CAPÍTULO 16

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Encantia

Llegó el día en el que James visitaría a su primera candidata, la princesa Celia del reino de Yuma. Su padre y él habían acordado mantener los propósitos de aquella visita en total confidencia, por lo que su madre y sus hermanas no estaban enteradas.

Todos se reunieron para despedirlo. James se mantuvo sonriente en todo momento, asegurándoles que estaría devuelta cuanto antes.

Miranda fue la primera en darle un fuerte abrazo, su afecto maternal le daba fuerzas para afrontar todo aquello; su hermana mayor siguió de ella, dándole un corto abrazo y deciéndole que debía traerle alguna joya de aquellos lares.

Miró a su padre para que recordara la promesa que le hizo. Él no hablaría con Sofía hasta que él regresara. El rey asintió en confirmación y su alma se relajó. Ella estaría bien.

La princesa se acercó lentamente, no habían hablado más de lo necesario desde su última disputa. James prefirió darle su espacio y darse espacio a sí mismo para meditar toda su situación. Sofía tomó su manos y le sonrió cálidamente.

—Te amo, hermano—James levantó la vista y solo bastó esa iniciativa para que la atrajera hacía sí. La envolvió un un largo abrazo y respiró su aroma profundamente.

—Te voy a extrañar, Sof.—le susurró aún sin soltarla—prométeme que te cuidarás.

—Lo haré—contestó.

Se soltaron instantes después y el príncipe subió al carruaje. Miró a todos una última vez y le pidió al cochero que avanzara.

Esta era su misión, tendría que esforzarse lo suficiente para regresar tomado del brazo de su futura esposa.

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Encantia

Sofía

James partió esta tarde hacía Yuma, padre dijo que negociaría con el rey sobre intercambiar cultivos para un mutuo beneficio. Lo cual nos vendría bastante bien.

Llamé a Sir Corlis para continuar con la segunda fase del plan, daré una parte de mis ahorros para no tener que pedirle a papá ni una sola moneda. He juntado una cantidad considerable, ya que, siempre guardé mi parte de la mesada que nos enviaban al colegio. No había mucho en qué gastar ya que nuestros gastos básicos los cubría la escuela.

Escucho unos golpes en la puerta, por lo que recito un "adelante".

—¿Me ha llamado, princesa?—Sir Corlis entra en escena y lo invito a sentarse. Le hago una seña a la mucama que nos acompaña para que se acerque.

—¿Té?—él asiente y la chica le sirve un poco.—Ya conseguí los fondos que necesitamos para seguir con el plan. Presiento que Lord Ashton solo quiere quedarse con el monto y probablemente solo hable con Lord Carter para que retire su ganado.

—¿Para qué querría un Lord más dinero?—Corlis llama mi atención.—¿no se supone que son lo suficientemente ricos?

—Puede que no tenga un centavo o que quiera aún más—rebusco algunos documentos en el cajón del escritorio. Bingo.

Le tiendo una hoja del administrador de Lord Ashton. Donde dice que Ashton se encuentra en números rojos.

—¿Cómo consiguió esto?—interroga con asombro

—Quiero que entienda una cosa, Sir.—coloco ambas palmas sobre el escritorio para parecer más amenazadora. Le copié esta pose a Amber, la hacía ver tan poderosa; de verdad espero que me vea igual. —Tengo bastantes informantes, todos ellos regados por infinidad de lugares.

DAYLIGHT | 1Where stories live. Discover now