CAPÍTULO 3

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La señora Salil estaba muy contenta de comer la deliciosa comida que Soda había traído. Ella elogia a Soda sin parar por toda su amabilidad. Ella ofreció pagar por la comida, pero Soda no pudo aceptarlo, porque lo considera un regalo para su benefactor. Khun Fai no tocó ni un bocado de la deliciosa comida. Pero no comía, no porque no le gustara, sino que no soportaba ver los hermosos ojos que lo miraban.

"¿Esta delicioso?"

"Oh! Que bien", respondió Fai con calma.

Khun Fai se giró para mirar a su hermana menor que estaba rompiendo las albóndigas y remojandolas con el jugo de soja con mucho gusto.

Soda sonrió dulcemente después de recibir la respuesta de todos, quería quedarse por más tiempo para mirar el hermoso rostro de Khun Fai en el salón de té.  Pero también quería ayudar a la tía Niam con las tareas del hogar, así que se excusó y se dirigió a la lavandería.

“¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?"

El joven apareció frente a la lavandería y se acercó a la tía Niam, que estaba jugando con Jae Phon y Phon Nang, negó con la cabeza.

"Hoy puedes descansar. Soda ya no tiene nada que hacer aquí".

“¿Y el baño, tía, está todo listo?”

"¿Por qué interrumpes a tu empleador, la empresa se ha ocupado de todo?"

Soda escuchó eso y asintió porque se olvidó que esos trabajos se los daban a una empresa externa, la cual, se encargaba de ello tres días a la semana. Así era más limpio e higiénico. Entonces las amas de llaves, jardineros y trabajadores, solo se debían encargar de sus propias labores, que ya eran bastantes.

Al darse cuenta de que no había nada más que hacer, Soda regresó al gran edificio con la esperanza de seguir sirviendo a Khun Fai.  Pero el joven Alfa había subido a su habitación a descansar. Soda, se dirigió hasta el invernadero para sentarse y relajarse. El invernadero, además de ser un área que debía cuidar, también era el lugar favorito en la mansión de Soda.

Cuando Soda llegó a vivir con la señora Salil, se ganó el cariño de las personas que lo rodeaban. Pero eso tampoco significaba que el pequeño Soda nunca lo hubiera pasado mal. Una vez, la señora celebró una fiesta de Año Nuevo en la mansión, invitó a muchos amigos cercanos y familiares a unirse a la casa, todas las personas llevaron a sus hijos, nietos. La casa estaba llena de gente.

Soda quería estar pegado junto a Khun Fai como siempre.  Pero no se atrevió porque tenía miedo a see visto por los extraños, por lo que, huyó a esconderse junto al invernadero. En cambio, los primos de Fai y Fon lo siguieron, queriendo ver cómo era el niño que había adoptado la señora Salil.

Cuando fueron tras él, vieron su mirada de asustado en el rostro del pequeño Soda, los niños se agitaron y le hicieron bromas burlándose de él. Sanan y la pandilla preguntaron a dónde habían ido sus padres, mientras apretando sus mejillas e intentaban sacar su ropa; tirando de su camisa y tirando de sus pantalones.

Soda estaba muy asustado, pero no se atrevió a gritar porque temía molestar a la Señora Salil o a Khun Fai.

Mientras era paciente a los distintos acosos de los chicos de la pandilla, Khun Fai, que casualmente pasaba por allí, fue en su recate. Finalmente pudo a salvar a Soda de aquellos niños molestos.

Soda recuerda que después de que se despidiera de los niños, lloró tanto que le temblaba todo su rostro.  Pero también era un llanto muy feliz porque Khun Fai lo abrazó con fuerza y le frotó la espalda para consolarlo.

Ahora, sus ojos redondos miraban fijamente el banco que solía sostener a Khun Fai, balanceándose hacia adelante y hacia atrás. Sus mejillas blancas estaban rojas y calientes... .

PLAYING WITH FIREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora