Capítulo 27

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Aegon lleva dormido apenas unos minutos cuando ser Willis Fell ingresa en la habitación de los niños acompañando a una visiblemente triste Jaehaera.

"Oh no, ¿qué sucedió?" pregunta Alyssa poniéndose de pie de inmediato y yendo al encuentro de su sobrina, notando el rastro de lágrimas en sus ojos hinchados.

La niña solo niega con la cabeza y esconde su rostro en el cuello de su tía. La princesa la toma entre sus brazos y se dirige al caballero, "Ser Willis, ¿dónde está el príncipe Aemond?" pregunta

"Todavía se encuentra con la reina viuda en sus habitaciones"

Alyssa asiente y no hace más preguntas. Sabe que alguna cosa ha tenido que suceder para enviar a la niña en ese estado de vuelta con ella. La chica agradece al guardia real y le dice que puede retirarse antes de volver a sentarse en el sofá junto a su sobrina.

"¿Qué sucedió, corazón? ¿Estás bien? ¿Te duele algo?"

La pequeña rubia coloca sus manos en las mejillas de su tía y niega con la cabeza, pero no verbaliza ninguna respuesta. Su silencio no hace más que preocuparla.

"Pero ¿algo pasó?" presiona, queriendo saber más detalles.

Una vez más, Jaehaera niega con la cabeza y se acurruca entre su pecho, sus ojos azules observando la dormida figura de Aegon.

Alyssa sabe que será mejor esperar a que Aemond regrese para que le explique lo que sea que ha sucedido, así que empieza a cantar en voz muy baja para Jaehaera, que tras un rato se relaja entre sus brazos, aunque su mirada no se aparta de su primo.

Cuando también la niña sucumbe ante el cansancio y Aemond todavía no ha vuelto, Alyssa pide a Daysi y las otras criadas que los lleven a la cama.

"Quédate con ellos, Daysi. Y no los apartes de tu vista, por favor. Llama a los guardias si alguna cosa, cualquier cosa, parece extraña"

"Como ordene, princesa," la chica asiente

Alyssa sale de la habitación y va hacia la que comparte con Aemond. Una parte de su mente susurra que lo más probable es que todavía esté con Alicent y que tendrá mejor suerte buscándolo allí, pero no piensa ir hacia las habitaciones de la mujer. No confía en poder controlar su temperamento si debe volver a enfrentarla.

Así que espera por él mientras pasea ansiosamente por la habitación. Solo que mientras las luces de la Fortaleza comienzan a apagarse y el silencio reina, queda claro que algo muy serio ha sucedido. O algo muy malo, porque Alyssa tiene la certeza absoluta que Aemond jamás se ausentaría por tanto tiempo sin un buen motivo para ello.

Y sea lo que fuere, tiene que saberlo también, así que va en busca del príncipe.

Alyssa se coloca una gruesa capa sobre sus hombros y se dirige rápidamente hacia las habitaciones de la reina viuda, pero Aemond no está allí. Ni tampoco Alicent. De hecho, Aemond no se encuentra reunido con los otros señores en la sala del consejo o en la sala del trono. Tampoco está en los patios de entrenamientos o la biblioteca.

Por un breve instante se pregunta si tal vez tuvo que ir a la ciudad o si está volando a Vhagar. Sus ojos escanean el cielo sin encontrar el rastro de la presencia de un dragón.

Al final es por instinto, ese que la había guiado tantas veces cuando niña, que lo encuentra en el bosque de dioses sentado bajo el arciano y con el rostro escondido entre sus manos.

Si él escucha el sonido de su capa rozando el suelo o sus pasos acercándose, no lo hace notar. Pero de alguna forma debe saber que es ella, porque cuando Alyssa se sienta a su lado, deja que su brazo rodee sus hombros.

Deseo y Pecado [COMPLETA]Where stories live. Discover now