☠Hopeless Romantics☠// Sung Jin-Woo [I]✔

Capitulo 27

Ambos hermanos nos llevaron por aquel piso hasta llegar a un castillo demoníaco. Allí vivían según dijeron.

-¿Donde está mi padre?- pregunto Seth a uno de los guardias que estaban allí presentes.

Este nos miró a mi y a Jin con curiosidad, luego volvió su vista a ambos hermanos que esperaban una repuesta.

-Actualmente se encuentra en la sala de trono- respondió- Lady Esil, Señor Seth, ¿quiénes son los sujetos detrás de ustedes.

- Son invitados importantes, así que ten algo de respeto- dijo la menor.

Mire al guardia por unos segundos hasta que seguimos de largo. Caminamos unos minutos más hasta abrirse una puerta doble donde nos adentro a una sala de trono inmensa.

Si hubiéramos sabido de esto y avanzado, seguramente hubiéramos tenido una batalla contra el jefe o el hombre en ese trono.

Se olía el miedo desde que entramos.

- Padre- llamo Seth- trajimos unos invitados- mencionó mientras nos acercabamos más.

El sujeto no podía creerlo. Nos miraba con terror a ambos. Estaba al lado del pelinegro pero aproximadamente a un metro suyo.

- Esil, Seth- dijo en un llamado- ¡Q-quienes de este mundo trajeron aquí!

- No hay de que preocuparse- hablo la chica ahora- este hombre es un invitado así que...

-¡¿Que clase de invitado va a la casa de alguien con un ejército!?- pregunto en un grito mirando a Jin, luego dirigió su vista a mi- ¡¡Y ella desprende una sed de  destrucción incomparable!!

- ¿Q-que?- pregunto Esil. Con su hermano se giraron a vernos. Enseguida unos guardias vinieron a atacarnos, pero no me moví de mi sitio.

Nos rodearon apuntando con sus armas. Miraba el escenario atenta, estaba lista ante cualquier situación que sucediera, no iba a ser difícil vencerlos.

Adelante. Hazlo.

Cerré los ojos con fuerza. La voz en mi cabeza había soñado más fuerte de lo que hubiera querido, la cabeza me punzaba, frunci el ceño.

- Le prometí a Esil y Seth que dejaríamos este sitio pacíficamente si nos entregaban el pase de entrada- hablo Jin. Me miró de reojo al haber visto mis acciones.

- ¿El pase de entrada es todo lo que quieres?- pregunto.

Destruyelo. Es sencillo, sólo unos pasos y todo acabara.

Trataba de concentrarme en el pelinegro, le había dado una señal de que me sentía bien por lo que no se acercó a verme. Sentía que entre ambos había una conversación para llegar a un acuerdo pero la cabeza me daba vueltas.

Cerré los ojos esperando que el dolor se fuera, y así fue. Cuando volví a abrirlos retrocedi dos pasos al ver el ambiente.

Ya no estaba en la sala de trono, ahora me encontraba en la sala de la casa en la cual vivía con mis padres antes de que murieran.

Mire alrededor sin creérmelo, me levanté del sillón de golpe.

-¿Qué?- pregunté mirando de un sitio a otro. Me acerqué corriendo hacia el espejo a unos metros y me vi reflejada.

Pude verme a mi, pero no con mi cuerpo original, o mejor dicho no representado en la época actual. Mi yo adolescente se encontraba allí.

- Tn, es hora de ir a la escuela!- la voz de una mujer la cual reconocí como la de mi madre se hizo escuchar desde detrás. Me gire y encontré a esta con un abrigo en su mano esperándome- ¿sucede algo?- pregunto.

Enseguida sentí miedo y angustia. No era más que un juego sucio de mi mente. Volví a cerrar los ojos y los abrí, exaltada al ver lo que sucedía.

Se encontraban dos guardias gravemente heridos en el suelo, mientras que me encontraba apuntando con mi guadaña hacia Jin.

- Tn- llamo. Como si lo hubiera estado haciendo hace rato.

Solté el arma la cual no tardó en caer al suelo con un golpe seco. Retrocedi sin entender.

-¿Qué pasó?- pregunté temblando.

- De un momento a otro atacaste a los dos gruadias- se acercó con cautela hacia mi- te llamaba pero no reaccionabas incluso me atacaste.

- Y-yo....

- ¿Que paso?- pregunto ya cerca de mi, llevo sus manos a mi rostro con delicadeza, negué con la cabeza- no puedo ayudarte si no me dices que sucede Tn, por favor.

Mire a los demonios quienes nos veían expectantes y con miedo, seguramente por el escenario que me abría mandado hacia unos minutos o segundos atrás.

- No lo sé- dije de forma sincera- no se que sucedía, por un momento creí que estaba en otro sitio- murmure.

- Entiendo- lo escuché susurrar y suspirar- Te quedarás aquí- dijo separándose un poco de mi, lo vi incrédula.

-¿Que?- pregunté enseguida.

- No estás en condiciones de seguir Tn- hablo el pelinegro- ya me ayudaste suficiente y tu cuerpo no da buenas señales.

- Pero...- giro a verme.

- Nada de peros, te quedarás aquí a descansar- miró al líder de aquel clan de demonios el cual asintió no muy convencido.

Quise dar un paso hacia delante para reprocharle, pero mis piernas flanquearon e hicieron que mi estabilidad se rompiera. Estaba a punto de caer al suelo de no ser por dos brazos que me rodearon rápidamente.

- Tn!- dijo preocupado- ¿estas bien?- la voz del demonio fue lo último que escuche antes de caer inconsciente.