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La sala de Lisa gritaba "Navidad" por todos lados. Roseanne tenía ganas de vomitar.

Habían cojines navideños, cortinas rojas, un adorno de Papá Noel en la mesa de centro, un árbol de navidad y para colmo estaba sonando "Jingle Bell Rock" a todo volumen en los parlantes.

— ¡Ta-da! Ya armé el árbol de Navidad!— Lisa señaló su hermoso árbol con orgullo.

— La maldita Navidad— Repitió Rosé en su mente.

— ¿Me quieres ayudar a decorarlo?— Preguntó Lisa con una sonrisa sincera, como si decorar el árbol fuera el mayor privilegio del mundo.

— No— Rosé tenia que pensar en una excusa rápidamente.— Es que... Me duele la espalda, Lis. Lo siento.

— Oh por Dios, discúlpame, no lo sabía— Lisa abrió la boca
aterrada.— ¿Te lastimaste? ¿Estás enferma?

— No, no... Quizás es el frío— Rosé respondió lo primero que se le ocurrió.

— ¿Por qué no me dijiste que tenías frío, unnie? Espera, siéntate aquí, no tardo.

Lisa se fue y Rosé se sentó en el sofá con incomodidad. Todo a su alrededor se veía navideño, era una pesadilla. Pronto Lisa  volvió con una cobija roja con verde y un gorro en sus manos.

"No por favor" Suplicó Rosé mentalmente.

Lisa arropó a su vecina con la cobija y puso el gorro en su cabeza.

La cara de Roseanne gritaba "Mátenme".

— Listo, quédate aquí mientras preparo el chocolate— Afirmó Lisa sonriente al ver a Rosé con un gorro navideño.

— No es necesario, Lis— El chocolate es la bebida más navideña del mundo, así que para Roseanne era la peor bebida de todas.

— ¡Claro que es necesario! Tú tienes frío y estamos en época navideña— Explicó alzando la voz.— El chocolate es la
respuesta.

Lisa se fue y después de un rato volvió con dos tazas de chocolate.

Roseanne respiró hondo, intentando no estallar en furia. Estaba en la peor situación del mundo y no tenía escapatoria.

Rosé  odiaba la Navidad, cada aspecto de la maldita Navidad... Así que todo en la casa de Lisa era espantoso, incluyendo la actitud festiva de su vecina.

Ella sabía que Lisa adoraba la navidad y desde antes de tocar el timbre supo que era una mala idea quedarse allí unos días... Pero en realidad no tenía nadie más a quien pedirle ayuda. Su vecina era lo único que tenía. Por eso iba a tener que tolerar su espíritu navideño.

"Cada día aquí será una pesadilla" Pensó Rosé, mirando su chocolate como si fuera el más desagradable de los remedios.




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La nieve ☃❆ Chaelisa Where stories live. Discover now