Capítulo 4

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Adelyne


  Nos reunimos una segunda vez en el mismo parque para terminar de organizar todo lo referente a nuestro trabajo. Pero mientras buscábamos algunas fotos de estos en internet Sophie me observa por unos minutos hasta que decide hablarme.

—¿Las gafas no te molestan? —estaba claramente curiosa.

—No —dije cortante.

—¿Por qué las usas hasta dentro del aula? —siguió preguntando.

—La claridad me molesta en los ojos —resumí.

—Pero en clase estamos bajo techo —refutó insistentemente.

  No vi necesario responderle nada más, así que cambié rápidamente la mirada hacia mi teléfono donde tenía la foto del animal del cual hablaría en clase.

—Parece que tenemos dos chicos amantes al color negro dentro del mismo equipo —habló el chico de cabello rubio y ojos claros.

  Alcé la vista al escuchar el comentario del chico. Vi a Sophie observarnos a Bastian y a mí sin decir una palabra. Noté en sus ojos algún dejo de incomodidad.

—¿Cómo es que te llamas chica nueva? —me preguntó el rubio.

—Adelyne.

—Un gusto, yo soy Ricardo González, aunque me gusta que me digan Ricky. Es nuestro segundo encuentro pero se me había pasado presentarme —dijo sonriendo. —A Sophie ya la conoces, y tú Bastian, ¿no te vas a presentar?

—¿Para que tanta formalidad?, apuesto a que ella sabe que me llamo Bastian —dijo y levantó un poco las comisuras, sin enseñar los dientes.

  Desde mi lugar solo miré a cada uno en este momento un poco tenso ante la respuesta de Bastian, pero afortunadamente Ricardo, quien se ve que tiene tres dedos de frente, saltó hablando sobre el trabajo, cambiando así, el ambiente.

  Después de concluír, cada cual fue por su camino y Bastian me indicó por donde tenía que ir para regresar a casa.

[...]

(En la escuela. Día de la exposición)

  Estaba algo nerviosa cuando llegó la hora del almuerzo. Es mi primer trabajo en esta escuela y la verdad, no recuerdo haber disfrutado una exposición. Por eso, antes de ir a la cafetería me quedé repasando para no hacer el ridículo frente a todos, como siempre hago. Por ende, me cogió un poco tarde para almorzar así que cuando llegué solo quedaba una mesa vacía y fui hasta allí para sentarme.

  Al pasar unos minutos se sienta Bastian en frente de mí. Al parecer no soy la única a la que le coje tarde.

  Fue un momento tenso, pues no me gusta que me vean comer. Tuve que bajarme el nasobuco y dejar descubierta la zona de mi nariz y labios, porque todavía llevaba mis gafas.

—Bajo techo deberías quitarte las gafas y el nasobuco. Después te tildarán de rara, creéme, en esta escuela hasta la más pequeña diferencia es motivo de burla —me dijo inclinándose un poco hacia el frente y moduló su voz, a una más baja y suave.

—Gracias por el consejo, después decido si lo tomo o lo dejo —le respondí llevándome una cucharada a la boca y él solo rió.

—No era un consejo, pero después no digas que nadie te avisó. —Su mirada era intensa.

  Como no le hablé más, él tampoco lo hizo. Al parecer es de pocas palabras al igual que yo. Terminamos de almorzar en silencio.

  Me levanté, acomodé la silla. Al dar dos pasos tropecé con mis propios pies. Terminé recostada a la mesa con la cara en la bandeja que tenía sobras de comida y algunas de estas habían saltado al abrigo de Bastian que estaba justo al frente.

Blanco. El color de mi Mundo. [En Proceso...]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang