piel pálida como porcelana y sus ojos rojos como la sangre —Umi, querida—Dijo mi padre sonriente.

Mi madre dio un salto hacia mi padre y lo besó fugazmente, luego se giró hacia mí y sonrió —Has crecido mucho... hija mía—Dijo.

Yo no me podía creer lo que veía, eran demasiadas caras conocidas: mi padre, mi madre, Koma, Irimi y Eto, sí hace dos años me hubieran dicho que esto pasaría, me hubiera reído fuertemente entre lágrimas y habría dicho que estaban locos y que no dijeran estupideces.

Debido a la sorpresa, me percaté totalmente de que Boa Hancock no sólo atacaba a mis compañeros, sino que también marines, no entendía a esa mujer, pero tampoco estaba muy interesada en hacerlo.

—¡Ace-kun! ¡Júpiter-chan!—Escuché a Oz —¡Mamá, protege a Oz! ¡Te lo ruego!—Grité y mi madre me lanzó una sonrisa —¡Claro!—Asintió y, junto con mi padre, dieron un salto y quitaron los estorbos/marines del camino de Oz.

Pero mientras Oz avanzaba con la ayuda de mis padres y los demás, un Shichibukai: Bartholomew Kuma, creó una huella de pata de animal gigante, que después se hizo pequeña y la arrojó contra Little y el resto, lo cual causó una gran explosión —¡BABA! ¡ANNE!—Grité.

El fénix y la rosaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon