Capítulo II: Bailando

145 43 144
                                    

Luego del paso de unas horas, sentía que todo el alcohol que había bebido, ya estaba haciendo efecto en mi cuerpo. Beber era algo que me volvía mucho más sociable de lo normal. Además de provocarme otras cosas, como perder la cabeza y actuar sin pensar. Lo cual no era tan bueno;  ya que siempre o la mayoría de las veces, me metía en problemas. 

Me encontraba concentrada en mi conversación con Iris, sobre mi hermano. Pero en un momento sentí que alguien tocó mi hombro llamando mi atención. Entonces giré mi cuerpo y lo encontré a él sonriendo ofreciéndome un vaso con bebida. Se acercó a mi oído para que pueda oírlo, ya que la música se encontraba demasiado alta. Entonces en ese instante sentí una electricidad que de una manera lenta recorrió mi cuerpo provocando un escalofrío.

Tal vez sea otro efecto del alcohol, si definitivamente lo era.

—Soy Jerónimo Cromwell, por cierto. No me había presentado —expresó mientras extendió su mano para que la estrechara —. Lo siento pero no soy bueno reteniendo nombres.

Me acerqué a su oído, me elevé solo un poco sobre las puntas de mi pie y le dije mi nombre. 

—Sophia Williams, un placer —sonreí.

—El placer es mío Sophia —expresó con esa sonrisa que haría poner de rodillas a cualquiera y yo claro que podía hacerlo con gusto.

Continuamos conversando y riéndonos, cuando divisé a dos hombres acercarse a nosotros. Eran realmente atractivos, me atrevo a decir que sin exagerar podrías suponer que eran modelos de Calvin Klein. Y no exageraba.
Los había visto a lo lejos en un momento de la noche pero no tenía ni idea de quienes eran. 

Cuando llegaron a nosotros ambos me saludaron con un beso en la mejilla y se presentaron.

—Hola, soy Octavio Langley y él es Stefano Remington, mi pareja —comentó mirando al hombre a su lado.

—Hola, un placer —pronunció Stefano.

—Wow... ¡hacen una linda pareja!—vociferé— ¿puedo unirme a ustedes? juro que me porto bien y no molesto, seriamos un buen trío—solté eso sin pensar, otro efecto del alcohol.

Gracias al cielo, ellos comenzaron a reírse de mi comentario.

—Dejame pensarlo, te avisaré. Me agradas cariño —expresó Octavio con una sonrisa en su rostro.

Iris se encontraba frente a mí riendo descaradamente de mi tonto comentario. Me acerqué para hablar con ella, mientras Octavio y Stefano conversaban animadamente con Jerónimo. 

—La última vez que te vi eras una niñita.

—Eso fue hace muchos años —sonrió — y yo ni recuerdo tu cara.

—Es que eras pequeña y si mal no lo recuerdo ese día vestías de bruja —reí.

—Era hallowen tonta.

—Te veías adorable —agregué.

—Si tu lo dices... — expresó. 

—¿Tu hermana vive en esta casa sola? —pregunté.

—Nop, vive con Jerónimo y Octavio.

Ese fue un dato que realmente me sorprendió saberlo.

—Debe ser interesante y divertido vivir con amigos.

—Pues si —sonrió—. Lo es o eso me dijeron.

—¿Y tú dónde vives? —pregunté con curiosidad.

—Comparto piso con unas amigas, pero tengo planeado mudarme con mi hermana en algún momento.

—Eso es genial Iris —sonreí.

Continuamos bailando y cantando, reía con con iris cuando Jerónimo me tomó de la mano para bailar juntos. Estábamos muy cerca casi pegando nuestros cuerpos, sabía que intentaba provocarme y yo le seguía el juego sin dejar de mirarlo a los ojos.

Era un juego de dos y a mi me encantaba jugar...

Comenzó a cantarme al oído mientras bailábamos, tomándome de la cintura de una manera sumamente tentadora acercándome aun más a él. Provocando que coloque mis manos en su torso y comenzar a subirla hacia su cabello siguiendo su juego.

Todo marchaba absolutamente bien hasta que mi querido y adorado hermano, "noten mi sarcasmo'', se interpuso en el medio interrumpiendo nuestro momento.

—Oye, no te acerques tanto a mi hermana, pueden bailar tranquilamente sin tener que tocarse —reprochó clavando su mirada en Jerónimo.

Solté un suspiro exasperado al oír aquello. Christopher en modo hermano sobreprotector era realmente molesto, estresante e incluso, insoportable.

—Tranquilo solo bailamos —dijo mientras reía.

—No seas insoportable por favor  —bufé—. Vete a bailar con Iris o alguien.

—¡Quiero bailar con mi hermanita! —realizó un mohín.

—Baila con tu hermano y yo iré a hablar con Octavio y Stefano —interrumpió Jerónimo y se perdió en la pista.

—Bailemos pesado, juro que a veces te odio —expresé.

Realmente me encontraba tan bien bailando con Jerónimo, quería golpear a Christopher en ese momento. 

—No puedes odiarme ni aunque quisieras hermanita, soy quien le da alegría a tu vida.

—Si claro, si tu lo dices —comencé a reír a carcajadas.

—Eres cruel hermanita.

—Tranquilo, lo superarás.

Mientras bailábamos observé a Micaela repartiendo shots de vodka a todos los presentes. Sin embargo, cuando llegó hacia nosotros, yo intenté negarme pero ella insistió tanto que terminé bebiendo uno, solo uno, el primero de muchos más y la noche aún poseía varias horas por delante. 

Observé a Chris beber tres chupitos seguidos mientras todo el resto lo alentaban alegres de su hazaña. Reí, y continué bebiendo y bailando con Chris. Definitivamente todos acabaríamos demasiados ebrios. 

Una parte de Mi (Libro 1)Where stories live. Discover now