Capítulo 10_ Adiós.

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-¿Cómo han permitido que ésto pasara?

Se hallaban en el salón, casi todos se habían reunido luego de escuchar sobre lo sucedido. El Rey, apoyado en un bastón le hablaba a sus guardias.

-Quiero respuestas.

Héoleth se encontraba algo alejada, su llanto aún no cesaba e iba acompañado con pequeños hipos.

Deva no había resistido el golpe, por más que lo habían intentado con ayuda de un Maestre, el pájaro había terminado muriendo en sus brazos.

Las mellizas y Emeth la rodeaban, casi protegiéndola. A pesar que la relación entre sus hermanas era un poco tensa, las niñas entendían lo que significaba la muerte de Deva para Héoleth. Amenath tomaba a su hermanita de la mano, tratando de confortarla. Héoleth le apretó también la mano con la poca fuerza que tenía.

Heometh en cambio aún no aparecía, ni sus hermanos ni ella sabían dónde se encontraba.

-Los príncipes debían estar en cama. -exclamó uno de los guardias intentando excusarse.

La pequeña corrió la vista hasta encontrar al platinado siendo atendido por el gran maestre. Aemond estaba sentado haciendo muecas de dolor mientras el hombre le cocía la herida.

La Reina Alicent a un lado del niño vigilaba atentamente los movimientos del curandero, su expresión era de angustia.

-¿Quién estaba de guardia?

El interrogatorio del Rey a sus guardias continuaba. El monarca lucía furioso.

-Al príncipe lo atacaron sus propios sobrinos. -ésta vez fue el turno de Ser Criston en defenderse.

-¡Juraron todos proteger y defender a los míos!

-¡Lo siento mucho alteza! Nunca hemos defendido a un príncipe de otros.

-¡Ésa no es una respuesta!

-Sanará ¿Verdad Maestre? -la voz de la Reina cortó aquella reprimenda y los presentes se giraron hacia ella.

Se hizo el silencio mientras todos esperaban una respuesta.

-La carne sí. -respondió el Maestre de manera calma, continuando en su labor de cerrar la herida. -Pero ha perdido el ojo.

La reina Alicent soltó una exclamación, angustiada y Héoleth tuvo que bajar la mirada y sollozar otra vez. Le dolía verlo así. Realmente le dolía. Se había comportado de una manera cruel, pero perdió un ojo. Aquello fue un shock para todos.

-¿Dónde estabas? -exigió saber la reina, dirigiéndose a Aegon.

-¿Yo?...

Antes de que él príncipe pudiera articular algo más, la mano de su madre se estampó con fuerza en su mejilla haciéndolo callar de golpe.

-¿Eso por qué fue?

-No ha sido nada comparado con lo que ha sufrido tu hermano mientras te emborrachabas. -lo reprendió furiosa la reina, con un atisbo de acusación en sus ojos.

La vergonzosa escena fue interrumpida en cuanto las puertas se abrieron y Lord Corlys junto a su esposa Rhaenys ingresaron rápidamente por ella.

-¿Qué significa ésto? -exclamó el hombre, seguido de la princesa.

-¿Baela, Rhaena?¿Que ha pasado? -ambas niñas corrieron a los brazos de su abuela y ésta sumamente preocupada las recibió en ellos.

Otras de las puertas de ingreso fue abierta y está vez por ella ingresó la princesa Rhaenyra, con Daemon Targaryen por detrás. La niña ya se estaba preguntando en dónde estaban luego de ver a sus amigos solos.

𝕽𝖊𝖉 𝕮𝖗𝖔𝖜 || Aemond Targaryen (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora