Capítulo 14

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Bastian

Me alteré bastante cuando vi que Morin, uno de los que estaba jugando fútbol, le dio un pelotazo a Adelyne. Me indigné tanto que fui a gritarle un par de cosas. El chico no lo hizo intencionalmente pero me molesté.

  Sé que Adelyne es sencible y ese golpe podría causarle cualquier problema con la vista o sus lentes de contacto. También tiene la piel muy blanca, ya tenía la frente enrojecida.

  Me preocupé demasiado y Sophie intentó calmarme, pero fue en vano.

  Después de un rato, el chico se fue. Hizo bien en irse y no responderme de vuelta ni gritarme porque no sé lo que hubiese sido capaz de hacer. Como él se fue en paz yo también me calmé y fui a donde estaban Ricky y Sophie.

—¿Y Adelyne? —pregunté preocupado.

—Fue al baño a lavarse la cara —me respondió Ricky.

  En seguida salí corriendo para ir a buscarla.

—¿A dónde vas? —Sophie me detuvo agarrándome del brazo.

—A buscar a Adelyne —dije safando el agarre de Sophie.

  Cuando llegué toqué la puerta y ella me respondió. Me dijo que fuera a su casillero a buscarle una bolsa. Me resultó raro pero le hice caso.

  Mientras caminaba hacia allí empecé a pensar en lo tan urgente que pudiera ser esa bolsa. Pero se me ocurrió la idea, de que tal vez era alguna toallita con alas; porque eso les ocurre a las mujeres. Así que fui lo más rápido que pude. Busqué entre sus cosas y vi el bolsito.

—¿Make Up? —me pregunté y luego reí.

  Tal vez por vergüenza ella disfrazó las toallitas como maquillaje.

  Bajé las escaleras y volví a tocar la puerta. Ella sacó su mano y le entregué la bolsita.

  Adelyne había dejado la puerta un poco abierta, no quise mirar, pero tampoco pude quitar la vista. La vi sacar maquillaje de la bolsita y luego pintarse las cejas. No pude ver bien, pero me pareció que una de las cejas era blanca, al igual que las pestañas.

  Cuando salió vi que estaba maquillada y le pregunté:

—Eso que había en la bolsa de casualidad ¿era maquillaje? —interrogué curioso.

—Sí —me respondió nerviosa tragando saliva.

—¿Maquillaje? —seguí preguntándole.

  Después de unos segundos se dignó a responderme levantando la cabeza para mirarme a los ojos.

—Sí, ya sabes las chicas no pueden vivir sin el maquillaje. Esto es algo importante en mi vida, por eso es cuestión de vida o muerte. Me has salvado de un apuro, en serio.

Después de decir eso, ella me abrazó.

—¿Qué te pasa? —le pregunté dejándome abrazar por ella.

  Luego de unos pequeños instantes quitó sus manos que me envolvían y alzó la cabeza para mirarme, mas, no dijo nada. Fui yo el que habló.

—Eres superficial Gatita —dije agitando su flequillo.

  Cuando la observé detenidamente vi que sus ojos estaban cristalizados, casi al punto de llorar.

—No te pongas así. Sé que a todas las chicas les gusta el maquillaje —intenté animar el ambiente tan tenso que había.

  Sentí como mi garganta se apretaba haciendo un nudo en ella. Algo dentro de mí se rompía cuando vi que sus ojos estaban opacados por las lágrimas.

Blanco. El color de mi Mundo. [En Proceso...]Where stories live. Discover now