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Lisa miraba la nieve cayendo a través de la ventana de su
habitación. No estaba nevando con fuerza, solo habían unos
cuantos copos de nieve. Era bellisimo. La nieve siempre era
bellísima.

— ¡Rosie!— Llamó gritando. Rosé estaba en la sala pero llegó a la habitación corriendo.— ¡Está nevando!— Exclamó sonriendo, sin quitar su mirada de la ventana.

— Lo sé— Respondió riendo con ternura. Rosé se sentó en la cama, al lado de Lisa y ambas se quedaron un rato mirando por la ventana.

— Se que la nieve no te cae muy bien, pero..¿Te gustaria ir afuera
conmigo?— Preguntó mirando a Rosé.

— Esta bien, Lis— Acepto con una leve sonrisa.— Si es por ti
puedo darle otra oportunidad a la nieve.

— ¿En serio?— Lisa sonrió de oreja a oreja.— ¡Esto es un
milagro navideño!— Exclamó llena de emoción.

Las dos salieron de la casa y por primera vez ambas estaban sonriendo bajo la nieve. Lisa ñ sonreia porque adoraba la nieve y Rosé sonreia porque... Simplemente no podía dejar de sonreír desde el beso bajo el muérdago del día anterior.

Esta vez la nieve no se veia mal a los ojos de Rosé. Es cierto, era fria... Pero eso la hacía mucho más hermosa y pura. Al mirar la nieve alrededor Roseanne se dio cuenta de que haber odiado las cosas navideñas por tanto tiempo probablemente había sido una equivocación.

"Por qué me tomó tanto tiempo darme cuenta de que Lis tenía razón?" Se preguntó mentalmente. "La Navidad en realidad sí es hermosa"

— ¿Quieres ser mi novia?— Preguntó Lisa de repente, parándose frente a Rosé.

— Y-yo— Rosé sonrió en pánico. No esperaba esa pregunta. La tomó fuera de guardia.— Claro que sí— Respondió sin dudarlo.

Ambas se abrazaron instantáneamente.

— Perdón, eso fue muy de la nada— Se disculpó riendo, sin
soltar el abrazo.— Es que desde ayer quería hacerte esa pregunta pero no había encontrado el momento adecuado.

— Estuvo perfecto— Dijo Rosé acariciando su cabello.— ¿Qué mejor momento que este? Mirando la hermosa nieve caer.

— Espera ¡¿Ahora te gusta la nieve Rosie?! ¡Es otro milagro
navideño!— Lisa sonrió, aunque estaban abrazadas y Roseanne no podia ver su sonrisa.

— Tu eres mi milagro navideño, Lili— Susurró Rosé a su oído.

El cálido abrazo duró una casi eternidad.




¡Gracias por leer!


La nieve ☃❆ Chaelisa Where stories live. Discover now