8. Let off steam sexually (parte 2)

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–¿De verdad quieres que pare? – se acercó a Pete dando un golpecito con sus dedos a su pene, –pero parece que te está gustando mucho – otra descarga eléctrica golpeó su pecho, y gritó de nuevo.

Vegas sacó de su bolsillo izquierdo un par de pinzas pequeñas cubiertas de plástico y las agitó frente a Pete. –¿Quieres usar estas también?

–Ni siquiera lo piensas Vegas. – Levantó la pierna izquierda para evitar que se acercara. –Pon eso en mi y dormirás con el perro.

–no tenemos perro, Pete...–Vegas encendió el estimulador eléctrico haciendo gritar y gemir a Pete –pero si quieres que me detenga, solo tienes que decirlo...

–¡Bastardo! gmmm... ¡Vegas! – colocó ambas piernas en el suelo rendido, su boca podría decir que no, pero su cuerpo contaba otra historia. Desde que había puesto un pie en esa habitación estaba ansioso solo de saber lo que le podría hacer, y lo estaba deseando con cada nervio en su cuerpo.

–¿Vas a ser un niño bueno? – tomó entre sus dedos el cabello de Pete jalando de él hacia atrás para mirarlo a los ojos.

–Si me resisto, ¿vas a hacerme daño? – "Dejavu", ambos sonrieron, dejó que Vegas le colocara en el pecho dos piezas aparentemente metálicas, una estrella con cinco tornillos, pellizco los pezones rosados hasta dejarlos listos para ser presionados.

– Duele, Vegas... basta ... – su queja fue dulce, incluso sus gemidos posteriores lo fueron. Pete gritó cuando las descargas eléctricas recorrieron su cuerpo de nuevo, sin olvidar aquel pequeño objeto vibrador en su interior, que no dejaba de estimular ese punto exacto. Sujeto con fuerza los grilletes estirando sus brazos mientras su pecho se eleva violentamente y su pene derrama semen salpicando el suelo y también a Vegas, que sonrió satisfecho.

–¿Quieres más amor? –Pete negó con la cabeza pero permitió que el menor retirara el collar de cuero de su cuello para después morderlo. Suavemente retiró también el vibrador, provocando suaves quejidos de Pete al sentirse vacío, –fuiste tu quien me pidió que no me detuviera Pete, ¿no lo recuerdas? – se obligó a recordar que minutos antes, estando en el auto se había ofrecido libremente a Vegas, frotando sus cuerpos, ignorando al conductor, le había pedio, mejor dicho suplicado, que le hiciera gritar, y exudar sus emociones negativas, necesitaba liberar toda la frustración y sus ganas de pelear con alguien, aunque ese alguien fuese el mismo Vegas. – ¿Puedes resistir un poco más? –sin darle tiempo de responder, Vegas estrelló su puño en el abdomen de Pete, haciendo que el más bajo se doblara de dolor.

Sonrió ampliamente cuando Pete escupió un poco de sangre en su dirección –¡Bastardo! – antes de que pudiera elevar sus piernas defensivamente Vegas se acercó atrapandolo entre su cuerpo y la madera, acarició su pene que volvía a levantarse listo para un segundo ataque.

Vegas suele sentir remordimiento cada vez que juegan rudo en la intimidad, teme herir a Pete de tal manera que lo obligue a huir de su lado, en esta ocasión fue Pete quien le pidió que sin importar cuantas veces le pidiera detenerse no lo hiciera, ambos necesitaban recordarse. Rápidamente levantó las piernas de Pete posándolas en su cadera, deslizó su propia erección entre sus nalgas esparciendo el lubricante que puso en su cuerpo recientemente. Colocó sus manos en la parte baja de la espalda de Pete, dio un paso adelante introduciendo su erección lenta y tortuosamente.

– Vegas... mmmm– Pete apretó sus puños mientras se aferraba a los grilletes, sosteniendo su propio peso, cerró los ojos y mordió sus labios, – mmm ghm – intentaba hablar y maldecirlo, pero lentamente su cerebro se derretia en una placentera oleada de sensaciones, sus pezones atrapados en aquellas pinzas tan raras, su interior siendo invadido, tan profundo gracias a la gravedad. Haciendo gala de sus destrezas físicas, Pete elevó sus caderas suavemente antes de bajarlas de nuevo, llevando el ritmo de las penetraciones, con cada movimiento se marcan perfectamente cada uno de los músculos de sus piernas y su vientre, mientras su pene se balancea libremente salpicando a ambos; pero Vegas está más interesado en el rostro de Pete, sus gestos, cada gemido que sale de sus labios, cada súplica, dio un par de pasos al frente apoyando la espalda del mayor en la fría madera, para que este relajara sus brazos.

Unstoppable - VegasPeteWhere stories live. Discover now