Capítulo 2_ El príncipe.

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Cuándo ambos príncipes entraron al enorme comedor del palacio ya todos se encontraban sentados y muy ocupados en el enorme banquete frente a ellos.

Heometh, quién tomaba a su hermana de la mano hizo una pequeña reverencia y tironeó levemente a Héoleth para que hiciese lo mismo. La niña que se había refugiado detrás de su hermano no tuvo otra opción que imitar los gestos de éste.

—Majestades, mis disculpas por la demora. —dijo el joven dirigiéndose a los reyes presentes.

El Rey Viserys que se encontraba en el centro de la mesa sonrió complacido y los invitó a sentarse.

Héoleth siguió a su hermano con la mirada gacha, era una niña muy tímida y reservada. En cambio no podía decirse lo mismo de sus dos hermanas mayores.
Ambas estaban sentada entre dos jóvenes de cabellos platinados y ojos violentas. El mayor de cabello largo y crespo reía junto a Amenath, y Faraht trataba de entablar conversación con el menor de los platinados, que a decir verdad no parecía tan entusiasmado cómo el otro joven. A su hermana ni siquiera le importaba eso, ya que seguía hablándole con un poco de euforia.

Emeth, quién se encontraba comiendo (o casi devorando a mordidas) una pata de pavo, compartía de vez en cuándo palabras con los platinados y otros dos niños sentados a su lado, éstos a diferencia del otro par tenían el cabello castaño oscuro.

—Princesa Héoleth ¿Verdad?

Dijo una voz una vez que Heometh la situó entre Emeth y una niña con el mismo color de cabello platinado que los otros dos.

Héoleth miró hacia en frente y se encontró con la mirada de una mujer vestida de verde, sentada a la izquierda del Rey Viserys.

—Soy la Reina Alicent, no tuve el placer de estar en la puerta para recibirlos pero me he encontrado con tus hermanos hace instantes. Espero tu estadía en King's Landing sea placentera.

Héoleth miró a su hermano mayor quién le asintió en respuesta, tranquilizándola.

—Muchas gracias, Majestad.

Se limitó a decir con un hilo de voz, de hecho no sabía qué más decirle. Sólo quería regresar a su hogar y ser ella nuevamente.

Sus padres habían insistido en éste viaje y ella lo había aceptado a regañadientes.  No quería estar allí. "Es por el bien de la familia" había dicho su madre, pero lo único que creía que era bueno para la familia era permanecer juntos, en casa. No en un lugar tan extraño cómo éste.

—Supongo que no te han presentado a mis hijos. —volvió a decir la Reina y señaló a los niños platinados. —Aegon, mi hijo mayor. —el mencionado la miró unos segundos y sólo hizo una especie de mueca como saludo. —Helaena, mi única hija quién está a tu lado. — la nombrada la miró y le dedicó una sonrisa algo tímida. Héoleth trató de devolvérsela, fallando en el intento. —Y él es Aemond. —el menor de los platinados la miró pero no hizo nada, ni siquiera un intento de saludo. Tan sólo la miró seriamente y Héoleth se sintió  incómoda por eso.

—Mi otro hijo, Daeron no se encuentra en el castillo pero estoy segura que le habría encantado conocerte.

Finalizó con una sonrisa, la cuál Héoleth devolvió tímidamente. Oyó un carraspeo y fue cuándo pudo percatarse de la presencia de otra mujer sentada a la derecha del Rey. Llevaba también el cabello platinado, vestía de negro con detalles en rojo. Dejó su copa una vez que le dio un sorbo y la miró sonriéndole.

—Bueno, es turno para presentarme. Soy la princesa Rhaenyra Targaryen. Ésos que están allí son mis hijos, Jacaerys y Lucerys Velaryon. Joffrey que tiene a penas tres días está arriba en su cuna, esperando por conocerte.

Cuándo señaló a los primeros, Héoleth los observó. Ambos niños de cabello castaño con ondas en él le sonrieron amablemente, la pelirroja les devolvió el gesto esta vez brindando una sonrisa más real. Aquellos niños parecían agradables. Le sonrió también a su madre.

—Un gusto, princesa.

Dijo y la mayor le sonrió aún más. Le agradaba ella y sus hijos. La Reina Alicent había sido muy amable, sin embargo ella y sus hijos tenían algo que le daba miedo. Y no sabía qué era.

Luego de la cena la música había inundado el ambiente, dos personas más se habían presentado ante ella; el esposo de la Princesa Rhaenyra y padre de los castaños, Laenor Velaryon quién llegó tarde a la cena disculpándose con todos.

Y Otto Hightower, que a decir verdad ya había visto varias veces por su hogar y estuvo presente cuándo el Rey les dio la bienvenida hace unas horas cuándo llegaron al palacio.

Héoleth permaneció en silencio luego de eso, todos los demás niños se encontraban conversando entre ellos. Helaena intercambió una que otra palabra con ella pero Héoleth supo que la princesa era de pocas palabras. Parecía amable pero a la vez algo rara y distante.

Al igual que ella a decir verdad.

No intercambió palabras con los demás niños, salvo cuando le agradeció a Lucerys Velaryon quién le ayudó a servirse uno de los pastelillos de moras e incluso le dio el suyo cuándo vio que a Héoleth le habían gustado y ya no había más. Gracias a Emeth por cierto.

De allí no dijo más.

Sus hermanos en cambio parecía que se habían criado junto a los niños de King's Landing de tan bien que se estaban llevando con ellos. Sobre todo Emeth y Aemond, a quién Héoleth había descubierto observándola en varias ocasiones. Pero cuándo la pequeña pelirroja lo atrapaba haciéndolo éste corría la vista rápidamente o se limitaba a mirarla cómo si la odiara.

Héoleth se sentía incómoda con ése niño.

𝕽𝖊𝖉 𝕮𝖗𝖔𝖜 || Aemond Targaryen (EDITANDO)Where stories live. Discover now