Deseo y Pecado [COMPLETA]

CAPÍTULO DOCE

Aemond está furioso.

Alyssa es consciente que su declaración lo ha irritado y que el comentario de su hermano ha herido profundamente su orgullo, por lo que hace lo posible para reprimir la sonrisa de satisfacción que busca escapar de sus labios.

Una vez que las risas del rey dejan de escucharse Alicent Hightower camina directamente hacia Alyssa, Otto detrás de ella observando a la princesa con suspicacia. La chica cambia de postura, inquieta, y su mirada se desvía brevemente hacia Aemond. Él hace el amago de acercarse a la chica, pero el rey coloca una mano sobre su hombro y consigue que se quede quieto.

"Princesa, un momento"

Ella asiente. No le toma por sorpresa que la reina desee hablar con ella, después de todo lo más seguro es que vaya a tener que dar muchas explicaciones acerca de lo que acaba de anunciar.

Alyssa sigue a la reina y a la mano del rey hasta un saloncito en el Torreón de Maegor. En el lugar se encuentra una criada cuidando de los dos hijos pequeños de Helaena, que sentados sobre una alfombra en el piso juegan con sus dragones de madera y balbucean palabras inentendibles. La princesa nota la fugaz sonrisa en el rostro de Alicent antes de que ordene que los niños sean llevados con su madre. Ella misma no puede evitar sonreír mientras observa a los pequeños salir de la sala de la mano de la criada.

"No la imaginé como una persona religiosa, princesa" dice Otto cuando están a solas

Alyssa aparta su mirada de la puerta y sostiene la de la mano del rey mientras responde, "Es una vocación que encontré hace poco"

"Sí, imagino que sí" él continúa escudriñándola, "Ciertamente no pareció el tipo de señorita que busca servir a la Fe. O al menos, no me dio esa impresión la última vez que estuvo aquí"

"Mi visita fue bastante corta, lord mano, me hubiera impresionado si hubiese logrado hacerse una impresión sobre mí con las cuestiones tan importantes que fueron discutidas"

"No debería tomarse a la ligera una declaración como la que acaba de hacer" sigue el hombre ignorando sus palabras, "No sé a dónde pretende llegar con esta historia, pero le aseguro que su artimaña no rendirá frutos"

Alyssa se sonroja, pero continúa sosteniendo su mirada, "No pretendo nada. Solo anuncié mi vocación de unirme a las hermanas silenciosas porque..."

"Dudo mucho siquiera que consigas nombrar a los siete dioses" él la interrumpe, "No creo que tu madre haya priorizado en tu educación el amor por los Siete"

"Basta" Alicent tercia y observa a su padre, "No traje a la princesa aquí para que sea hostilizada"

Otto parece querer objetar a su hija, pero al final termina sonriendo de lado, "Dejaré el asunto en tus manos, entonces. Sé que sabrás lidiar con esta situación como es debido"

Alicent baja la mirada y juguetea con sus anillos mientras su padre sale de la habitación.

"Que quede claro, princesa, que sé tan bien como mi padre que solo buscas una forma de librarte de un matrimonio que no deseas"

La reina madre va hacia la mesa y mueve una de las pesadas sillas para poder sentarse. Luego hace una seña para que Alyssa haga lo mismo.

"Mi intención de unirme a las hermanas silenciosas es..."

"Una mentira" interrumpe Alicent, "Seamos honestas, Alyssa"

La chica observa el rostro de la reina, sus grandes ojos marrones llenos de aprehensión e impaciencia. "No puede culparme por intentar zafarme de esta situación" termina aceptando