Capitulo XXXII : No puede ser

38 10 84
                                    

Mis ojos no podían creer lo que estaban viendo. Definitivamente no me lo esperaba, tenía la esperanza de que ese mensaje fuera mentira, un mal entendido, una broma de mal gusto. Pero las personas frente a mí me acaban de confirmar que era verdad. 

Cerré mis ojos y respiré profundo conteniendo mis lágrimas, no iba a permitir que me vieran llorar, al menos no en ese momento. 

Me giré hacia la puerta y la cerré con todas mis fuerzas, tanto que tal vez  solo eso se escuchó en toda la casa y en el resto de la ciudad.

—Sophia.

Comenzó a hablar sin poder creer que yo estuviera allí, frente a ellos y en la misma habitación. 

—Veamos... —intentaba controlarme— ¿quién de los dos me va a explicar lo que sucede?

—Sophia —comenzó a acercarse lentamente hacia mi—, cariño...

—¡No me llames así —vociferé haciendo que se paralizara en el lugar.

—ibamos a decírtelo —continuó—, solo buscábamos el momento adecuado, no queríamos lastimarte.

—¿No querían lastimarme Renata? Ja —solté una risa sarcástica—, que considerado de su parte.

—Sophia tu y yo no eramos nada, solo teníamos sexo casual —expresó haciendo que guiara mí mirada hacia él.

¿Acaba de decirme sexo casual?

¿No fue producto de mi imaginación?

Esa persona que pronunció aquellas palabras no es la que conocí porque tal vez, en realidad nunca llegué a conocer.

—Tú cierra la maldita boca—expresé secamente —no tengo nada que hablar contigo Jerónimo.

>>Ella es mi mejor amiga —señalé a Renata—, era mi mejor amiga mejor dicho;  esto es entre ella y yo —dirigí mi mirada hacia ella—. ¡Eras mi mejor amiga, mi hermana, nos contábamos todo absolutamente todo, te hable de él, vivíamos juntas! ¡¿Qué mierda eres?! —grité furiosa.

—Se nos salió de control la situación, no queríamos que lo supieras así, ibamos a decírtelo — expresó conteniendo sus lágrimas.

—¿Ibas a decírmelo?, cuando pensabas hacerlo ¿hoy? ¿mañana tal vez? ¿y qué esperabas que los felicite y les diga que seré la madrina de sus hijos? !Tu sabías lo que yo sentía por él! —expresé mirando  a Jerónimo que guardaba silencio.

¿Alguna vez sintieron que su corazón dolía tanto? Como si de alguna manera quisiera salir de tu cuerpo...
Eso era lo que sentía en ese momento.

—Estuvieron riendo de mí en mi cara —me llevé una mano al corazón—. Yo los presenté, por mi se conocieron por lo menos hubieran tenido la decencia de decírmelo en la cara —vociferé cabreada.

—Lo sé, lo siento mucho —sollozó —. Pero aunque te duela yo voy a seguir a su lado porque me gusta mucho, soy feliz con él y si tengo que elegir entre tu amistad y él, tú perderás —habló Renata sin titubear.

Creo que desde la habitación, al polo sur se logró escuchar como acababa de romperse mi corazón.

Renata literalmente arrancó mi corazón y lo pisoteó cruelmente frente a mis ojos. Todas las imágenes de ellos comienzan a pasar por mi cabeza, no pude ser tan ciega, era obvio lo que sucedía entre ellos y no lo supe ver o mejor dicho no lo quise ver.

—Genial, gracias por pensar en nuestra amistad —tomé una bocanada de aire—. Mierda con mierda se llevan bien, espero que sean felices y nunca más, en su puta vida vuelvan a cruzarse en mí camino.

Una parte de Mi (Libro 1)Where stories live. Discover now