CAPÍTULO 18

235 24 11
                                    

Encantia

Sofía.

—Apresúrate, Sofía—la voz de Amber vuelve a presionarme.

Estamos en la prueba del vestido para la coronación del príncipe Zandar. Ella ha elegido un diseño en tonos azules y encaje en las mangas. Por el contrario la modista me ha confeccionado un vestido en seda amarilla. Es un corte recto y abultado, hombros descubiertos y corsé ajustado.

Finalmente la modista termina de ajustarme el vestido y puedo salir a la gran revelación.

Amber me analiza de pies a cabeza y sé que le gustó. De no ser así ya lo habría dicho. Hace una seña con las manos para que de vuelta sobre mi propio eje.

Giro y giro.

—Parezco un carrusel—me quejo.

—Ya tengo el peinado y los zapatos en mi mente—se dirige a un estante en el saloncito, toma una caja y de ella saca un par de zapatillas doradas.

Son hermosas.

—Me encantan.

—Yo sé que si, las estaba guardando para una ocasión especial. Y como quieres impresionar a tu pretendiente...

—Él no es mi pretendiente—la interrumpo.

Mi hermana rueda los ojos y levanta las manos en derrota.

—Como digas—sonríe con cinismo, y le hace un gesto a la modista quien le corresponde con una risita discreta.

No quiero pelear con ella por algo en lo que tiene razón. Por lo que cambio el tema.

—¿James te ha escrito?— hace varios días que se fue y no he recibido ninguna misiva de su parte.

Amber niega.

—He escuchado a madre comentar que solo le escribe a papá—pasa tras de mí para que la modista le coloque su vestido.

—Es muy raro, ¿no crees?

— La verdad es que no—dice restándole importancia— James es tan distraído algunas veces que no es de extrañar que solo escriba lo necesario.

Puede ser, pero antes de irse discutimos y creo que lo arreglamos en su despedida. No sé, me siento un poco insegura.

—Habíamos peleado—le confieso.

Amber asoma la cabeza de inmediato—¿Sobre qué?

—Él no está de acuerdo con mi extraña relación con Hugo y eso nos orilló a pelear. Lo hubieses visto, estaba fuera de sí.

La modista termina de acordonar el corsé y ella sale del pequeño vestidor. Luce preciosa

—Me encanta, con ese vestido conquistarás a todos.

Ella sonríe y hace un gesto de obviedad.

—Sígueme contando—me alienta.

—Pues—miro discretamente a la modista. Amber entiende y le pide que nos deje a solas un momento.

—Ahora sí, puedes hablarlo con confianza.

—Me insultó, dijo que él me deshonraría y que yo sería considerada una cualquiera.

Mi hermana frunce el ceño ante mi declaración.

—Por favor dime que lo golpeaste.

—Lo hice—confirmo—Tal vez por eso no me ha escrito.

—De no haberlo hecho me encargaría en persona en cuando regresara—advierte con tono furioso—Todo por sus celos—susurra para sí misma.

¿Celos?

DAYLIGHT | 1Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon