▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ | El tercer portal | ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬
LAS MALDADES DE NEIL Y ELISA siguieron sin cesar todos los días. Candy y Desirée, acostumbradas a hacer oficio y ser serviciales, se ofrecieron voluntaria y alegremente a ayudar a la servidumbre; aunque los trabajadores al principio se negaron, al final cedieron y les dieron unas cuantas responsabilidades, fue así como los hermanos aprovecharon para molestarlas. Cuándo ellas limpiaban la escalera, Elisa soltó a su gato con las patas sucias y este manchó todo lo que ambas se habían esforzado en limpiar.
Clint entró en la escena, correteó al gato y en la pelea terminaron haciendo tales destrozos que les costó una buena reprimenda a las huérfanas por hacer "cosas que no les correspondían", recalcándoles que estaban allí para hablar únicamente con Elisa. Mientras eran retadas por la señora Leagan, los animales volvieron a pelear y la hicieron enfurecer aún más; rabiosa les ordenó a gritos que sacaran a ese "monstruo", pues no podía vivir en la mansión.
Desirée jamás olvidaría los siniestros rostros llenos de burla de Elisa y Neil. Cada vez que veía al último una fuerte oleada de asco y furia la golpeaban. Neil siempre la veía con arrogancia y desdén, pero en lo más profundo de sus ojos marrones, Desirée podía ver también el gozo y la satisfacción al recordarle siempre que una vez la tuvo arrodillada a sus pies. Nuevamente sentía nauseas e irritación; no soportaba las miradas de Neil, no soportaba su presencia ni sus toques.
