09

569 78 1
                                    

— ¡Vamos afueraaa!— Exclamó Lisa mientras halaba la mano de Rosé hacia la puerta, pero la mayor estaba halando hacia el otro lado. Ambas hacían fuerza hacia lados opuestos así que estaban inmóviles.

— ¡No quieroo!— Se quejó Rosé intentando soltarse con todas sus fuerzas.

— ¡Pero está nevando!— Explicó Lisa, como si fuera la razón más lógica del mundo para salir de la casa.

— ¡Por eso mismo no quiero salir!— Rosé logró soltarse del fuerte agare de Lisa y ambas casi se caen hacia atrás.

— Si estuviera cayendo una tormenta de nieve no te pediría que saliéramos— Lisa hizo un puchero con sus labios.— Pero está nevando muy poquito así que es el clima perfecto para salir y ver la nieve más de cerca.

— Aquí adentro estamos bien, Lis— Dijo Rosé mirando alrededor.— El fuego de la chimenea es cálido y el sofa es cómodo. Quedémonos aquí, por favor.

— ¡Pero afuera está nevando!— Repitió Lisa, como si fuera el mejor argumento que existe.— Si nos quedamos adentro puedes poner toda la música navideña que quieras y prometo no quejarme— Propuso Rosé.

Pero Lisa estaba decidida a salir.

— Rosie unnie... Por favor ven conmigo afuera— Suplicó con ojitos tiernos.— Solo quiero ver la nieve un momento, luego podemos volver aquí.

Rosé suspiró dándose por vencida ¿Cómo podia decirle que no a los ojitos de Lisa?

— Está bien, pero será rápido aceptó de mala gana.

Lisa saltó de alegría y volvió a tomar la mano de Rosé para caminar hacia la puerta. Esta vez Roseanne se dejó llevar sin poner resistencia.

Ambas salieron de la casa y encontraron un paisaje completamente blanco, lleno de nieve por todas partes. Era bellísimo. Las calles eran blancas por la nieve y los techos de las casas también. Lisa no dejaba de sonreír, ver la nieve cayendo así de cerca era mucho mejor que verla a través de la ventana.

El techo de la casa de Lisa estaba cubierto de nieve, como las demás casas. Todas las casas de la cuadra tenían techos triangulares así que gracias a la fuerza de la gravedad caía un poco de nieve de ellos. Se veía lindo, pequeñas gotas de nieve cayendo de cada techo lentamente.

— ¿Sabes por qué me gusta la nieve unnie?— Preguntó Lisa sonriendo.

Pero antes de que Rosé pudiera decir nada, de repente un gran montón de nieve se deslizó del techo de la casa de Lisa y cayó sobre ella. Roseanne ni siquiera gritó, estaba en shock, simplemente se quedó quieta y callada.

— ¡Unnie!— Gritó Lisa entrando en pánico. Rápidamente quitó la
nieve de la cabeza y la ropa de Rosé, sacudiéndola con sus manos.— ¡¿Estás bien?!

— No solo odio la nieve... Sino que la nieve también me odia a mí— Rosé estaba tiesa, la nieve se había metido entre su chaqueta y sentía que se había congelado por completo.

La sesión de admirar la nieve blanca terminó ahí. Ambas entraron de vuelta a la casa y Rosé se cambió su ropa llena de nieve mientras Lisa preparaba chocolate caliente.

— Ten, esto te ayudará con el frio— Dijo entregándole a Rosé  una taza de chocolate con malvaviscos.

Lisa le había ofrecido chocolate muchas veces antes y  Roseanne siempre se había negado a tomarlo... Pero en este momento se estaba muriendo de frio y al ñ parecer esa taza de chocolate era su única salvación. Así que pasó saliva mientras miraba el chocolate con desagrado... Y luego tomó un sorbo.



¡Gracias por leer!

La nieve ☃❆ Chaelisa Where stories live. Discover now