5.2

6.6K 528 102
                                    

Caminamos rápidamente hasta nuestra habitación, pero en el camino chocamos con todo mueble y decoración que se interponga en nuestro camino, entre besos y caricias necesitadas.

Caminamos rápidamente hasta nuestra habitación, pero en el camino chocamos con todo mueble y decoración que se interponga en nuestro camino, entre besos y caricias necesitadas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

De camino a la habitación nuestras ropas fueron desordenándose a consecuencia de las caricias. Empuje a Pete contra la puerta, mientras intenta a ciegas abrirla, frote mi cuerpo contra él, disfrutando el roce de sus manos en mi cuerpo. Entramos a la habitación tropezando hasta casi caer al suelo, nos separamos solo un momento mientras cierro la puerta detrás de nosotros, pero sin soltar a Pete, puedo ver en sus ojos algo más que la lujuria de nuestros juegos, es más intenso, pasión...

- Pete – susurre tratando de regularizar mi respiración, su mirada me provoca hacer algo más que solo besarlo, aprieto su cintura contra mi, aprovechó para morder su cuello, escucho como su respiración se agita y comienza a gemir de nuevo.

- Duele, Vegas – lo escuchó quejarse, pero sus manos se aferran a mi camisa, ladea la cabeza, succiono su piel pálida provocando más de sus dulces gemidos. Empiezo a desabotonar su camisa, aunque no lo suficientemente rápido pues termino por rasgarla, los botones salen volando, y escucho alguno caer sobre mi escritorio, mañana me regirá por esto, pero es un riesgo que estoy dispuesto a correr. Pete hizo lo propio con mi camisa, que terminó colgada de la silla al otro lado de la oficina, con torpeza, ambos intentamos desabotonar los pantalones del otro, entre besos y mordidas. Cuando al fin sus pantalones pueden caer fácilmente hasta sus rodillas, le doy la vuelta a Pete, que resbala al enredarse sus piernas, su espalda se estrella con fuerza contra mi pecho. Coloque mis manos sobre su piel caliente, Pete colocó sus manos sobre las mías, intentando que lo soltara. Por el contrario, apreté su mano derecha con fuerza y la atraje a mis labios. Aunque sus manos parecen delicadas, puedo notar fácilmente algunas cicatrices en el dorso, al ver su mano puedo recordar lo que acaba de pasar en las celdas. Empuje esa mano blanca, como lo hice antes, pero esta vez sobre su piel, primero sobre su estómago; hice lo mismo con su mano izquierda, después de besarla la coloque sobre su pecho, y lentamente la deslice hacia arriba, hasta su cuello, presionando nuestros dedos alrededor, al mismo tiempo presionaba nuestras manos sobre su vientre empujando su cuerpo hacia mi, y así podría frotarme contra él. Mordí su hombro derecho, deslicé nuestras manos derechas por encima de su ropa interior presionando suavemente, ahora es Pete quien guía el movimiento embriagador cada vez más acelerado, como el latir de nuestros corazones. Me encanta cuando Pete se toca a sí mismo.

Empujo su cuerpo nuevamente, pero con intención de llegar hasta la cama para poder disfrutar de este momento, pero Pete se negó a avanzar, forcejeamos un poco, perdí el equilibrio y caímos sobre el sofá, Pete se quedó sentado en mis piernas, con su espalda recargada en mi pecho. Nos miramos unos segundos sonriendo ante la situación. Volvimos a besarnos con pasión desbordante, con una sola mano intente quitarme los pantalones, sin soltar la cintura de Pete quien se quitaba torpemente los restos de su camisa y de su ropa interior; el roce de nuestras pieles intensifica mi necesidad.

Unstoppable - VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora