Capítulo 24

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Bastian


Cuando vi a Adelyne caer no lo pensé dos veces. Estaba a punto de tirarme cuando vi a Lara pasar por aquí.

—¡Avísale al señor que detenga el barco! —grité agitado.

—Apúrate, recógela sin armar aspavientos —me dijo Lara en voz baja y moviendo su mano para empujarme.

  Me lancé al agua de cabeza. Me adentré un poco hacia el fondo ayudándome de mis manos y mis pies para nadar hacia Adelyne. Cuando la vi, la sostuve por la espalda y coloqué una de sus manos en mi hombro. Me impulsé hacia arriba con todas mis fuerzas hasta la superficie. Inhalé una bocanada grande de aire y seguí nadando hasta el barco.

  Lara me ayudó agarrando a Adelyne, la subió con esfuerzo y luego la acostó boca arriba en el suelo.

—¿No llamaste al señor? —le pregunté a Lara todavía agitado.

  Lara no me respondió y se posicionó rápidamente encima de Adelyne. Juntó sus dos manos y empezó a empujar fuerte y rápido en el centro del pecho.

—El barco no está llendo rápido —su voz sonaba entrecortada.

  Volvió a reanimarla unas cuantas veces hasta que Adelyne comenzó a toser.

—Ya está respirando —dijo Lara agitada.

  Adelyne seguía tosiendo y derramando el agua que había tragado.

—No estuvo tanto tiempo en el agua, por eso no tuve que hacer la respiración boca a boca —habló bajito retirándose de encima de Adelyne.

—¿No tuviste que hacer qué? —pregunté curioso.

—RCP. Son los primeros auxilios, que incluye lo que acabo de hacer más la respiración boca a boca —todavía le costaba hablar; al parecer puso mucha energía en tratar de salvar a Adelyne.

—¿Por qué no llamaste a nadie? —inquirí aliviado al saber que Adelyne estaría bien.

—Yo sé lo que estoy haciendo, confía en mí. Ahora lleva a Adelyne para el pequeño sótano del barco —impuso.

—¿Por qué confiaría en tí? —me indigné un poco.

—¡Házme caso! No seas terco, le acabo de salvar la vida. Además, si no quieres que su secreto sea descubierto, óbedéceme. —Dijo esto alzando un poco la voz.


Enseguida las dudas me invadieron. ¿A qué secreto se refería? Pero ahora mismo no tenía tiempo de pensar, tenía que actuar rápidamente.

  Adelyne entreabrió los ojos mientras seguía tosiendo. Lara se acercó a ella para comprobar su pulso y respiración.

—Ella está bien, solo está exausta por lo que acaba de pasar —me explicó. —¿Adelyne trajo algún bolso?

—Sí, la vi con algo pequeño —le respondí.

—Espera, ahora te lo traigo.

  Se fue corriendo y yo me agaché para mirar a Adelyne que estaba todavía en el suelo.

—¿Estás bien Gatita? —le acaricié la frente, estaba fría y sus labios con un tono morado.

  Adelyne me miraba pero todavía no se encontraba bien del todo. Llegó Lara con el bolso de Adelyne y me paré para cogerlo.

—Aquí tienes, lo vas a necesitar. También agregué una blusa y un pantalón que tenía adicional en mi mochila para que pueda cambiarse la ropa mojada —me explicó un poco inquieta.

Blanco. El color de mi Mundo. [En Proceso...]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant