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Lisa y Rosé estaban al lado de la ventada del comedor, bajo el muérdago. El lugar perfecto para besarse. El celular de Roseanne
no paraba de sonar pero ambas estaban demasiado ocupadas. El
teléfono podía esperar, los besos no.

Por desgracia el sonido de la llamada se volvió molesto después de un rato así que Lisa se separó.

— Responde el teléfono— Pidió Lisa.

Rosé miró la pantalla de su celular.

— Agh es Alice— Dijo colgando la llamada de inmediato.— Desde que la vimos en el centro comercial apagué mi celular justamente para evitar que Alice me llamara... Debí dejarlo apagado para siempre.

— No sabía que tenías su número de teléfono... Pensé que ustedes dos no se hablaban.

— Hace un par de meses recibí una llamada de un numero desconocido así que respondí... y resultó ser Alice— Explico Roseanne.— Me contó que se había mudado a Seúl porque su
esposo la dejó.

— No sabía que Alice tuvo esposo— Dijo Lisa asombrada.

— Yo tampoco lo sabia hasta esa llamada— Explicó indiferente.— Luego me dijo que quería verme para hablar en persona pero yo obviamente me negué y colgué. Desde entonces Alice me
llama de vez en cuando pero siempre ignoro sus llamadas.

— ¿Por qué no respondes? ¿Y si quiere disculparse contigo?

— ¿Tú laperdonarías?— Preguntó Rosé desconcertada.

— Solo si se disculpara en serio— Respondió levantando los hombros.

— Tu corazón es demasiado grande para este mundo, Lis— Dijo con admiración. Luego volvió a besarla, dejando la conversación ahí.

Pero por desgracia fueron interrumpidas de nuevo por el teléfono de Rosé. Ella quería ignorarlo pero Lisa se separó del beso otra vez.

— Contesta la llamada— Dijo Lisa molesta.

— Claro que no, no hay nada de que hablar— Rosé tomó su celular con la intención de colgar pero Lisa se lo quitó de las manos

— Al contrario, tienen mucho de que hablar ¡Llevan años sin hablar!

— Pues llevamos años sin hablar por una buena razón ¿No crees— Argumentó.

— Solo contesta— Liss le entregó su celular de vuelta.— Por
favor... Hazlo por mi.

Rosé rodó los ojos. Si su novia lo pedía de esa forma no podía negarse. Contestó la llamada de mala gana y la puso en altavoz.

— ¿Aló?

— Hola Chaeyoung... Hablas con Alice— Saludó la voz a través
del teléfono.

— ¿Qué quieres?— Preguntó enfadada.

— Pedirte perdón por nuestro encuentro hace unos días... Sé que te traté mal pero fue sin querer, te lo juro. Pensé que ya no estarías molesta. Debi ser más cuidadosa... Lo lamento Rosé.

— ¿Solo pedirás perdón por eso?— Rosé sonaba muy molesta.

— Hace meses quiero pedirte perdón por ser un asco de hermana toda la vida pero nunca respondes mis llamadas... Quisiera disculparme en persona y darte un abrazo de reconciliación.

— Pues no ocurrirá, Alice ¿Por qué se supone que debería
perdonarte?

— Porque he crecido Roseanne. Ya no soy la niña tonta que envidiaba tus juguetes y quería la atención de nuestros padres— Explicó Alice apenada.— En serio lo lamento... Hice que te echaran de la familia sin razón...No tienes ni idea de cuánto te he extrañado desde entonces. De verdad... Lo siento.

— Ajá y si tanto lo sientes ¿Por qué no te disculpaste hace años?

— ¡Llevo años queriendo disculparme contigo! Pero no tenia tu número de teléfono ni mucho menos tu dirección... Solo conseguí tu número hasta hace unos meses, cuando me mudé Seúl y pregunté por ti en la oficina de administración pública. No quisieron darme tu dirección pero al menos me dieron tu número de teléfono.

— Linda historia— Dijo Roseanne con sarcasmo.— Tengo que colgar, Alice. Gracias por llamar.

— No cuelgues, por favo-...— Rosé colgó, hirviendo en furia.




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La nieve ☃❆ Chaelisa Where stories live. Discover now