Complicidad

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[ Capítulo 12 ]




Los dos estaban descansando sobre la cama, mirándose y acariciándose para borrar el mal momento que pasaron horas atrás. Yibo entendió que seria difícil y quizás habrían más cosas turbias, porque el pasado de Zhan era complejo, aún más que el hombre mismo, pero él era fuerte y su amor un roble, por lo que esperaría y lo apoyaría, en cualquier cosa, mientras Zhan estuviera dispuesto a sanarse tomado de su mano.

De repente el celular de Zhan sonó sobre la mesita de noche y este tomó la llamada.

- ¿Johnny, qué sucede? - escuchó un momento y sonrió mientras le daba una miradita a Yibo que lo vio confundido - Es perfecto, hazlo subir - cortó y dijo a Yibo - Está aquí.

- ¿Quién?

Zhan le besó la frente y lo impulso a levantarse.

Cuando estuvieron vestidos fueron hasta un Walking closet que tenia Zhan en su lujoso hogar, en donde esperaba un hombre arreglando unos utensilios de peluquería y productos para el cabello de variadas formas, colores y aromas sobre un tocador de marfil, frente a un espejo enorme. Los tres se miraron y el hombre reverenció.

- Señor Xiao, Joven Wang.

Yibo saludó y miró al pelinegro - ¿Qué es esto?

- Aún tenemos un baile al cual asistir.

- Pero mi traje...

- Tengo varios entre los cuales puedes elegir, deja de preocuparte por eso.

Yibo lo miró y sonrió, dándose por vencido - Está bien, pero de todos modos, debo comunicárselo a Feng-Ge.

- Hazlo mientras te peinan. Iré a terminar unas cosas de trabajo para comenzar a arreglarme también. Te dejo en buenas manos. Lao-He es uno de los mejores estilistas del país, ha trabajado con varias estrellas del medio.

- No me alague tanto, señor Xiao. Por favor, joven, tomé asiento.

- Hazlo - le dio un empujoncito - Te veré en mi habitación en un rato. 

Yibo sonrió y procedió a dejarse hacer.

Luego de una hora ya estaba peinado y un poco maquillado, el hombre se despidió y Yibo comenzó a pasearse por el pent-house después de pasar por el cuarto de Zhan y escuchar la regadera. Había encontrado sobre la cama, mágicamente ya arreglada, un traje Gucci negro con camisa azul de muy buena calidad esperándolo, más una pequeña nota que leía simplemente "Úsalo". Se lo puso y le quedaba perfecto, entallando perfectamente su cuerpo, haciéndolo lucir de maravillas con ese peinado hacia atrás que había hecho el estilista de hace un rato.

Caminó por los pasillos y se detuvo en aquellos cuadros, sonriendo al recordar que Zhan los había pintado y que eran excelentes. Se mantuvo mucho tiempo admirándolos con sus manos en los bolsillos, después siguió el camino del pasillo y se detuvo frente a la puerta del cuarto de juegos. Aquel lugar donde había pasado los mejores y más apasionados momentos de su vida, a la par de los más tristes y tormentosos.

Puso la mano en la manilla y abrió lentamente, encendiendo las luces y adentrándose. Estaba exactamente igual a como lo recordaba. Se hubiera mentido a si mismo si no confesará que extrañaba cogerse a su Zhan-Ge con rudeza en este lugar. Amarrarlo, amordazarlo, cegarlo o golpearlo de forma caliente e indecente.

Ese tipo de sexo era increíble y si no hubiera estado rodeado de toda esa negatividad y dolor, sería incluso mejor.

Yibo miró y abrió uno de los muebles, viendo algunas cosas interesantes. Sonrió de lado cuando una idea pasó por su cabeza. Tomó lo que necesitaba y se devolvió por sobre sus pies. Cerró y caminó hacia la habitación de Zhan nuevamente, entrando justo en el momento en que el pelinegro ordenaba su propio traje para la fiesta de aquella noche. Abrochaba su camisa botón por botón frente a un espejo del doble de su tamaño, su cabello también estaba ordenado y sus pantalones entre abiertos para poder meter la camisa dentro cuando estuviera lista.

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