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— ¿Y tú tienes a alguien con quien pasar las fiestas?— Preguntó Lisa mirando a Alice mientras comían.

— No... Solo llevo 3 meses en Seúl y no conozco a nadie— Explicó
Alice.

— ¿Cuando vivías en Yongin saliste con alguien?— Preguntó Lisa.

Quería saber la historia de su divorcio.

— En la secundaria tuve varios novios y novias.. Pero ninguna relación duró más de dos meses. Todos siempre se cansaban de lo arrogante que era y terminaban dejándome— Contó Alice.— Luego en la universidad conocí a un chico.

» Comenzamos a salir y cuando nos graduamos de la universidad nos casamos. Ambos estudiamos Derecho. Él se llamaba Jiwoon era el chico más generoso del mundo. Su personalidad era preciosa. Siempre estaba sonriendo. Creo que cambié bastante gracias a él... Me contagió parte de esa dulzura que siempre tenía.

» Pero en fin, el matrimonio solo duró dos años. Jiwoon me dejó un día de la nada. Sobre la mesa del comedor encontré unos papeles de divorcio firmados por él y luego vi que mi cuenta del banco estaba en ceros. Fue... Devastador. No me dolió que hubiera robado todo mi dinero, solo me dolió que me hubiera dejado. Yo en verdad lo amaba... y ni siquiera me dejó una nota de despedida.

» Pasé meses esperando a que volviera pero nunca pasó. Todo en Yongin me recordaba a él. Era insufrible... Por eso decidí mudarme a Seúl. Firmé los papeles del divorcio, renuncié a mi trabajo, vendí la casa y me mudé aquí. Ahora vivo en un apartamento diminuto en vez de una casa con jardin, tengo un trabajo de medio tiempo en vez de un empleo en una multinacional y no conozco a nadie en Seúl... Pero al menos aquí nada me recuerda a Jiwoon.

— Debió ser horrible, Alice— Dijo Lisa con tristeza.

— Al parecer el Karma sí existe— Dijo Rosé intentando ocultar su alegría.

— Lo sé. Lo aprendi a las malas— Aceptó Alice bajando la mirada.— Lo primero que hice al llegar a Seúl fue ir a la oficina de administración pública para conseguir tu dirección o al menos tu número de teléfono.

— ¿O sea que solo quieres reconciliarte conmigo para arreglar tu karma y no tener otro divorcio?— Preguntó Rosé indignada.

— No— Alice negó con la cabeza.— El divorcio me hizo darme cuenta de que eres lo único que tengo, Rosé. Todo es pasajero: los amigos, el dinero y hasta las relaciones amorosas... Pero la familia es para siempre.

— Pues no somos familia. Ya te lo dije— Dijo Roseanne con frialdad.

— Lo sé... Pero vale la pena intentarlo— Alice miró a Rosé con una sonrisa triste.— De ahora en adelante seré una mejor persona... Y quizás en algún momento me gane el derecho de que vuelvas a llamarme "Unnie"

— Solo te decía "Unnie" en momentos como "¡Unnie devuélveme mis crayones!" o "¡Alice unnie mató al gato, yo no
fuí"— Recordó Rosé.

— Lo sé... Vaya épocas— Alice río con vergüenza.— ¿Rosé  te contó la historia del día que corté las cortinas de la sala y la culpé a ella?— Le preguntó a Lisa.

— Nop— Eespondió Lisa riendo.

— Ni siquiera recuerdo eso— Dijo Rosé confundida.

— Tenías como 6 años— Explicó Alice.— A Chaeyounnie le  encantaba cortar copitos de nieve. Ya saben, de esos que se hacían doblando una hoja, cortándola y luego desdoblándola.

» Así que hice copitos de nieve y con las cortinas de la sala y dije que había sido Chaeyoung. Nuestros padres obviamente me creyeron y castigaron a Rosé toda una semana sin televisión.

— De hecho si recuerdo esa larga semana sin televisión— Dijo Rosé rodando los ojos.— Pero no recordaba que habia sido por tu culpa.

— ¿O sea que te gustaba la nieve cuando eras pequeña!— Exclamó Lisa mirando a su novia con una sonrisa emocionada.

— Dirás cuando era niña, porque pequeña sigue siendo— Bromeó
Alice.

— No es gracioso— Se quejó Rosé rodando los ojos de nuevo.

— Sí es gracioso, Rosie— Dijo Lisa riendo.




¡Gracias por leer!

La nieve ☃❆ Chaelisa Where stories live. Discover now