HENKO [Tk/Vk] [EDITANDO]

XXIII

– Sueltalo – dijo Jeon, gruñendole a la cara al alfa, siendo correspondido de la misma forma.  

– Sueltalo tú.

– ¡Yo lo agarré primero! ¡Sueltalo tú!

– ¡Pero es mi ropa! – protestó Taehyung, tirando de la prenda y haciendo a Jungkook moverse un poco.

– ¡Pero tengo una reunión! ¡No puedo llevar mi ropa usual!

– ¡Ese no es mi problema! ¡Es tu culpa por no comprar ropa adecuada a tu trabajo!

– ¿¡Por qué no es adecuada a mi trabajo!? ¿¡Tienes algún problema con mi ropa!?

– ¡Pues!- ¡Dame mi ropa! – protestó Taehyung, tirando de su saco.

– ¡Dime que problema tienes con mi ropa! – dijo Jeon, tirando del saco hacia él.

– ¡Pues que tu piel está muy descubierta! – dijo con molestia, tirando fuertemente de su prenda, trayendo consigo a Jungkook, por lo que soltó el saco y atrapó al Omega en sus brazos cuando chocó con él.

Jungkook cerró los ojos cuando chocó contra el pecho del alfa, sintiendo los brazos ajenos rodearlo unos segundos después, por lo que abrió los ojos, dando con el rostro ajeno.

Los ojos de aquel hombre le resultaban su punto más atractivo, le parecía alguien con un buen físico y no podía negarlo. No lo decía porque le gustara, él estaba seguro de que solamente le atraían las mujeres.

Solo que... Taehyung era bastante guapo.

– Tapate, no me mires con esos ojos – murmuró Jeon, dejando el saco del alfa sobre su cabeza.

– ¿¡Qué tienen mis ojos!? – tiró bruscamente de su saco, viendo a Jungkook caminar a su habitación.

– ¡Son feos, parecen de perro atropellado! – respondió molesto, mostrando su dedo medio a sus espaldas y azotando la puerta cuando estuvo en su habitación.

Jungkook fue hasta su cama y se tiró boca abajo sobre ella, ahogando un grito sobre su almohada.

– ¡Maldito Taehyung, te odio! – gritó a todo pulmón, apretando la almohada con ambas manos – ¡Eres el ser más despreciable que he conocido! ¡Te odio tanto!

– ¿Entonces no tienes idea de lo que es salir con un alfa varón? – preguntó Jena, una de las chicas que trabajaba en el mismo equipo de Jungkook.

A Jeon le resultaba alguien bastante linda, atractiva y carismática, incluso pidió su número al inicio de su trabajo pero por alguna extraña razón, no sintió ningún tipo de atracción cómo solía sucederle con todas las mujeres bellas que conocía.

Hace un mes hablaban pero jamás llegó a sentir nada, creía estar descompuesto.

– No me gusta – dijo Jeon, posando sus manos sobre la mesa de juntas – de hecho me cae bastante mal, es un imbécil. Y jamás me gustaría un hombre, estoy seguro.