Capítulo 21_ Dark Sister

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-¿Héoleth? -pregunto una calmada voz.

Cuándo la princesa pudo abrir los ojos, una cálida chimenea crepitaba frente a ella. Estaba en una cama grande y reconfortante tapada hasta el cuello de unas mantas súper cálidas.

No podía moverse, cuando lo intentó su cuerpo se tensó y su cabeza empezó a darle vueltas.

-No te muevas. -una voz femenina se alzó a su lado. Reaccionó deprisa, volvió su cabeza y lanzo una hosca mirada a la mujer que la contemplaba tranquilamente sentada en una silla al costado del enorme lecho.

-¿Madre? ¿Dónde estoy?

-En tu habitación. -Hablaba con voz suave, en la que le pareció descubrir una alegría secreta.

-¿Qué ha sucedido? -preguntó llevándose una mano a los ojos y frotándolos. Su voz era apenas audible, y dolía cuando intentaba hablar.

-Esperábamos que tú nos lo dijeras. -contesto de repente Emeth con afabilidad. Ni siquiera se había percatado de la presencia de él y su padre. Ambos sentados cerca de la chimenea.

La joven sintió que su garganta adquiría flexibilidad, por fin podría hablar sin dificultad. Se quedó tendida y esperó, recordando.

-No lo sé... De un momento estaba en el jardín y luego todo era diferente. Vi a un hombre y a dos mujeres... lucían cómo miembros de la familia Targaryen. Nunca los había visto.

Su madre se acercó aún más a ella y le acarició con suavidad la mejilla.

-No te asustes, es algo normal. Lo que experimentaste fue ver el pasado a través del Arciano cómo lo hacían tus antepasados.

Le explicó y Héoleth dibujó una mueca de confusión.

-Se dice que uno entre mil Hijos del Bosque es un Cambiapieles y que un Cambiapieles entre mil nace Verdevidente*. Nos has bendecido y enorgullecido a tu padre y a mí. Nuestra primer Verdevidente en la familia.

Le explicó. Tomó las manos de su hija y dejó un cálido beso en ellas. Le costaba ver a su madre siendo tan cariñosa con ella, pero podía manejarlo.

-Al ser tu primera vez eso te debilitó. Será mejor que descanses.

Era una Verdevidente, lo que le faltaba.

Desde niña había oído de ellos y de las habilidades que poseía. Se le hacía difícil lidiar aún con ser una Cambiapieles y ahora tendría que hacerlo con visiones incluidas. Se sentía orgullosa, por supuesto. Sin embargo, aquello era una carga más a la sobreprotección de sus padres para con ella.

Suspiró contrariada, necesitaba procesarlo pero había otro tema que rondaba por su mente en aquel momento.

-¿Podrían dejarme a solas con Emeth, por favor?

Pidió con cortesía y para su sorpresa, ambos reyes asintieron a su petición y los dejaron solos.

Emeth se acercó a ella, tomando el lugar de su madre.

-¿Qué sucedió con Aemond, hermano?

Preguntó yendo al grano. El pelirrojo hizo una pausa momentánea y se permitió una pequeña mueca divertida antes de lanzarse a explicar.

-Fue quién te trajo. Estuvo bastante tiempo afuera intentando saber si estabas bien. Se fue cuanto le aseguré que no era nada grave.

Héoleth suspiró en su sitio. Emeth la observó en silencio durante unos segundos cómo si tratara de entender algo.

-No sé lo que sucede con ustedes dos pero deben ser más cuidadosos.

-No pasa nada.

La joven negó con la cabeza, tratando de desterrar sus palabras. Su hermano rodó los ojos.

𝕽𝖊𝖉 𝕮𝖗𝖔𝖜 || Aemond Targaryen (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora