Capítulo XVII: Plan Cupido Parte I

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Los días en los que Jerónimo se encontraba en Alemania transcurrieron rápidamente para mí, quizá era porque antes de dormir por las noches nos escribíamos o él llamaba y pasábamos horas y horas hablando.

Me gustaba oír sobre su trabajo aunque no entendía nada claramente y él lo sabía, pero me fascinada la pasión con la que hablaba de ello y la paciencia que tenía al explicarme o responder cada pregunta que le hacía, aunque fuese la más tonta del mundo.

En los momentos que no hablábamos me concentraba en mi trabajo. Ya había logrado varios avances en el discurso que estaba preparando. Aunque un pequeño detalle me impedía concentrarme un poco. Era que mi equipo, el cual incluí para que realizaran el trabajo conmigo, no podían estar en el mismo sitio sin pelear o tirarse dagas invisibles entre ellos.

Con mi equipo, me refería a Thomas y Sanem claro. Estaba considerando encerrarlos en una habitación el tiempo que sea necesario para que solucionen sus problemas de una maldita vez.

Sabía que había descuidado mi trabajo de cupido con ellos por estar pensando en un sexi y apuesto corredor de motos. Tendría que dejarlo de lado un momento y seguir con mi plan, el cual comenzaría en ese mismo instante.

Tomé mi móvil y comencé a escribir un mensaje a Sanem.

Sophia: Oye ¿te apetece beber algo?

Envié el texto y su respuesta no tardó en llegar.

Sanem: No lo sé Nix, no estoy de humor para beber.

Sophia: Eso suena como una buena motivación para beber.

Sophia: Romperás mi corazón si no aceptas.

Sophia: Porfis, porfis, porfisss.

Sanem: ¿No dejaras de insistir hasta que acepte?

Sophia: Ya me conoces y sabes que no.

Sanem: De acuerdo, te veo donde siempre.

❀❀❀

Ingresé a nuestro lugar de siempre, seguramente Sanem llegaría tarde como siempre.

—¡Hola Bill! —saludé al dueño del lugar.

—Hola niña, su mesa está libre para ustedes —expresó sonriendo. 

—Gracias Bill, eres el mejor.

Bill Adler dueño del lugar, ya nos conocía. Siempre solíamos visitar el lugar con Thomas y Sanem. Además, la mayoría de las veces nos ubicábamos en la misma mesa, por lo tanto siempre la reservaba para nosotros.

—¿Te traigo algo de beber mientras esperas a tus amigos?

—Claro, gracias.

Mientras esperaba a Sanem, Bill me llevó una cerveza, la cual comencé a beber tranquilamente, mientras conversaba con Jerónimo por mensajes.

—¿Cuál es el motivo de esa extraña sonrisa?

Levanté mi vista y me encontré a Sanem observándome.

—Llegas tarde como siempre Sanem —respondí ignorando su pregunta.

—Lo bueno se hace esperar —sonrió—. ¿Qué tal has estado? —preguntó mientras se sentaba frente a mí.

Luego hizo una señal con su mano llamando a Bill.

—¿Bien y tú?

—Normal —respondió con indiferencia y sabía que intentaba hacerse la misteriosa.

Una parte de Mi (Libro 1)Where stories live. Discover now