▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ | Ni siquiera lo pienses | ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬
LOS DÍAS SIGUIENTES TRANSCURRIERON CON NORMALIDAD. John seguía mojando la cama, y aunque Desirée se aseguraba de llevarlo al baño todas las noches antes de dormir, el niño seguía haciéndolo. En el jardín, Candy alimentaba a las gallinas y Desirée y Annie cortaban los vegetales. A lo lejos, la francesa escuchó la reprimenda de la hermana María hacia John.
―Ese niño... ―murmuró Desirée, ladeando la cabeza.
Escuchó como Candy se enojó con Clint por asustar a las gallinas. El animalito salió corriendo en dirección de Annie y Dess.
―¡Annie, regañalo! ―dijo Candy, enfurecida.
Clint rebuscó entre los vegetales de la canasta. Desirée se enojó con él y lo retó como si fuese un niño del orfanato, diciendo que ensuciará los vegetales y que es un coatí muy travieso.
―Annie, Clint está buscando algo ―comentó Desirée, cargando al animal para llevárselo lejos.
Pero la pelinegra no respondió a ningún llamado, estaba seria y cortaba la zanahoria con desinterés; casi parecía una maquina. Candy y Desirée compartieron una mirada de confusión.
