TERRY SE ENCONTRABA EN ELBlueRiver, acompañado de su nuevo y único amigo, aquel hombre que lo había salvado de una peligrosa pelea. Era la primera vez que iba a verlo, pero Albert lo recibió con los abrazos abiertos; era un buen hombre al que Terrence comenzaba a admirar.
―¿Y cómo está tu pierna? ―dijo Albert.
―Mucho mejor. Una... chica me ayudó ―murmuró Terry.
―¿"Una chica"? ―El rubio enarcó una ceja.
―Sí, bueno, agradezco tu ayuda, solo... Resulta que me llevaste al dormitorio de mujeres y entré por accidente al cuarto de... De esa chica.
Albert no pasó por alto el tono de voz, los nervios al mencionar a la susodicha y el leve sonrojo en sus mejillas. Terry no le parecía el tipo de chico tímido que se sonroja con la mención de una mujer y, sin embargo, ahí estaba, ligeramente tropezando con las palabras y un poco incómodo.
―No me digas que esa chica es justamente la que te gusta ―se aventuró a decir Albert.
―¡No! ―saltó Terry―. No me gusta, solo he tenido algunos encuentros no planeados con ella y a veces la molestaba, es todo.
