Capítulo VII: Jordania (segunda parte)

86 30 45
                                    

La ciudad de Petra, en Jordania, era exquisita de admirar. Mis ojos brillaban de emoción al apreciar como seguían intactos los restos de ese sitio arqueológico tan antiguo. En verdad, amaba mi trabajo, no podía haber elegido una carrera mejor.

La mejor parte era que conocía varios países y ciudades gracias a ello.

Thomas y Sanem, observaban todo con la boca abierta, estaban jodidamente fascinados, igual que yo, como cualquier persona que tenía la oportunidad de conocer tal maravilloso lugar. 

—Bueno comencemos —hablé llamando la atención de mi equipo.

Nos pusimos manos a la obra al instante. Sanem era la encargada de tomar todas las fotografías mientras con Thomas nos disponíamos a anotar todos datos importantes.

—Petra es una palabra que deriva del griego, significa "excavada en piedra", ya que la ciudad se encontraba tallada en la piedra y fue elevada por los endomitas en el siglo VIII a.C —comencé a hablar, mientras Thomas tomaba nota.

—Pero fue bajo el dominio de Nabateo a partir del S. VI a.C cuando alcanzó su máximo esplendor gracias a su ubicación en una ruta comercial —agregó Sanem.

Ninguno de los tres habíamos estudiado historia, pero sabíamos mucho de ella gracias a nuestro trabajo. Muchas veces Hugo, nuestro jefe, nos había insinuado que sería una idea increíble sumar a un historiador a nuestro trabajo. Por supuesto tenía razón,  pero agregar una nueva persona a nuestro equipo sería una gran cambio, aunque tal vez podríamos intentarlo en un futuro. 

<<Tal vez, un día se logre, quien sabe>>.

—Sin embargo, esta época no duró mucho ya que se cambiaron rutas comerciales. Varios terremotos y tormentas de arena sacudieron la ciudad, provocando que sus habitantes la abandonaran y quedara en el olvido —puntualizó Thomas—. Aunque... años más tarde fue re descubierta.

—Cierto —agregó Sanem—, en un principio Petra nació para los nabateos como una ciudad funeraria,ya que los edificios excavados eran utilizados como tumbas.

—Luego se convirtió en una ciudad comercial gracias a su ubicación en la confluencia de hasta siete rutas comerciales, contaba con un teatro construido por los nabateos que luego fue remodelado por los romanos. Sus gradas fueron perfectamente talladas en la montaña, es sorprendente los detalles que resaltan en ellas, es más se calcula que entraban hasta cinco mil personas, esto es realmente increíble —expresé.

Mis amigos me observaban con una sonrisa en sus rostros. Antes lograban ponerme incómoda cuando me contemplaban de aquella manera, pero luego entendí el porqué, ellos lo dijeron... me admiraban y se sentían orgullosos de mí. Eso no significaba que no me daba un poco de pena, pero demostraba que lo estaba haciendo bien.

—Saben... por momentos deseo asesinarlos cuando tienen sus tontas peleas, pero estoy segura que no podría tener un mejor equipo —sonreí. 

—No vivirías sin nosotros Nix —pronunció Thomas al rodearme con su brazo. 

—Es cierto —agregó Sanem—. A pesar de todo somos un buen equipo —sonrió.

Los tres no quedamos anonadados con el lugar, la pasión que sentía por mi trabajo como arqueóloga era enorme y estaba cien por cien segura de que Thomas y Sanem sentían lo mismo que yo. Por eso me gustaba trabajar con ellos, lograbamos entendernos al instante, además que nos conocíamos demasiado bien y no era para nada incómodo trabajar juntos, al contrario.

Luego de estar varias hora recogiendo información decidimos volver al hotel, ya que al día siguiente volveríamos para continuar con nuestro trabajo. Estábamos cansados así que cuando llegamos, cada uno de fue a su habitación a dormir.

Me despedí de ellos en el pasillo y entré a mi cuarto, me di un baño rápido y me metí a la cama.

❀❀❀

Los días siguientes nos centramos en hacer nuestro trabajo, debía salir perfecto porque así lo quería o lo exigía en realidad. Siempre había sido alguien obsesionada con la perfección, no podía evitarlo.

En fin, continuamos haciendo nuestro trabajo, conociendo más a fondo la ciudad y deleitándonos con su historia.
A

ntes que terminara el día caminábamos por la ciudad comprando algunos recuerdos.

Debía llevarle algo a mí madre, era algo que siempre hacía cuando visitaba algún país o alguna ciudad nueva.

Luego de realizar compras, fuimos a cenar juntos.

—Deberíamos tomarnos unos días —comentó Sanem —. De descanso —agregó.

Con Thomas, nos dedicamos a observarla de manera atenta para que continuara hablando.

—Podríamos... no sé ir a alguna ciudad, a otro país y divertirnos antes de volver a Barcelona.

—¡Al fin sale una buena idea de tu cabeza, no puedo creerlo! —Thomas abrió su boca y se llevó una mano al corazón fingiendo sorpresa provocando que Sanem le diera una patada debajo de la mesa indignada.

—¡Auch!, eso dolió, loca.

—Te lo merecías por idiota.

Tomé mi copa, la lleve a mi boca y bebí un trago para luego hablar.

—Es una excelente idea Sanem —sonreí—, ¿que tienes en mente?

—No lo sé, díganme a qué ciudad les gustaría ir, me fascina Las Vegas.

—Ya fuimos muchas veces a Las Vegas —mencionó Thomas.

Por suerte en esos viajes no hicimos ninguna locura como casarnos, como solían hacer muchas personas.

—Yo digo que podríamos ir a Río de Janeiro —ambos sonrieron— es un lugar que aún no conocemos.

—No es mala idea —expresó Thomas.

—Vamos a Río entonces.

—Por Río —agregó Sanem levantando su copa. 

Chocamos nuestras copas y seguimos organizando nuestro viaje, sacamos nuestros boletos por Internet y luego fuimos a descansar ya que al día debíamos viajar demasiado temprano, y el viaje a Río de Janeiro desde Jordania era bastante largo, pero estaba segura que sería divertido. 

Una parte de Mi (Libro 1)Where stories live. Discover now