Capítulo XIII: Mamá

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Aún continuaba pensando y analizando detenidamente lo que había dicho Renata hace unas semanas. Quizá esté tomando una decisión apresurada y me termine arrepintiendo o tal vez no; todo es posible. Por lo tanto, necesitaba evaluar todas las posibilidades detenidamente, los pros y los contra de tomar una decisión de ese nivel. 

Conducía hacia la casa de mis padres, luego de un día de trabajo bastante agitado. Debería hablar con mamá, ella siempre sabía qué decir.

Presioné el botón para abrir la entrada de la enorme casa, siempre amé este lugar. Aun más al saber que mi propio padre fue quién la había diseñado con ayuda de mi madre, claro. Él era un gran arquitecto, el mejor me atrevería a decir. Era reconocido en muchos países, incluso llegó a expandir su empresa en varios continentes. Lo que me hacía sentir completamente orgullosa de ser su hija y con seguridad sabía que mis hermanos seguirían su mismo camino.  

Detuve mi auto, aparqué en mi lugar y bajé de el. Ingresé a la casa y me dirigí hacia la sala de estar. Dejé mi bolso y mi abrigo en el sofá de la sala, para dirigirme al estudio de mi madre. Estaba segura que estaría allí como de costumbre.

Di unos golpes a la puerta y esperé unos segundos.

—Adelante —habló mi madre.

Abrí la puerta y entré.

—Hola Mami —me expresé con una sonrisa.

—Hola cariño —pronunció mi madre. 

Luego se puso de pié para rodear el escritorio y acercarse a mí para estrecharme en sus brazos.

—¿Te encuentras ocupada? —pregunté. 

—Tengo la tarde libre hoy cariño, ¿Por qué preguntas?

—¿Podemos hablar un momento?

—Claro que sí —sonrió—, ven.

Nos acomodamos en el sofá del estudio.

—Dime, ¿sucede algo hija? —preguntó preocupada.

—No mamá.

—¿Segura cariño?

—Si mamá, no te preocupes.

—De acuerdo hija, dime. 

—Mmm, debo tomar una decisión.

—¿Sobre qué?

—Renata me propuso vivir juntas, compartir piso —pronuncio lentamente—. Sé que no nos conocemos de mucho tiempo pero es como si lo hiciéramos desde siempre.

—¿A ti te agrada la idea de compartir piso con ella? —preguntó curiosa.

—Mucho.

Hablaba en serio, si bien tenía miedo pero eso no quitaba el hecho que me gustaría intentarlo.

—¿Sabes que ella no me agrada?—cuestionó.

—Lo sé, mamá —bufé—. Y no entiendo el porqué, ella es una buena amiga. 

—Instinto de madre cariño.

—Si tu lo dices... —rodé los ojos.

Todos mencionaban al famoso "instinto maternal", quizá algún día logre comprenderlo si tengo hijos, quien sabe.

—Cariño... —suspiró—, si es lo que deseas yo te apoyaré —sonrió—. Aunque, extrañaré tenerte en casa pero debo respetar tu decisión y dejarte ir, pero no olvides que siempre tendrás abiertas las puertas cuando desees regresar.

—Lo sé, mamá. Quiero hacerlo y sé que siempre podré regresar aquí. Pero no me iré para siempre. Vendré a visitarte, no podrás deshacerte fácilmente de mí, mamá. 

—Eres increíble cielo, estoy orgullosa de ti —expresó—. Te amo, ¿lo sabes?

—Lo sé mamá, también te amo. 

—Y yo las amo incondicionalmente a ambas.

Ambas giramos hacia la puerta y mi padre se encontraba observando con una sonrisa en su rostro. Me puse de pié y corrí hacia el.

—¡Hola papi!

—Hola princesa, ¿te irás?

—Ya la oíste —expresó mamá acercándose a papá para besar su mejilla. 

—¿Estás realmente segura cariño? —preguntó mi padre. 

—Lo estoy —sonreí—, realmente lo estoy. 

—Si es lo que deseas, te apoyaremos cariño. 

—Lo sé, papá y gracias.

Papá me abrazó y mamá se unió a nosotros. Mi vida no sería la misma sin ellos y sin los idiotas de mis hermanos. Realmente amaba a mi familia.

—¿Un abrazo familiar sin mí? —preguntó Chris entrando al estudio—, me siento apartado, rompen mi pobre corazón —fingió limpiar una lágrima de su ojo. 

—No seas dramático idiota. 

—¡Mamá Sophia me llamó idiota!

—Ya madura Christopher — expresó mamá. 

—Cuanta maldad hay en tu ser...

Papá dio un golpe en la frente de mi hermano corrigiendo.

—¡Oye eso me dolió!, no puedes tratar así a tu hijo menor. 

—¡Ya madura Chris! —expresamos al unísono con mamá y papá, mientras comenzamos a reír. 

—¡Abrazo familiar! —habló mi hermano abrazándonos.

La mayoría de las veces  Christopher se comportaba como un verdadero idiota pero mis días serian demasiado aburridos sin él en la casa. 

Una parte de Mi (Libro 1)Where stories live. Discover now