Unstoppable - VegasPete

ESPECIAL - VENICE SCARRY ME!

Nota: Este especial tendría que haber sido publicado a finales de octubre, perdón.

– Vegas... ¿lo escuchas? – Pete se sentó en la cama con el corazón en la mano, era la quinta vez en la semana que escuchaba risas a las tres de la mañana.

– No escucho nada, amor vuelve a dormir – el más joven pasó su brazo sobre el estómago de su pareja obligándolo a acostarse de nuevo. No es que no le creyera, pero la semana pasada hicieron un maraton de peliculas de terror, desde entonces Pete a escuchado pasos, cadenas, risas y llantos por toda la casa, especialmente cuando se queda solo en alguna habitación.

– No estoy loco Vegas, escuche risas... – lanzó el brazo de Vegas lejos y se puso de pie, tomó su arma de la mesita de noche.

– ¿a donde crees que vas? – Vegas lo miró confundido, era imposible que alguien vivo o muerto entrara en la casa, no con todos esos guardias que Pete contrató; aunque, por la noche además de ellos, Macao y Venice, la casa grande se quedaba vacía, y hablando de muertos... – ¿le vas a disparar a un fantasma? – se burló de Pete antes de volver a la cama. En la casa grande de la segunda familia han muerto muchas personas, particularmente habría demasiadas almas perdidas siguiendolos; Pete guardó el arma detrás de él, rezó una oración antes de gritar asustando a su pareja.

– ¡Venice! – salió corriendo hasta la habitación de su pequeña, él podría no temerle a los muertos pero era mejor no tentar a su suerte, no después de la película aquella donde las brujas se roban a los bebés de sus cunas y se los comen. Justo al cruzar el pasillo escuchó pequeñas risas provenientes de esa habitación. Definitivamente eran risas de Venice. Abrió la puerta lentamente, encontró a la pequeña de pie en la cunita al medio de la habitación alumbrada solo por la lamparita en la pared y la ventana abierta.

– ¿Con quien hablas Venice? – Pete se acercó a su hija levantando del suelo al peluche favorito de la niña.

– Ya... ahí – Venice señaló la mecedora al otro lado de la cuna, imposible que alguien estuviera ahí. A Pete se le helo la sangre, ¿Ya?

– ¿por qué no duermes en Venice?

– Pho dormir primero, Venice después – la niña se acostó y cubrió con su manta, exigiendo a su padre que le entregara el famoso dinosaurio. Cerró sus ojitos con fuerza fingiendo estar dormida apretando a Mr Raw en sus bracitos.

Pete salió de la habitación aún más confundido, cerró con cuidado de no hacer mucho ruido, se quedó parado detrás de la puerta esperando escuchar de nuevo las risas infantiles.

– ¿Encontraste al fantasma?

– ¡ah! Mierda, Vegas! – Pete dio un salto cuando la mano fría de Vegas se posó en su hombro.

– ¿qué te ocurre? – lo abrazó suavemente mientras su corazón se tranquilizaba.

– escuché risas en la habitación de Venice y ...

– seguramente el monstruo estaba jugando con Mr. Raw... – abrió la puerta para encontrarse a la pequeña completamente dormida. – No más películas de terror para ti – Vegas llevó a su compañero de vuelta a la cama casi arrastrándolo.