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Los padres de Lisa y Jisoo no dijeron ni una palabra cuando llegaron al hospital. Sabían que la culpa era de Lisa, estaban enojados con ella... Pero no querían gritarle. De nada serviría iniciar una pelea por algo que ya ocurrió y no podían cambiar. Así que simplemente se sentaron en silencio al lado de Roseanne en la sala de espera.

Lisa estaba recostada sobre el pecho de su novia. Sus sollozos resonaban en las paredes frías del hospital. Rosé no dejaba de abrazarla, ni de acariciar su cabello, pero nada parecía calmarla, llevaba una eternidad sin bajar la intensidad de su llanto.

Y el ambiente del hospital no ayudaba. Aquel lugar parecía un escenario sacado directamente de una película de terror. Era la sala de espera de Urgencias así que había montones de ruido. Gente hablando, teléfonos sonando, enfermeros corriendo... Era un completo caos.

Una sala de espera debería estar diseñada para calmar a las personas, pero este no era el caso. Cada segundo en esa sala aumentaba los niveles de ansiedad de todos los presentes.

Era difícil mantener la calma en un lugar así y además sin saber nada de Jisoo. Lalisa parecía tener más pánico a cada segundo que pasaba. Rosé miró la hora en su celular: 11:04pm. Llevaban más de una hora sentadas en silencio.

— Lamento que estés pasando la Víspera de Navidad así— Habló Rosé, abrazando a Lisa con más fuerza, como si quisiera aislarla entre sus brazos de todo el sufrimiento que llenaba la sala de espera.

— Dijimos que la Navidad no existe ¿Recuerdas?— Respondió entre sollozos.— Esta es la clara prueba de que la Navidad no existe. El 24 de diciembre puede ser un día completamente horrible, como en este caso.

El doctor por fin se acercó a ellas de nuevo, pero por desgracia no traía buenas noticias.

— Jisoo ha empeorado un poco así que aumentamos las dosis y la trasladamos a la UCI. Síganme, es por aquí— El médico las guió hasta otra sección del hospital. El letrero decía Unidad de Cuidados Intensivos.— En esta división del hospital pueden entrar a acompañarla en la habitación, pero solo dos personas.

— Iremos nosotros, somos los padres— Respondió la señora Lee.

Solo hasta ese momento Lisa vio que ella también estaba llorando. Rosé ya lo sabía, llevaba la última hora escuchando sus sollozos, que no eran tan fuertes como los de Lisa pero sonaban igual de desesperados.

Los padres entraron a la habitación de Jisoo y Lisa se sentó con Rosé en la sala de espera de la UCI. En esa sala había menos ruido que en la de Urgencias, pero era igual de fría y producía el mismo sentimiento de ansiedad.

Simplemente abrazar a Lisa en silencio no estaba funcionando, así que Rosé decidió intentar algo distinto.

— Lili...— No hubo respuesta alguna. La chica seguía llorando.— Lili, amor— Aún nada, solo sollozos.— ¿Quieres hablar de esto?

— No— Respondió entre el llanto. Su voz era una mezcla entre enojo y desesperación.— Claro que no.

— ¿Entonces quieres hablar de algo más?— Propuso en un tono dulce.

— Solo déjame llorar en paz— Pidió escondiéndose en el pecho de Rosé.

— No puedo ¿Ok? De verdad lo intenté pero no puedo verte así sin hacer nada— Le explicó con preocupación.— No quiero que sigas sufriendo tanto en tu festividad favorita del año.

— Olvídalo, Roseanne. La estúpida Navidad ya no existe— Repitió Lisa.— Déjala morir, yo ya lo hice.

— Pero no lo entiendo..¿Por qué renunciar a tu cosa favorita en el mundo?

— ¡Porque duele, maldita sea!— Confesó subiendo el volumen de su voz de repente.— Duele que esto esté pasando el día que se supone año. Duele que mañana quizás tendremos que celebrar un funeral en vez de una festividad alegre. Duele que esta fecha debía traer cosas buenas pero trajo más dolor del que jamás había sentido.

— ¿Sabes qué me duele a mí?— Cuestionó Rosé, con una voz tranquila y algo desilusionada. Hubo silencio un momento. Lisa pensó que responder pero no pudo hallar una respuesta.— Me duele ver que perdiste la esperanza.

— Al diablo con la esperanza— Lisa simplemente siguió llorando.— Con esperanza o no las cosas seguirán igual, estamos en la sala de espera de un hospital mientras mi hermana se muere ¿De qué carajos nos serviría la esperanza? Es inútil, una dosis de esperanza no va a salvarla— Sus sollozos se volvieron más fuertes.— No sé... N-no sé si algo pueda hacerlo.




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La nieve ☃❆ Chaelisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora