CAPÍTULO 14

282 30 3
                                    

Encantia

Así se llevo a cabo la tan exhaustiva búsqueda de la candidata apropiada para la salvación de los intereses del Rey Rolan y de todo su reino.

Todo fue en privado, por supuesto. El príncipe investigó por su cuenta a las princesas o doncellas de la nobleza en edad casadera. Y Después de una semana solo quedaban en la mira 3 candidatas.

La princesa Celia de Yuma, un reino al Oeste, muy, muy al Oeste. James y la princesa se conocían del colegio. Era una juvencita preciosa, tenía el cabello negro tan sedoso y largo, era un sueño, sin duda.

Celia era la heredera de Yuma, el orgullo de su padre y no hay que pasar por hecho que heredaría también una inmensa fortuna.

También estaba Lady Catherina. Una noble de los Países Bajos. Si bien no era considerada una belleza, se decía que tenía un corazón tan grande como su fortuna. El padre de Catherina, lord Baffo, tenía una influencia muy notable en su reino, puesto que a menudo prestaba dinero a la corona, la madre de la chica había fallecido en el parto. Por lo que conquistarla sería mucho dada la sobreprotección impartida por su padre.

Por último estaba la princesa Tea, la tercera hija del reino de Tedros. Ella le recordaba mucho a Sofía, era amable y muy risueña, la perfecta candidata. Sin embargo, su fortuna no era tan abundante como la de las otras dos jóvenes. Pero había algo—¿cómo describirlo?—atrayente.

Con las candidatas finalistas emprendió camino a la oficina de su padre. Propondría enviar una misiva a sus reinos solicitando una audiencia, con el explícito objetivo de un cortejo posterior.

Entró sin aviso y se encontró a su hermana menor y a su padre en lo que parecía una estrategias de guerra.

El rey Rolan fue el primero en notar la intromisión. Se irguió y encaró al muchacho

—James acompáñanos, estamos planeando algunos programas de ayuda a la comunidad—propuso contento de incluirlo

Antes de que contestara Sofía carraspeó casi inaudible, aunque suficiente para centrar la atención en ella.

—De hecho—dijo mirando al rey—tengo varios asuntos que atender con Amber, ya voy tarde y como saben no le gusta esperar.

Recogió los papeles sobre el escritorio y se marchó sin esperar la autorización de ninguno de los presentes, por supuesto no reparó ni un instante en el príncipe.

Después de su salida, ambos caballeros se quedaron a solas y el rey, con la curiosidad a flote decidió pregunta.

—¿Están enojados tu hermana y tú?

James no quería hablar al respecto pero le dolía la indiferencia de Sofía. Suspiró pesadamente y se tiró sobre el sofá de la estancia. Con el rostro apachurrado contra la tela empezó su explicación.

—Me dejé llevar por el temperamento y dije cosas poco—¿Cómo decirle a su padre que la insultó sin recibir una reprimenda de su parte?

—¿Un poco?—animó el rey para que continuara.

James se levantó para sentarse adecuadamente en el sofá—dije cosas que no debí y ella se molestó.

—Lo que sea que dijiste sí que la tiene molesta, Sofía no es rencorosa—el rey soltó un par de palmaditas en la espalda de James y volvió a su papeleo.

El príncipe dudó si abordar la conversación por la que fue ahí en primer lugar. "Es lo mejor" se dijo.

—Venía a hablar contigo sobre el asunto—musitó con calma mientras pasaba los dedos por el borde del escritorio como método de distracción.

DAYLIGHT | 1Where stories live. Discover now