XX

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– Entonces las cosas se dieron así – Jungkook se mantenía recostado sobre la cama de Hoseok, viéndolo desde su lugar, el cómo lo observaba con los brazos cruzados mientras yacía de pie al filo de la cama.   

– Te van a matar, definitivamente tus padres te van a matar – murmuró Hoseok, viendo a su amigo reír.

– Lo sé, si supieras cuántas llamadas y mensajes tengo. Seguro no pueden ni salir del baño – Jungkook comenzó a reírse fuerte, sintiendo cómo el aire le faltaba entre más seguía riendo.

– Habló literalmente. Está ofensa no la van a dejar pasar – Hoseok se mantuvo serio, viendo cómo la risa de su amigo se detenía abruptamente.

– Estas bromeando ¿No? – se sentó en flor de loto sobre el colchón y sonrió – estas bromeando, Hoseok.

El nombrado negó, manteniendo un semblante serio, llegado a la preocupación.

– Creo que me deje llevar de más – murmuró viendo a cualquier lado – me dejé cegar por mi deseo de venganza y la necesidad de pisotearlos pero ahora lo único que voy a pisar es el panteón.

Hoseok suspiró.  

– ¿Ahora que vas a hacer?

– ¡Ay, no sé, Hoseok! – se quejó tirándose de nuevo en la cama, viendo la pared mientras su cabeza trabajaba a mil por hora en busca de una solución – ¿Crees que pedir una disculpa arregle todo?

Hoseok negó.

– Entonces optaremos por tomar un vuelo al lugar más recóndito del mundo.

– ¿Y de dónde sacaras dinero? – Hoseok se sentó en la orilla de la cama y se inclinó para ver el rostro de su amigo – Espera... ¿No habías dicho que ya tenías trabajo? ¿A qué hora entras?

Jungkook se sentó de golpe, su cabeza chocando con la de su amigo por accidente, por lo que ambos se quejaron.

– Maldita sea, el trabajo. Taehyung me va a matar – murmuró tomando el abrigo del alfa y poniéndose de pie – ahora no sé quién me va a asesinar primero, si los Hwang o Taehyung.

– Taehyung no da tanto miedo cómo los Hwang – aseguró Hoseok, viendo a su amigo salir corriendo sin decir algo más.

Jungkook llegó corriendo al piso en el que se encontraba la oficina de Taehyung, viendo a su secretaria ponerse de pie una vez lo vio

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Jungkook llegó corriendo al piso en el que se encontraba la oficina de Taehyung, viendo a su secretaria ponerse de pie una vez lo vio.

– ¿Por qué llegas tan tarde? – preguntó ella en voz baja, tomando el brazo del Omega y jalandolo ligeramente – El jefe está demasiado enojado.

– ¿Enojado? ¿Por qué? – Jungkook trató de hacerse el tonto, sin embargo, el rostro de aquella mujer le decía que no estaba bromeando – ¡Ay ya sé! – exclamó casi pataleando en su lugar – ¿Qué hago? Hoseok me dijo que no da mucho miedo enojado pero igual me tiemblan las piernas.

– Entra antes de que se enoje más – dijo ella, empujando al Omega quien volteó a verla con ojos de súplica mientras caminaba hacia la oficina.

Suspiró una vez tomó la manija de la puerta y abrió sin más, entrando con una resplandeciente sonrisa.

– Llegaste – murmuró Taehyung. Mantenía sus manos entrelazadas sobre su abdomen y su pierna derecha sobre la izquierda mientras descansaba sobre el sofá de su oficina – dos horas tarde.

– Lo siento, se alargó la reunión con los Hwang – mintió.

– ¿Sí? Qué extraño porque hace una hora que me llamaron para reclamarme sobre tu comportamiento.

– ¿¡Por qué te reclamarian a ti!? ¿¡Eres mi dueño o algo así!? – preguntó con molestia, señalando al aire. Aunque terminó por bajar la cabeza cuando la mirada de alfa fue hacia él.

– Rentaste un auto con ¡mí! tarjeta.

– Era parte del plan, creeme que era muy necesario – dijo dando dos pasos hacia el alfa, deteniéndose en seco al verlo ponerse de pie.

– Llegas tarde – dijo Kim, comenzando a caminar hacia el Omega, sin dejar de hablar – usas mi tarjeta a tu antojó, me metes en problemas, revelas nuestro secreto...

Jungkook caminaba hacia atrás con cada paso que daba el alfa hacia él, sintiéndose tan intimidado ante su presencia. Algo que jamás le había sucedido con alguien.

Él siempre intimidada al resto pero con ese cuerpo no asustaba ni a un bebé.

– Después de todo eso... ¿Crees que voy a dejarlo pasar? – preguntó deteniéndose a escasos centímetros del Omega, mismo que ya había chocado con la puerta..

– Prometo que voy a pagarlo – murmuró sin atreverse a ver la cara de Taehyung.

– Claro que vas a pagarlo – aseguró tirando de la ropa del Omega, haciendo que lo viera a la cara – y con intereses.

– ¿¡Con intereses!? – preguntó molesto, su lobo echando las orejas hacia atrás cuando vió aquellos ojos – con intereses, okay.

Jungkook tragó saliva, sintiendo su corazón palpitar tan rápido cómo nunca antes, su lobo pareciendo contento ante la cercanía a pesar de lo intimidado que estaba.

– Tus ojos se ven bonitos cuando estás molesto – confesó sumido en el control de su lobo.

Taehyung frunció el entrecejo y lanzó lejos a Jungkook ante lo extraño que se había sentido aquel cumplido.

Tal vez se debía a lo extraño que era o el momento inadecuado pero juro que su lobo tiró las orejas hacia atrás y dilató los ojos cual cachorro en busca de caricias.

– Uh, lo siento, no quise- me refiero a que- mi lobo tomó el control y ya sabes.

Taehyung asintió, buscando una forma de evadir el tema incómodo.

– No olvides devolver ese auto – murmuró yendo a su asiento, tomando unos papeles cualquiera para fingir trabajar – y te descontaré el ochenta por ciento de tu sueldo semanal hasta que cubras el gasto de ese auto.

– ¿¡Ochenta!? – preguntó, agachando la cabeza al ver a Taehyung levantar la mirada – bien, ochenta son perfectos, al menos me quedó con veinte, sí... Eres un gran jefe, de eso no hay duda.

– Ahora largo – Taehyung volvió su vista a sus documentos, no leyendo nada, simplemente perdiéndose en ellos.

Jungkook asintió una sola vez, tomó la manija de la puerta y la abrió, saliendo de la oficina del alfa. Deteniéndose al recordar un gran detalle.

Volvió a abrir la puerta y asomó sólo su rostro.

– Taehyung, uh... No quisiera molestar, sabes, pero el abrigo que me llevé esta mañana se llenó del olor de Hoseok así que estaba pensando en si podrías prestarme el que-

– Largo te dije – respondió Taehyung con un tono rudo.

– Sí, largo, yo- ya me voy – murmuró Jeon, alejándose y cerrando la puerta, gruñendo y mostrando el dedo de en medio cómo si tuviese al alfa enfrente suyo – no sé cómo tu estúpido amante te soporta si eres un mal-

Jungkook calló cuando la puerta fue abierta de golpe, recibiendo un abrigo con olor a peonias en la cara y escuchando un portazo poco después. Sonrió y se sacó el abrigo de su rostro, poniendoselo para volver al trabajo. La forma ligeramente afectiva de Taehyung era algo agresiva pero no podía quejarse.

HENKO [Tk/Vk]  [EDITANDO] حيث تعيش القصص. اكتشف الآن