Capítulo 13

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Algo parece atormentarla en sueños.

Aemond despierta más de una vez cuando siente que Alyssa empiece a retorcerse a su lado, su expresión de miedo, dolor y sus quejidos dan cuenta de que lo que sea que está viendo en sueños, no es nada placentero. En ambas ocasiones Aemond la abraza con más fuerza y susurra palabras conciliadoras en su oído mientras acaricia su cabello hasta que vuelve a calmarse y dormir.

La última vez, cuando la noche empieza a aclararse, el príncipe ya no consigue conciliar el sueño por lo que simplemente arrulla a la joven. Hace mucho que no está así de cerca de Alyssa. O, mejor dicho, hace mucho que ella no parece estar tan a gusto con su compañía. Así que Aemond se dedica a observar los delicados rasgos de la princesa, su nariz pequeña y perfilada, sus labios carnosos, la piel marfil de sus mejillas que están bañadas de pecas que no se ven a simple vista, sus cejas pobladas... el príncipe graba en su mente cada mínimo detalle.

Aemond aparta su mano de la cintura de la chica y la coloca entre sus desordenados rizos, enrollando sus dedos entre ellos antes de llevarse un mechón hacia su nariz para olfatear su aroma a jazmines, suspirando de satisfacción y con una sonrisa involuntaria nace en su rostro.

"¿Aemond? ¿Ya amaneció?"

La voz ronca de Alyssa y sus preguntas lo toman con la guardia baja. El príncipe retira la mano de su cabello y vuelve a fijar su mirada en la princesa, quien aún tiene los ojos cerrados.

"No, no del todo", responde en voz baja, "Sigue durmiendo, Alyssa, necesitas descansar"

Ella hace un ruidito similar a un ronroneo y asiente contra su pecho, su nariz frotándose contra su piel y produciendo un delicioso escalofrío de placer en su cuerpo.

Alyssa debe notar su reacción porque repentinamente abre los ojos y parece darse cuenta de dónde está. Un leve rubor aparece en sus mejillas y se apresura a retirar sus manos del cuerpo de Aemond.

"Yo eh..." ella se sienta en la cama y voltea el rostro hacia la ventana, observando el sol empezando a nacer, "Será mejor que me vaya"

"Quédate" él se sienta también, "Seremos marido y mujer muy pronto, ¿qué importancia tiene que nos vean compartiendo la cama desde ahora?" pregunta entendiendo que ella no desea que sean descubiertos por los criados. La princesa frota sus sienes con sus manos y lo mira, exasperada. Él solo sonríe.

"Eres imposible" suspira Alyssa, retirando las sábanas que cubren su cuerpo y moviéndose al borde de la cama. Antes de ponerse de pie, sin embargo, voltea y mira a Aemond, "Gracias por lo de anoche"

"No tienes por qué agradecer" responde él sinceramente, "Me alegra poder haberte ayudado"

Ella murmura algo entre dientes y se apresura a caminar hacia la puerta.

***

Alyssa intenta no visitarlo más, pero tras un par de noches de insomnio su resolución se desmorona.

El cansancio y la soledad son cada vez más difíciles de soportar. Aunque la joven ya no llora tanto como antes, aunque su corazón parece estar resignándose a la idea de que su hermano ya no está, aunque los ataques de dolor hayan disminuido... Alyssa aún se niega a abandonar su habitación.

Sabe que no es saludable, sabe que debería hacer un esfuerzo por intentar salir del círculo vicioso de tristeza en el que está sumida, pero intentar seguir adelante le parece una traición a la memoria de su hermano. Si es que eso tiene algún sentido.

Su mente es un enredo de voces, reproches, culpa y angustia. Alyssa no consigue ignorar lo que le susurra, por eso es que busca el confort de Aemond. Por más que parte de ella odie admitirlo, encuentra tranquilidad cuando está con él.

Deseo y Pecado [COMPLETA]Where stories live. Discover now