Capítulo 6_ El terror rosa.

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—Le dieron un cerdo con alas.

Héoleth se enderezó en el árbol en el que se encontraba apoyada leyendo un libro. Helaena estaba a su lado, muy concentrada tratando de atrapar a una mariposa. La princesa platinada le contaba un incidente ocurrido hace días, antes de que ocurriera la golpiza de Harwin Strong hacia Ser Criston Cole.

Al parecer Aegon junto a Lucerys y Jacaerys le habían jugado una broma pesada a su hermano, disfrazando a un cerdo con alas para hacerle creer a Aemond que se trataba de un dragón salvaje que él podía reclamar.
O sea, si. Aemond era un completo tonto con ella pero eso que le habían hecho era sumamente cruel.

Héoleth se sintió mal por eso.

—Aemond luego corrió a pozo dragón e intentó domar a uno. Casi muere quemado. De nuevo.

Continuó contándole Helaena. La pelirroja cerró su libro de golpe sintiéndose aún peor. Fue el mismo día que Aemond le había hecho un escándalo por no tomar su pastelillo. Y a pesar que no entendió el comportamiento del príncipe ésa noche, justo ahora se sentía fatal por haberlo rechazado cuándo desde la mañana de ése día el la estuvo pasando realmente mal.

Lo de la noche fue un remate.

Habían pasado varios días desde aquel penoso hecho y Héoleth lo había estado evitando lo mejor que podía. Sólo lo veía por las noches en la cena familiar y estaba casi segura que Aemond trataba de llamar su atención de cualquier forma. Desde mirarla fijamente por largos ratos o hasta tirar todos los pastelillos de mora a la chimenea crepitante para que nadie los comiera.
Se había ganado un buen reto de su madre por eso.

Luego de allí lo había estado evitando con éxito. Aemond no se acercaría a ella o la buscaría de todas maneras.

Le pareció extraño el comportamiento de Jace y Luke. Sabía que no se llevaban del todo bien con sus tíos pero no creía que llegaran a comportarse de aquella manera tan cruel.

Aún no comprendía el problema que Aemond Targaryen tenía con ella. Se la pasaba hiriendo sus sentimientos siempre que podía y de un día para otro parecía desesperado en que Héoleth tomara algo que él le obsequiaba o por llamar su atención.

Por más que ahora se sintiese mal, estaba segura que no confiaba el él.

Habló un buen rato con Helaena hasta que una concubina de la princesa platinada vino para llevarla a sus clases. De todas formas ella tenía que buscar a Deva para sus paseos diarios y luego retomar sus clases de Alto Valyrio.

Caminó con calma por los pasillos sosteniendo el libro entre sus manos, dos concubinas seguían sus pasos. Desde la noche que Heometh se encontró a Aemond cerca de su hermana menor en el pasillo decidió que desde ahora a dónde quiera que vaya, Héoleth fuese acompañada por al menos dos mujeres. La pelirroja le había asegurado a su hermano que no había sucedido nada con el niño, sin embargo eso no detuvo su decisión.

Pero a decir verdad no le molestaba; ambas concubinas eran muy amables con ella. Ya hasta les había agarrado cariño.

Siguió su caminata hasta que unos silenciosos susurros la hicieron detenerse, éstos provenían desde un rincón al final del pasillo. Héoleth por lo general no era curiosa pero esta vez creía haber reconocido a una de las voces.

Le hizo una señal a las muchachas detrás de ella para que se detuvieran y se adentró en la oscuridad de aquella esquina en busca de quién estuviese allí.

Fue cuándo se encontró con la incomoda escena de Aegon besándose y toqueteándose indebidamente con una muchacha mucho mayor que él, a la cual la pelirroja no conocía. Se detuvo de golpe sorprendida, quiso darse la vuelta antes que la vieran pero desgraciadamente el joven príncipe la pilló en el acto.

𝕽𝖊𝖉 𝕮𝖗𝖔𝖜 || Aemond Targaryen (EDITANDO)Where stories live. Discover now