Enfermedad.

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[ Capítulo 24 ]




Pasó aproximadamente un mes y Zhan estaba despidiendo a su esposo en la entrada, cubriéndolo con una chaqueta mientras Yibo terminaba de ponerse las zapatillas.

- ¿A qué hora volverás? - preguntó Zhan mientras subía el zipper de la chaqueta.

- Temprano, solo tenemos unas escenas que grabar hoy y será en una de las locaciones más cercanas.

- Eso es bueno, también regresaré temprano. ¿Quieres que pase por ti y cenemos en algún lado?

- Me encantaría - sonrió y tomó su mano - Pero estás algo pálido hoy y tus manos están frías, ¿Te sientes bien?

- Sí, solo sudé un poco anoche. Tomaré un baño caliente y beberé alguna medicina antes de salir, solo para evitar algún resfrío o algo.

- Me parece bien - levantó su mano y puso la palma en la frente de su esposo - No parece que tuvieras calentura.

Zhan sonrió y tomó la solapa de su chaqueta para acercarlo - Siempre tengo calentura cuando estoy contigo, Wang Yibo.

Yibo rió y lo abrazó de la cintura - Solo cuida tu salud, anciano coqueto.

Zhan sonrió y se acercó - Ten un buen día, esposo mío.

- Tú también. 

Se besaron y despidieron hasta que las puertas del elevador se cerraron. Cuando eso paso, Zhan borró un poco su sonrisa y se sintió mareado. Tenia un dolor de cabeza persistente desde hace ya varios días y las nauseas no habían cesado, al igual que los sueños del pasado.

Zhan tenia una idea del por qué, pero quiso ignorarlo. Estaba demasiado atareado con sus deberes y de preparar un buen caso contra Wen Han, que se había dejado estar. Ya no tomaba sus medicamentos, por lo que no podía dormir ni comer bien y de la terapia, ni hablar. Había evitado todas las llamadas de su psiquiatra y había pedido a su secretaria que lo negara constantemente.

Sabia que estaba actuando mal y que seguía escondiéndole cosas a Yibo, pero no tenia cabeza para pensar en su tratamiento ahora. Pensaba retomarlo luego de que todo lo demás se calmara, pero no sabia lo perjudicial que seria eso para su salud a largo plazo.

Subió por las escaleras hacia su cuarto y tomó unas aspirinas en el baño y un antiácido. Tomó una ducha y se preparó para la oficina, llegando a la hora para sus reuniones y tratando de mantenerse impecable.

Las horas pasaron y estaba en su oficina cuando se sintió tan mareado que tuvo que dejar de teclear y apretó sus cienes con ambas manos. Había un pitido persistente en sus oídos y pensó que vomitaría en cualquier momento.

Su respiración se entre corto un poco, por lo que soltó su corbata y algunos botones de su camisa para poder respirar mejor. Quedándose quieto hasta que la sensación de vértigo pasó. Suspiró y escuchó la puerta de su oficina sonar con tres golpecitos. Se incorporó de forma apropiada y se arregló un poco, antes de dar el permiso a la otra persona para entrar.

- Buenas tardes, A-Zhan.

- ¿Hao-Ge, por qué estás aquí?

- No tienes que asesinarme con la mirada, mis representantes están con las manos llenas por la liquidación de nuestra sociedad, solo yo estaba libre para traerte estos documentos finales para que firmes.- se acercó mientras hablaba y dejó unas carpetas en el escritorio - Con esto, habríamos terminado con la sociedad de los salones de belleza y los bares del centro.

Behind the ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora