Capítulo 40 (Final)

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Bastian

  Cuando escuché la canción que me envió Adelyne, enseguida le busqué su traducción para poder entenderla.

Él es para mí
Y yo para él [...]
Me lo dijo, lo juró por la vida.
Y en cuanto lo percibo
Entoces siento [...]
Mi corazón latir.

Noches de amor que no llegan a su final
Una gran felicidad que se asienta
Las penas y los problemas se borran
Feliz, feliz a morir. [...]

  Cuando terminó la última nota de la canción entendí que no podía perder un segundo más. Entendí todo lo que ella me quería decir, no tenía dudas. Entendí su mensaje incriptado y su Sí camuflajeado.

  Sin pensarlo saqué un vuelo para París. Lo más próximo que había era para el otro día a las seis de la mañana.

  Llegada la hora subí al avión.

[...]

  Cuando llegué era de noche y no sabía absolutamente nada de París. Con la ayuda de algunas personas con las que me pude comunicar un poco en inglés, logré llegar hasta la Torre Eiffel.

  Llamé a Adelyne y le dije que viniera hasta aquí. Ella me hizo caso y cuando le pedí que cerrara los ojos aproveché para acercarme y abrazarla.


Le pedí que fuera mi novia y ella aceptó, luego la besé.

  Esa noche, Adelyne me dio hospedaje en casa de sus abuelos, en la habitación de invitados.

  Por primera vez en la vida no había planificado nada. Lo único que sabía era que me moría de ganas por ver a Adelyne y por eso cuando se me cruzaron los cables, lo primero que se ocurrió fue tomar vuelo hasta París.

[...]

  Al día siguiente Adelyne me presentó y les dijo a su familia que me quedaría las vacaciones con ellos. Después, salimos de la casa a explorar, según Adelyne, ella me mostraría todo París.

—¿No tienes planes verdad? —me preguntó.

—No.

—Pues, simplemente quédate conmigo estas vacaciones, después pensaremos en lo demás —me dijo muy segura de lo que estaba diciendo.

  Caminamos todo París tomados de las manos. Adelyne me llevó al Parque Champ de Mars que se extiende al pie de la Torre Eiffel. Allí nos sentamos. Busqué en mi bolso donde guardo los dibujos y saqué mi cuaderno y se lo mostré.

—Esto es para tí. Te dije que la haría.

  Le enseñé el dibujo que había terminado. Era Adelyne, linda y hermosa, así como es, simplemente ella.

—¡Es hermoso Bastian! ¡Gracias! —me dijo y luego me abrazó. 

—¿Ves esa última hoja del cuaderno en blanco? —le dije pasando la página. —Aquí dibujaremos una de nosotros juntos.

—Me parece perfecto. Ven, tomémonos una aquí en la torre Eiffel.

[...]

Adelyne

  Lo tenía todo planificado en mi mente. Primero le enseñaría a Bastian los alrededores. Después, lo llevé hasta los Jardines de Trocadéro que son espacios verdes que ofrecen una hermosa vista de la Torre Eiffel.

—Mira Bastian, ¿no es hermoso este lugar? —pregunté señalando.

—Sí, me encanta —dijo asombrado. —Aunque no más hermoso que tú.

Blanco. El color de mi Mundo. [En Proceso...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora