𝗖𝗔𝗣. 𝗩𝗘𝗜𝗡𝗧𝗜𝗡𝗨𝗘𝗩𝗘

6.5K 583 54
                                    

Loren Philips.

Me acerqué a él con rapidez, asegurándome de que nadie nos viera. Me tomó de la mano y lo seguí instintivamente; era mejor escondernos.

Caminamos unos metros hasta llegar a una habitación pequeña, donde sacó un llavero de su pantalón para abrir la cerradura, algo que me sorprendió, pero no protesté.

—¿Qué estamos haciendo aquí? —le pregunté, dejando la caja en el suelo.

Dentro de la pequeña habitación había algunas cajas de archivos, una camilla de masajes y bastantes paquetes de ropa. Todo parecía estar limpio, pero no había mucha iluminación.

—Conseguí este lugar para tener algo de privacidad, ¿te gusta?

Asentí con la cabeza, pero algo no estaba del todo bien, parecía estar bastante molesto.

—¿Estás bien?

—Realmente no, estoy experimentando una sensación que jamás había sentido —confesó.

—¿Puedo saber qué es?

Negó—. Prefiero que no lo sepas.

Recordé que seguramente había escuchado la voz de Adrián en la llamada y le pregunté:

—¿Estás celoso?

Él levantó la mirada y asintió con la cabeza:

—Me apena admitir que siento celos de su ex marido, Doctora Loren.

Estaba celoso de Adrián, y por alguna razón eso me causaba cierta ternura.

—¿Qué fue lo que escuchaste?

—La llamó cielo, es molesto que la llame así después de todo el daño que le hizo, no merece siquiera estar cerca de ti —espetó.

—Deja la formalidad, David, aquí no hay nadie y ya no soy tu psiquiatra. He decidido irme de aquí, me ofrecieron un mejor puesto en Denver y aunque no me hubieras llamado, de todas formas iba a despedirme de ti —afirmé.

—¿Aceptaste regresar con él de nuevo?

Asentí de nuevo—. No tengo otra opción, necesito reunir suficientes pruebas para acusarlo de la violencia que sufro.

David se acercó a mí, me abrazó un poco fuerte y susurró en mi oído:

—Lo entiendo, solo quería estar seguro de que tus sentimientos por mí no habían cambiado, Loren.

Me alejé unos centímetros de él y negué incrédula.

—No han cambiado, pero… sí dudé de lo que tú sentías por mí.

—Yo no dejaré de amarte, no hay distancia que rompa lo que siento por ti. Te amo y te pienso con cada latido de mi corazón.

Tomó mi mano y la colocó en su pecho para que sintiera sus latidos, empezaba a dudar de si realmente no me gustaba lo cursi o si nunca habían sido así conmigo. Me puse en puntillas y dejé un beso en su mejilla.

—También te amo, David.

Él me tomó del cuello y sin preguntar comenzó a besarme con intensidad, desafiando sus propias reglas. Mis mejillas ardían al igual que mi entrepierna; su manera desesperada de morder mis labios me excitaba y algunos pensamientos eróticos comenzaron a llenar mi mente, pero decidí detenerlo.

—Espera, no quiero que cometamos un error, tengo miedo de…

—¿De que no puedas parar y necesites más que un beso? —interrumpió agitado.

RESPUESTAS SIN SALIDA [NUEVA VERSIÓN]Where stories live. Discover now