Qiao Nian metió su bolso debajo de su escritorio y le estrechó la mano. "Gracias. Qiao Nian".
¡Guau, genial!
La cara de Shen Qingqing se puso roja y no pudo apartar la vista de Qiao Nian.
Los dedos de esta nueva compañera de clase eran tan largos, pero su mano estaba un poco fría. ¿Se resfrió con la brisa afuera? Shen Qingqing rápidamente se dio unas palmaditas en la cara para disipar el calor y el enrojecimiento en sus mejillas, y luego cerró silenciosamente las ventanas junto a su escritorio.
Incluso pateó la silla del compañero de clase en frente. "Xiao Han, tengo frío. Cierra las ventanas".
"Es agosto, ¿cómo tienes frío ..." El compañero de clase en frente pareció quejarse, pero cumplió de todos modos y cerró las ventanas pensativamente.
Qiao Nian buscó la botella de chicle en su bolso, pero no la sacó. Sus ojos oscuros y hermosos miraban a su nueva compañera de escritorio. Se mantuvo en silencio mientras continuaba buscando a través de su bolso hasta que encontró algo.
Se lo entregó a su compañero de escritorio y le dijo: "Por ti".
"¿Qué es esto?" Shen Qingqing aceptó intuitivamente el artículo que Qiao Nian le entregó. Era una pulsera delgada con un pequeño colgante redondo y brillante. Levantó el colgante y vio que había un cristal extra brillante en el interior que brillaba maravillosamente a la luz del sol.
No pudo evitar jadear mientras miraba aún más de cerca el brazalete. "Qiao Nian, ¿realmente me estás dando esto? Es tan hermoso".
¡Era demasiado hermoso!
Nunca había visto un brazalete tan bonito en su vida.
El cristal en el interior parecía un diamante real.
Qiao Nian sonrió cuando vio lo mucho que le gustaba. "Un amigo me lo dio, pero no uso esas cosas. En lugar de dejarlo en mi bolso, es mejor si alguien a quien le gusta puede usarlo. Puedes quedártelo".
Shen Qingqing guardó alegremente el regalo, pero se sintió mal por ello. "Gracias, también te recibiré un pequeño regalo otro día".
Qiao Nian la miró con esos ojos llenos de vida, mientras que sus largas piernas se cruzaron casualmente debajo del escritorio. Shen Qingqing se sintió electrocutada por su mirada. "No es necesario".
Shen Qingqing sintió que su corazón se saltaba un latido nuevamente. ¿Por qué este nuevo compañero de clase se veía tan suave?
Volvió a tocar sus cálidas mejillas y murmuró: "Ya me has conseguido algo, no sería bueno si no te consigo uno".
"Si no aceptas mi regalo, entonces yo tampoco puedo aceptar este". Colocó el brazalete en el escritorio frente a Qiao Nian mientras lo miraba con nostalgia. Era evidente que le encantaba.
Qiao Nian levantó una ceja mientras miraba lo expectante que parecía Shen Qingqing. Entonces, Qiao Nian asintió un poco impotente.
"Está bien, entonces".
En este punto, el director entró en el aula y tocó su escritorio. Todos corrieron de regreso a sus respectivos asientos.
La maestra comenzó hablando de algunos asuntos administrativos como cada primer día del año escolar.
Qiao Nian estaba aburrida y sintió que su teléfono celular vibraba.
Ella lo sacó.
Había llegado una notificación.
No había un nombre, solo una cadena de extraños números romanos que componían la identificación completa.
[Gran jefe, sus bienes están aquí. Comenzará a subastarse en aproximadamente una hora. Pasa rápidamente por aquí.]
Qiao Nian respondió al instante.
[De acuerdo.]
Una vez que el maestro terminó de hablar, comenzó a hacer que los estudiantes movieran algunos libros.
Shen Qingqing era parte del comité estudiantil y comenzó a delegar el trabajo entre sus compañeros de clase.
Qiao Nian se levantó y empacó su bolso. Lo abrochó y lo colgó sobre su hombro, diciendo: "Tengo algo puesto más tarde y necesito irme primero. Ayúdame a hacérselo saber a los maestros".
"¿Te vas ahora mismo?" Shen Qingqing estaba atónito.
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Las identidades de la señora conmocionan a toda la ciudad de nuevo (Parte 1)
RomanceQiao Nian ha vivido en la casa de Qiao durante 18 años, y sus padres biológicos llegaron a la puerta. ¡De repente, todas las personas ricas de la ciudad sabían que la familia de Qiao tenía una hija falsa! Una verdadera hija es versátil, gentil y ama...
