Capítulo 21 (II)

6 3 4
                                    

Adelyne

  —¿Qué, qué haces? —quise sonar molesta pero mi voz a penas se escuchó como la de una chica asustada y nerviosa.

—Nada, estaba recogiendo mi lápiz —dijo mientras se alejaba de mí lentamente.

  Sonrió sin mostrar sus dientes. El lápiz estaba justo detrás de mí en la mesa que tengo como escritorio.

—¿Por qué haces esto? Podías haberme pedido que te lo alcanzara. —Logré alzar un poco la voz. —Haces que me confunda —mascullé esta última oración.

—Yo... ¿te confundo? —preguntó sonriendo ampliamente.

—No quise decir eso... —titubeé. —Es que no quiero problemas con mi amiga Sophie. Solo te dejé venir por el favor que te debo.

—¿Sophie? ¿Qué tiene que ver ella contigo o conmigo? —frunció el ceño borrando su sonrisa.

—Sé que están juntos. No debería estar en el medio —no quise sonar triste, pero creo que no pude evitarlo.

—Yo no tengo nada con esa a la que llamas "amiga" —su voz sonó fría. 

—¿Qué quieres decir? Ella...

— No tengo nada con Sophie —me interrumpió. —Lo que sea que te haya dicho, se lo inventó.

—¿Por qué dices eso? —pregunté incrédula.

  Agarró mis hombros y agachó un poco su cabeza hasta quedar frente a mí.

—Puedes ver en mi mirada que te estoy diciendo la verdad. Sophie y yo no tenemos nada. Ella no me interesa. —Habló en voz baja pero con convicción.

  No pude evitar sonreír de felicidad al escuchar sus palabras, que de una manera inexplicable me tranquilizaron.

  Por más que estuve luchando toda la tarde por detener a mi corazón, no pude hacerlo en este momento. Me puse nerviosa una vez más y las acciones de Bastian no ayudaban. Me impresionó lo que me dijo sobre Sophie, pero me impresionó más la forma en que estaba hablándome: tan cerca, tan bajito.

—¿Tan contenta te pone que Sophie y yo no tengamos nada? —sonrió con diversión al ver mi expresión.

  No pude responderle porque la vergüenza comenzaba a invadirme. Sentí mis mejillas enrojecer y entorné mis ojos mirando hacia mis pies.

  Mientras estaba distraída, acercó sus labios a mi mejilla, dejándome un cálido beso.

—Nos vemos mañana Gatita —mostró su linda sonrisa y luego bajó las escaleras.

  Sin decirle más nada lo dirigí hacia la puerta principal y luego salió.

  Esa noche no pude conciliar el sueño, tenía muchas cosas en las cuales pensar. El día de hoy había sido perfecto. No me podía sacar de la cabeza cada expresión y gesto de Bastian. Tampoco podía olvidar lo emocionada y nerviosa que me ponía estando cerca de él. 

  Fue una faena tan distinta a lo que suelo hacer los fines de semana, pero ese día terminó, comenzando de nuevo la rutina escolar.

  Cuando llegamos al colegio, la profesora que nos impartía clases de Ciencias nos dio una noticia que nos encantó a todos.

—Chicos, la clase de hoy estará suspendida —habló la profesora.

  Automáticamente se escucharon gritos de alegría por toda el aula.

—No tan rápido. Todo a costa de que me entreguen la semana que viene un trabajo individual que les ordenaré —dijo sonriente.

—¡Uh! ¡Buu! —se oyó la expresión de decepción por parte de todos.

—No se desesperen. Verán que les gustará lo que haremos.

  Todos los de la clase nos subimos al autobús, uno por uno. Cuando llegó mi turno, entré y me senté en los asientos antepenúltimos, junto a la ventanilla, en la parte derecha del bus. Bastian venía detrás de mí entusiasmado por sentarse conmigo pero rápido puse la mano en el asiento y le dije que no con la cabeza. Él frunció el ceño confundido, deteniendo sus pasos. A su lado pasó Ricardo y fue él quien se sentó junto a mi.

  Bastian me miró enfruñado y yo desvié la mirada sintiéndome apenada. En realidad quería que Bastian se sentara conmigo, pero, sólo quedaba un asiento junto a Sophie y no quería que Ricardo pasara el mal momento de sentarse al lado de la pelinegra. Así que, Bastian fue quien estuvo al lado de ella.

  Lara también estaba en esa clase y se situó sola en el último asiento, detrás de mí.

  Durante los primeros minutos del viaje no hablé. Todos los demás tenían un murmullo en todo el autobús, se preguntaban a dónde iríamos. Pero el compañero que tengo sentado al lado no puede estar callado por mucho tiempo.

—Gracias por guardarme el asiento —me dijo Ricardo.

—No hay de qué —le respondí sonriendo.

—¿Sabes hacia dónde vamos? —empezó un tema de conversación.

—Ni idea, pero me parece genial salir al aire libre —dije mirando por la ventanilla, mi zona preferida para observar todo el paisaje.

—Bueno, deduciendo por la ruta que estamos cogiendo creo que yo sí tengo alguna noción —miró en la misma dirección que yo.

  La carretera por donde íbamos era estrecha. Del lado donde yo estaba sentada sólo se veían montañas y del otro lado también. Era un pequeño camino o carretera hecha en medio de las montañas.

—¿Me vas a contar? Tu eres el que sabe las coordenadas de la isla. Recuerda que yo me mudé hace poco —dije esbozando una sonrisa.

—Ya verás.

  Mientras seguíamos en movimiento dirigí la mirada al frente donde estaba Sophie muy sonriente conversando con Bastian. En ese momento me arrepentí de haberle cedido el lugar.

  Luego de unos cuantos minutos, llegamos al destino. Era el mismo parque Highlands solo un poco más cerca del mar. Nos bajamos y al ver el lugar todos quedaron maravillados, excepto yo.

  Por suerte, llevo un pantalón largo, pero mi blusa es sin mangas, lo que significa que eso no me cubre del sol tan ardiente que hace aquí en la zona costera.

—Bueno, chicos, los traje hasta aquí porque quería que estuvieran en contacto directo con la naturaleza. En este caso, la zona que abarca el mar. Así tendrán material fresco y emocionante para su trabajo —dijo Lucie la profesora.

  Bien, hasta aquí todo va perfecto. Ver el mar me causa un poco de mareos, pero siempre que esté alejada de él no habrá problemas.

—Pero, chicos —prosiguió la profesora —para poder observar bien el mar hay que estar cerca de él. Sentirlo, olerlo, verlo de cerca. ¿Ven esos pequeños barcos pesqueros de ahí? —todos asintieron. —Pues ahí nos montaremos.

  ¡Ahora sí que estoy en problemas!

*N/A
Capítulo dedicado a Cielo_Templado  Mi lectora fiel. Te quieero.

Blanco. El color de mi Mundo. [En Proceso...]Where stories live. Discover now